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DE NUEVO, ABORTISTAS POSESAS ATACAN A CATEDRAL CATÓLICA Y A FELIGRESES EN ARGENTINA

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Por respeto a nuestros lectores y para no ensuciar nuestro blog, evitamos las imágenes donde las abortistas semidesnudas mostraban sus miserias físicas y morales. Los pies de las fotografías venían ya con las mismas, no son de Catolicidad.


De nuevo, como cada año, se realizó en Argentina el "Encuentro Nacional de Autoconvocadas Autoenajenadas" (mujeres abortistas con profundos traumas y cristianofobia), ahora en Mar del Plata. Y de nuevo, como cada año, se dirigieron a la catedral del lugar con el propósito de profanarla. Ahí múltiples fieles católicos se colocaron a rezar detrás de las rejas del templo que cerraron para proteger el sagrado lugar.  

Las abortistas, en gran número, acompañadas de algunos varones, arribaron vomitando blasfemias y consignas contra la Iglesia Católica. Lograron con gran esfuerzo, entre muchas, derribar una de las rejas del sagrado sitio y entraron al atrio, con un gran odio, como si estuviesen posesas, para agredir a los fieles que ahí se encontraban codo a codo, y que estoicos, sin moverse de su sitio, enfrentaron pacíficamente la agresión de las abortistas solo con rezos y cantos religiosos. 

Varias se desnudaron de la cintura hacia arriba, mostrando sus miserias tanto físicas como morales, y realizaron actos obscenos; además, arrojaron aerosoles y otros objetos a la cara de los fieles, les embarraron y les aventaron pañales con excremento y los llegaron a escupir y golpear sin recibir respuesta de los católicos que no se movían para impedir que entraran al templo a profanarlo como era su intención. Una líder abortista gritaba consignas para motivar a las demás a introducirse en la catedral, pero les fue imposible porque los fieles no se movían del lugar para impedirlo.

La policía, en escaso número, intervino para proteger a los fieles y a la catedral y detuvo a tres abortistas que finalmente fueron liberadas. La misma policía fue agredida también. Tras aúllar imitando a los pieles rojas y hacer pintas contra la religión en los edificios y casas aledañas, se fueron blasfemando. En realidad, parecían posesas y vomitaban su exacerbado odio por doquier. Varias iban semidesnudas. El saldo fue de algunos fieles heridos, pero finalmente el sagrado lugar fue defendido valientemente por los católicos que impidieron que entrasen y profanaran la Casa de Dios. Naturalmente, como ya es común también, cierto sector de la prensa (y otros medios de comunicación) de esa nación deformó los hechos, pero gracias a los videos y los testimonios de los mismos policías se pudo constatar la verdad.


DEL MODO DE CONDUCIRNOS EN EL TEMPLO

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Fragmento del 'Manual de Urbanidad y Buenas Maneras' de Manuel A. Carreño:

Es un error lastimoso, y en que jamás incurren las personas que poseen una educación perfecta, el creer que sea lícito conducirse en el templo con menos circunspección, respeto y compostura que en las casas de los hombres. Y a la verdad, sería una monstruosa contradicción el admitir y practicar el deber de manejarse dignamente en una tertulia y ofrecer al mismo tiempo el ejemplo de una conducta irrespetuosa y ajena del decoro y la decencia, en el lugar sagrado en que reside la Majestad Divina.

Al entrar en el templo cuidemos de no distraer con ningún ruido la atención de los que en él se encuentran, ni molestarlos de ninguna manera; y jamás pretendamos penetrar por lugares que estén ya ocupados, y por los cuales no podamos pasar libremente, por muy devota que sea la intención que llevemos.

... Tengamos presente que llevar a la iglesia un perro es un acto imperdonablemente indigno e irreverente.

Dentro del templo no debe saludarse a ninguna persona desde lejos, y cuando ha de hacerse de cerca, tan sólo es licito un ligero movimiento de cabeza, sin detenerse jamás a dar la mano ni mucho menos a conversar.

Abstengámonos de apartar la vista del lugar en que se celebren los Oficios para fijarla en ninguna persona.

Se falta al respeto debido a las personas que se encuentran en el templo, a más de ofenderse a la Divinidad, omitiendo aquellos actos que, según los ritos de la Iglesia, son propios de cada uno de los Oficios que se celebran (N. de la R: Por ejemplo, al no arrodillarse durante la Consagración, signo de adoración a Cristo presente en la especies consagradas).

No tomemos nunca asiento en la iglesia, sin que por lo menos hayamos hecho una genuflexión hacia el altar mayor.

Al pasar por delante de un altar en que esté depositado el Santísimo Sacramento, haremos una genuflexión y al retirarnos del templo, si salimos por la puerta principal, haremos también una genuflexión hacia el altar mayor.

Doblaremos precisamente ambas rodillas, si la Majestad estuviere expuesta. También haremos una genuflexión, cuando pasemos por delante de un altar donde se esté celebrando el santo sacrificio de la Misa, si el sacerdote hubiera ya consagrado y aún no hubiese consumido.

Siempre que haya de pasar por junto a nosotros un sacerdote revestido, que se dirija al altar o venga de él, nos detendremos y le haremos una inclinación de reverencia.
-oOo-

En la imagen agregamos otras indicaciones que son ahora necesarias y que Manuel Carreño, entonces, nunca supuso siquiera que habría necesidad de señalar en un futuro.

LOS TRES TAMICES

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En la antigua Grecia Sócrates tenía una gran reputación de sabiduría. Un día vino alguien a encontrar al gran filósofo, y le dijo:
- ¿Sabes lo que acabo de oír sobre tu amigo?
- Un momento -respondió Sócrates- antes de que me lo cuentes, me gustaría hacerte un test, el de los tres tamices.
- ¿Los tres tamices?
- Sí, -continuó Sócrates- antes de contar cualquier cosa sobre los otros, es bueno tomar el tiempo de filtrar lo que se quiere decir. Lo llamo el test de los tres tamices. El primer tamiz es la verdad. ¿Has comprobado si lo que me dices es verdad?
- No... Solo lo he oído hablar...
- Muy bien. Así que no sabes si es la verdad. Continuamos con el segundo tamiz, el de la bondad. ¿Lo que quieres decirme sobre mi amigo, es algo bueno?
- ¡Ah no! Por el contrario.
- Entonces -continuó Sócrates- quieres contarme cosas malas acerca de él y ni siquiera estás seguro de que son verdaderas. Tal vez aún puedes pasar la prueba, la del tercer tamiz, el de la utilidad. ¿Es útil que yo sepa qué me habría hecho este amigo?
- No, en serio.
- Luego -concluyó Sócrates-, lo que querías contarme no es ni cierto, ni bueno, ni útil... ¿por qué entonces querías decírmelo?

DE LOS RESPETOS HUMANOS

UNA MISIONERA CATÓLICA EN SIRIA, ENTREVISTA IMPACTANTE

LAS ENSEÑANZAS DE UN MÁRTIR MEXICANO

LA CREDULIDAD ATEA

LOS HIJOS: NI PRÍNCIPES NI PRINCESAS, SINO SERES QUE DIOS NOS PRESTA PARA FORMAR HOMBRES Y MUJERES DE BIEN PARA LLEVARLOS A ÉL

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Una madre levantó la mano y preguntó:
– ¿Qué hago si mi hijo está encima de la mesa y no quiere bajar?
– Dígale que baje, – le dije yo.
– Ya se lo digo, pero no me hace caso y no baja- respondió la madre con voz de derrotada.
– ¿Cuántos años tiene el niño?– le pregunté.
– Tres años – afirmó ella.

Situaciones semejantes a ésta se presentan frecuentemente cuando tengo ocasión de comunicar con grupos de padres.

Muchos conflictos se están viviendo porque los padres de familia se muestran temerosos o flojos para ejercer su autoridad. Y esos hijos van creciendo y el problema junto con ellos, ya que a esos padres les cuesta trabajo tomar la decisión de poner límites y ejercer su autoridad de forma correcta.

¿Por qué tus hijos hacen lo que hacen?

1.- PORQUE TÚ LOS DEJAS.
Un "nene lindo" mal educado.
No olvides que los hijos son para
llevarlos a Dios y no solo para darles
materialmente lo que tú no tuviste.
Que por tus omisiones nunca vayan
a perder la fe.
Hacen lo que hacen porque tú se los permites. Los hijos se convierten en lo que son, porque sus padres lo permiten, así de sencillo. Si tu hijo está haciendo un desastre de su vida, esta respuesta no te va a gustar, tú vendrás a mí y me darás un millón de excusas, le vas a echar la culpa a la música que escucha, a las películas que ve, a los libros que lee (si es que lee), a la violencia que transmite la televisión, al sistema educativo, o a la presión que ejerce la sociedad o a sus amigos, así es que haz a un lado la indignación y piensa en esta verdad: tus hijos son producto de tu paternidad o lo que es lo mismo, de tu manera de educarlos.

2.- NO HAY CONSECUENCIAS DEL MAL COMPORTAMIENTO.
Los padres dejan hacer a sus hijos lo que quieran, con muy poca información de lo que es aceptable y lo que no lo es. Si ellos hacen algo mal, no hay consecuencias por el inaceptable comportamiento.

Algunas veces decimos: "si haces esto te va a pasar aquello", y "si no haces aquello te va a pasar esto", después ellos no hacen lo que tienen que hacer y no pasa nada, no cumplimos la promesa de las consecuencias advertidas. ¿Sabes en qué se convierte un padre que no cumple con las consecuencias advertidas? En un MENTIROSO; y eso justamente aprenden nuestros hijos, a mentir, y a prometer sin cumplir, al fin que no pasa nada.

3.- TÚ LES DICES A TUS HIJOS QUE SON ESPECIALES.
Dejará de ser "princesa" para
 convertirse en tirana
Quizás no vas a estar de acuerdo conmigo en esto, créeme que a mí también me resultó difícil entenderlo y aceptarlo, pero es una realidad. Si tú eres de los que actualmente cree que su pequeño "ángel" es especial, lamento decirte que no lo es; si tú les dices a tus hijos constantemente que son especiales, los perjudicas más que ayudarlos.

Tu hijo es especial para ti y solo para ti, no lo es para nadie más. Tu hijo nació con todo tu amor y verlo crecer es toda una maravilla, sin embargo cuando crece y cruza tu puerta para ir a la escuela, él, solo es un niño más en la lista de la escuela, y no hay nada de especial acerca de él.

En el mundo real, tu hija no es una "princesa", ni tu hijo un "príncipe", sólo es un niño más. Los hijos deben entender y aprender a crecer sabiendo que al instante que dejen tus amorosos brazos y entren al mundo real, nadie los amará por la única razón de que ellos existen, como lo haces tú.

4.- TÚ HACES QUE TUS HIJOS SEAN LA COSA MÁS IMPORTANTE EN TU VIDA.
Ellos no son lo único importante. Yo sé que tú piensas que lo son pero no es así; cuando tú dejas pensar a tus hijos que son la persona más importante en tu vida, ellos aprenden a manipularte y tú terminarás haciendo lo que ellos digan.

No hay que descuidar a los hijos por
el esposo ni al esposo por los hijos
(esto último es lo más común),
pues podrías terminar sola.
Tus hijos son importantes, no me mal entiendas, tus hijos deben ser amados incondicionalmente; pero los padres que ponen por encima de todo la felicidad de sus hijos y sacrifican su propia vida, y algunas veces su matrimonio también, entonces cuando acabe la labor como padre, tus hijos crecerán y te dejarán, e irán en busca de su propia felicidad y tú te quedarás únicamente con tu esposo(a), en el mejor de los casos.

Si todo tu tiempo y energía lo gastas únicamente en tus hijos, cuando ellos se vayan tú no tendrás la certeza de que tu esposo(a) estará contigo; esa es una de las razones porque hay separaciones luego de que los hijos se van, pues la única cosa en común que tenían eran los hijos, y nunca trataste de alimentar el amor marital como lazo de unión. Y acabas sola(o) sin con quien envejecer juntos. Y por lo general terminas tratando y viendo a tu hijo de 50 como si fuera de 4 años.

5.- FALLAMOS AL ENSEÑARLES LA DIFERENCIA ENTRE DERECHOS Y PRIVILEGIOS.
Los hijos tienen entre otros los siguientes derechos: a la vida, a jugar, a la libertad de opinar, a una familia, a la protección contra el trato negligente, a la alimentación, a ser amados, a recibir educación, etc. Los privilegios son concesiones ganadas por una acción determinada; a nuestros hijos les compramos cosas, por ejemplo: lo más actual en videojuegos, o ropa o zapatos de marca, o una mascota, e incluso los llevamos al cine o a vacacionar, les compramos celulares, etc, etc. y todo gratis, a cambio de nada. Hoy te digo que aunque te sobre el dinero para complacer a tu hijo, tienes que enseñarle a ganárselo; él tiene que saber que las cosas que le gustan, cuestan y hay que pagar un precio por ellas. Incluso estas cosas te ayudarán en la negociación de actitudes y comportamientos (N. de la R: y a él, mediante ellos, a adquirir responsabilidades para mejor abrirse paso en la vida).

6.- TRABAJAS EN LA AUTOESTIMA DE TU HIJO.
Un hijo al que no se le han sembrado convicciones 
religiosas y morales fácilmente se descarriará intelectual  
y/o moralmente. De él daremos cuenta a Dios por poner
en juego su salvación eterna.
La palabra autoestima es una palabra compuesta. Auto: uno mismo, y estima: amor, o sea, amarse a uno mismo. Tú no le puedes proporcionar una valoración positiva de él mismo, porque confundimos el animarlos y apoyarlos con aumentar su autoestima y cambiamos la regla de "si tiene alta autoestima tendrá éxito en todo", pero en realidad es al revés "si tiene éxito en todo, aumentará su autoestima". Así que si quieres que tengan autoestima alta, enséñale a alcanzar sus éxitos. A que luche por ellos, porque todo cuesta esfuerzo, dedicación y perseverancia.

Espero que estos comentarios te ayuden a entender el porqué a veces le pedimos peras al olmo, si en realidad cosechamos lo que sembramos.


Fuente: Padres al rescate de los valores.

INVOQUEMOS FRECUENTEMENTE A NUESTRO ÁNGEL CUSTODIO

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Recuerda que los ángeles son espíritus y no tienen cuerpo, pero para poder representarlos gráficamente se les pinta como seres alados.

ACERCA DEL SÍNODO 2015 (VIDEO): DEFENDIENDO LAS ENSEÑANZAS INFALIBLES DE LA IGLESIA

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“El trabajo del demonio se infiltrará aún dentro de la Iglesia de tal manera que uno verá a cardenales en contra de cardenales, obispos en contra de obispos”: Nuestra Señora de Akita, Octubre 13, 1973 (las apariciones de Akita, Japón, fueron aprobadas por Mons. John Shojiro Ito, Obispo de Niigata, Japón, en Abril 1984).

En el video: el Cardenal Burke, Mons. Schneider y Mons. Lenga defendiendo el Magisterio inmutable de la Iglesia contra la doctrina herética de los modernistas encabezados por el Cardenal Kasper. Sin duda, el demonio ya se ha infiltrado en la Iglesia. ¡Profecía cumplida!



"Cristo dijo a Pedro : "tú eres Pedro, piedra, y sobre esta piedra yo edificaré MI IGLESIA", no tu Iglesia, Pedro, ¡MI IGLESIA!": Mons. Schneider.

ALGO TAN ELEMENTAL QUE NO SE CONSIDERA: LO PROVOCATIVO PROVOCA

CRISTO ES REY

MISERICORDIA Y JUSTICIA SON VIRTUDES COMPLEMENTARIAS

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Cuando las virtudes se desvinculan unas de otras se vuelven locas. Este tipo de "virtudes" son aquellas que se distorsionan y pierden su auténtico y original sentido, para transformarse en una caricatura de la verdadera y genuina virtud a la que hacen mención y referencia. Y cuando una virtud se vuelve loca, decía Chesterton quien se movía como pez en el agua dentro de la ortodoxia católica, resulta más funesta que cualquier vicio.

Así, no hay contradicción sino complementaridad entre misericordia y justicia. Al igual que entre defender tanto la ley como el espíritu de la misma. Querer presentar como antagónico lo complementario es incurrir en lo que bien señalaba Chesterton.

LA MISERICORDIA SIN JUSTICIA ES LA MADRE DE LA DISOLUCIÓN, ENSEÑA SANTO TOMÁS.

El error está en disociar lo que debe ir unido. Señalaba Santo Tomás de Aquino que si bien la justicia sin misericordia es crueldad, la misericordia sin justicia, en cambio, se transformaba en la madre de la disolución. Y así, la misericordia hoy se ha vuelto una virtud loca, al separarse de la justicia. Y la disolución implica relajación.

Esto es lo que, lamentablemente, prevalece hoy en día en la jerarquía (con sus honrosas excepciones): Una misericordia sin justicia. Una virtud que deja de ser tal para transformarse en un concepto sin sólido fundamento evangélico y desvirtuado de su genuino significado, porque ha sido mutilado del equilibrio que le proporciona otra necesaria virtud: la justicia.

Y lo mismo ocurre con quienes en teoría reconocen la complementaridad de las virtudes, pero en la práctica actúan de modo desproporcionado. Para no incurrir en yerro doctrinal aceptan la necesidad TEÓRICA de ese equilibrio, pero en la realidad y en la práctica sus palabras y acciones se cargan de un solo lado de la balanza desvirtuando a la genuina virtud. Y lo más grave aún es que cuando se les hace ver su equivocado proceder, acusan a quien lo haga de sólo cargarse hacia la virtud complementaria, aunque esto no sea así. De esta manera nunca salen de su error. Así, apelan al espíritu de la Ley para acusar a quienes defienden los principios que ellos desvirtúan o soslayan, aun cuando en realidad el espíritu de la Ley sea complementario a la misma y quienes defienden la Verdad no contradigan ese espíritu de la Ley.

Todo esto lo hemos visto, una vez más, con relación al reciente Sínodo que acaba de terminar. Un Sínodo donde se cuestionaron elementos inmutables de la fe como la posibilidad de comulgar por parte de aquellos que estando divorciados y nuevamente casados por lo civil, permanecen en estado de pecado mortal. Las verdades de fe no pueden ser ni discutidas ni votadas por los hombres. Y eso fue lo que se hizo en ambos sínodos (2014 y 2015). La fe fue entegada a la Iglesia Católica para su custodia y divulgación a todo el orbe y no para que los hombres de Iglesia la discutan conforme a sus criterios particulares ni para que sea sometida a votación en nombre de la virtud loca de "la misericordia". La Iglesia fue fundada sobre la Roca de Pedro para edificar la Iglesia de Cristo ("sobre esta piedra edificaré MI Iglesia"). La Iglesia no es de Pedro ni de sus apóstoles, ni de sus sucesores, sino de Cristo. Cristo la fundó, no sus representantes que deben custodiarla y mantenerla siempre fiel al depósito que les fue encomendado.

PADRES SINODALES APRUEBAN Y SE CONMUEVEN POR UN SACRILEGIO

Y en nombre de "la misericordia" hubo pastores en el Sínodo que propusieron este sacrilegio contrario a la Revelación de Cristo mismo y a las enseñanzas divinas inspiradas a San Pablo. Y esas propuestas se dijeron, se impulsaron, se discutieron y se votaron. No solo eso, sino que también se propuso disociar la praxis pastoral del dogma, con el subterfugio de mantener el dogma pero adaptarlo a las necesidades "misericordiosas" de la realidad humana, como si ésta, cuando es contraria a las enseñanzas divinas, pudiera compaginarse con la fe. ¿Puede haber un ejemplo más claro de que la virtud de la misericordia se había transformado en una locura? Y se llegó al clímax cuando varios padres sinodales se enternecieron hasta el llanto con el relato que hizo uno de ellos sobre un pequeño mal preparado para la Primera Comunión, que al recibirla tomó la hostia y la partió para compartirla con sus padres divorciados vueltos a casar que estaban impedidos a hacerlo bajo pena de sacrilegio. Y éstos comulgaron consumando el sacrilegio. Y no lloraron de dolor los padres sinodales por lo que es una gravísima falta y una gran ofensa contra Cristo sacramentado, sino de la "ternura" que les provocó el gesto del niño, que independientemente de su buena fe sólo denota una ignorancia y una inmensa falta de preparación de la que son gravemente culpables quienes lo catequizaron.

¡Así está la virtud loca de esta falsa "misericordia"! Seguramente nunca imaginó algo así Chesterton, a pesar de su ingeniosa y gran imaginación.

Y bien, el asunto es más grave todavía: este sacrilegio ya es moneda corriente en varios países y templos católicos (Alemania, Suiza y otros), sin que nadie ponga un término y un hasta aquí al sacrilegio institucionalizado. Y quienes ya lo practican, van y lo proponen al Sínodo en 2014. ¿Y qué sucede? Se discute, se analiza y se vota, igual que se puede analizar si conviene o no cualquier asunto terreno opinable. Y durante un año, la Autoridad Apostólica, el Vicario de Cristo calla y se espera hasta el próximo Sínodo en 2015. En tanto, los sacerdotes modernistas que ya permiten este sacrilegio, lo siguen practicando en su templos sin quien les diga nada ni ponga orden. ¿Se abre así la puerta para que en futuros sínodos se discutan otras verdades de fe? ¿Se podrá llegar a votar y "determinar" humanamente -contra la Revelación hecha por Dios- si la Santísima Trinidad tiene dos o cuatro personas?

Bueno, finalmente no se autorizó este sacrilegio, dirán algunos. El documento final del Sínodo no lo permitió, sostienen aliviados. Y en efecto, así fue. Pero se pasa por alto un aspecto: tampoco se recordó ni se concluyó con la doctrina perenne, la de la Biblia y el Evangelio, la de Cristo y la de san Pablo divinamente inspirado, la definida solemnemente por el Concilio dogmático de Trento y enseñada desde siempre. No se definió explícitamente que ésta sigue conservando, pues no puede nunca ser de otro modo, su total vigencia por ser una enseñanza contenida en la Revelación Divina que es Palabra inmutable de Dios. Tampoco se condenó a quienes tal sacrilegio ya lo practican. Y ciertamente éstos lo seguirán realizando sin quien los censure. Mantendrán el sacrilegio y la traición a Cristo de ofrecer su Cuerpo presente realmente en la Eucaristía a quienes estén en pecado mortal y contumazmente se mantengan en él al vivir en concubinato (por mucho que exista "matrimonio" civil). Traición muy semejante a la de Judas, que también entregó el Cuerpo del Señor para ser mancillado.

No solo eso, también se concluyó el asunto con un párrafo de compromiso que -en su ambigüedad- trató de dejar contentos a unos y a otros, aunque no mucho a nadie:

"84.- ...Su participación (de los divorciados y vueltos a casar civilmente) puede expresarse en diversos servicios eclesiales: es necesario por ello discernir cuáles de las diversas formas de exclusión actualmente practicadas en el ámbito litúrgico, pastoral, educativo e institucional pueden ser superadas. Ellos no están y no deben sentirse excomulgados, y pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia, sintiéndola como una madre que los acoge siempre, los cuida con afecto y los alienta en el camino de la vida y del Evangelio..."

¿Y quién va discernir cuáles son esas "diversas formas de exclusión"? ¿La prohibición que hace la Palabra de Dios de otorgar Eucaristía a los divorciados vueltos a casar civilmente en pecado mortal podría ser una de ellas? ¡No se dice ni se especifica nada! ¿No tuvieron dos sínodos y un año para determinar esto los padres sinodales? ¡Tanto tiempo y tanta discusión sólo para concluir que es necesario el discernir esto! ¿Y ahora -insistimos- quién lo va a hacer? ¿Cada Conferencia Episcopal en nombre de la colegialidad y la descentralización? ¿Cada sacerdote podrá decidir si es o no "conveniente"? ¿Los que ya practican este sacrilegio o quién? ¿El Papa? Hasta ahora no ha querido hacerlo.

LAS ANULACIONES DICTADAS POR MODERNISTAS

¿Y los padres sinodales que propusieron el sacrilegio institucionalizado de qué se preocupan? Nadie les ha prohibido terminantemente seguirlo haciendo. Es más, estos obispos ahora pueden hacer uso de las nuevas "anulaciones" express. Si no hay segunda instancia en muchos casos y se deja a todo obispo titular de una diócesis la facultad de anular... ¿por qué hemos de creer que quienes proponen o practican ya el sacrilegio institucionalizado van a seguir los procesos de anulación con todo el rigor canónico y comprobando plenamente que no existió matrimonio válido? Antes, la segunda instancia y hasta la tercera eran un freno para los abusos. Al desaparecer éstas en muchos casos... ¿quién garantiza que un obispo modernista que se lo proponga, no declare dizque "nulo" lo indisoluble, considerando -además- que hasta otros de buena fe desconocen a fondo las leyes canónicas? Si esos modernistas están dispuestos a traicionar a Cristo entregando la Eucaristía a quien vive permanentemente en pecado y no desea salir de él y por lo mismo no se arrepiente de ofender a Dios... ¿no lo estarán también para traicionar el sacramento del matrimonio por Él instituido "separando" lo que Dios ha unido?

Finalmente aclaramos que amamos y defendemos tanto la Doctrina Revelada como la Ley Divina, sin apartarnos de su espíritu, pues estos elementos son parte de un todo. Son otros -los modernistas- quienes en la teoría y/o en la práctica disocian lo que debe ir unido.

Sin duda... ¡las virtudes se han vuelto locas! La lucha del demonio contra el matrimonio avanza a grandes zancadas.

¡Ven ya, Señor Jesús!

-Se permite su reproducción citando la fuente (catolicidad.com), como todo nuestro material-

ES DE BIEN NACIDOS SER AGRADECIDOS

¡CUIDADO CON EL HALLOWEEN!

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Escucha el audio que aparecerá en unos segundos. La cita previa es del sitio -goear- donde está el audio, no es de quien lo subió ni de nuestro blog.  (suscriptores por mail: hacer clic AQUÍ)

En 2014, la fiesta de los fieles difuntos se recorre al siguiente día hábil: el 3 de noviembre.
Nuestra cultura se enfrenta hoy más que nunca a las amenazas de subproductos pseudoculturales impulsados por intereses comerciales y por un interés ideológico creciente en el mundo en el que vivimos y que trata de sustituir la identidad y tradiciones católicas propias de nuestras naciones católicas, por una cultura vanal, neopagana y materialista que borre de nuestra memoria colectiva nuestra propia idiosincracia espiritual; si los que amamos nuestras tradiciones y nuestra identidad cedemos ante algo tan trivial y vanal como el Halloween o mejor dicho Jalogüin (castellanizado), si no hacemos nada viendo como nuestra juventud es manipulada para despreciar consciente o inconscientemente nuestras tradiciones para acoger una fiesta-bazofia tan deleznable para el espíritu pero tan rentable comercialmente, ¿con qué autoridad moral podemos luego exigir la unidad de nuestra Patria, o nuestra soberanía nacional si no somos capaces de defender lo más elemental como es nuestra tradición cultural más arraigada?

No debemos tomarnos esta insidiosa amenaza como un mal menor o un juego de niños, no debemos ser condescendientes ni relajarnos ante esta invasión cultural que se nos está imponiendo poco a poco a través de la tv, cine-basura, fiestas discotequeras y ritos sectarios de tipo "new age".

Sabemos que, en algunos lugares el Jalogüin es una celebración light y sin malas intenciones en el fondo de quienes las siguen. Hay mucha ignorancia de cómo se celebra por otros o en otras partes y cuáles son sus orígenes, pero poco a poco en todas partes se irá dirigiendo hacia el campo donde tuvo su origen y hacia el satanismo, la hechicería y la magia negra a donde ya se ha derivado en muchos grupos. Para allá vamos, poco a poco, sin que tengamos ya anticuerpos que reaccionen. El árbol debe conservar sus raíces o se seca. Educamos a nuestros hijos en tradiciones acordes a nuestras creencias más profundas y a nuestra historia, o caeremos -sin darnos cuenta siquiera- en la corriente anticristiana que todo lo permea y nos lleva paulatinamente al paganismo y a la apostasía.

Lo que es light en algunos lugares, no lo es ya en otros. Lo que es mera diversión en algunos grupos, no tiene ya esa acotación en otros. Pero de cualquier modo todo irá derivando hacia la misma dirección programada ya, desde hace tiempo, por la Revolución anticristiana. Sólo es asunto de tiempo aquí o allá. Poco a poco el punto de llegada será el mismo. Es cosa sólo de tiempo -como ya señalamos- para que lo aparentemente inocuo o "light" deje de serlo.

Así se corrompe, de manera programada, nuestra cultura cristiana y nuestra idiosincracia. ¡Todo ello con la aparente inocencia de un simple y divertido juego de niños, que se irá contaminando más y más con otros elementos nocivos ya previstos por la Revolución, que gradualmente actuará para imponerlos sutilmente!

Quienes vean esto exagerado tampoco advertirán los siguientes pasos, pues lo gradual se impone a lo ideológico en quienes se acostumbran a vivir conforme a la dirección que el viento sopla. Así es como muchos padres de familia, escuelas católicas y hasta algunas parroquias se han dejado contaminar y festejan esta fiesta de origen pagano y supersticioso que en varias partes del mundo es ya una celebración netamente satanista. Diferentes expresiones de culto al demonio y al mal suceden en esa fecha y son claramente opuestos a la Fe, a Dios y a la Iglesia. Anton Szandor Lavey fundador del satanismo en EUA señalaba que hay tres fiestas satanistas al año, la principal -decía- era Jalogüin.

Por lo tanto, no es una actividad cristiana y va contra el mensaje católico el celebrar la brujería, ya que Jesús está en contra de ella en todas sus formas: espiritismo, hechicería, adivinación, lectura de cartas, horóscopos, astrología y tantas máscaras con que se encubre la maldad. Éstas han sido declaradas enemigas de la Palabra de Dios desde tiempos muy remotos y van contra todas las enseñanzas de nuestro Señor. No hay brujería "buena" y brujería mala. Tal fiesta no tiene nada que ver con la visión cristiana de la vida y de la muerte. Y el hecho de que se celebre tan próxima a la fiesta de todos los santos y del sufragio por los difuntos es un riesgo, desde el punto de vista educativo, de desnaturalizar el mensaje espiritual, religioso, humano y social de estos momentos fuertes que la fe cristiana lleva consigo. 

Reaccionemos ahora, luego será demasiado tarde. El árbol al no haber conservado sus raíces se habrá secado irremediablemente. Y lo peor: sin siquiera darse cuenta.




Haz clic aquíSATANISTAS DECLARAN: "HALLOWEEN ES LA FIESTA MÁS IMPORTANTE DENTRO DE LA IGLESIA DE SATÁN"


EL GRAN IMPEDIMENTO

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¡DECÍDETE YA, DE UNA VEZ POR TODAS, A ELIMINAR ESE OBSTÁCULO!
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PRIMERO DE NOVIEMBRE: FIESTA DE TODOS LOS SANTOS

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Entre todas las fiestas que la Iglesia ha instituido en reverencia de los santos que están en los cielos, la más solemne es la que celebra en este día en honra de todos; porque en ella a todos los abraza, a todos se encomienda y llama en su favor. Instituyóla en Roma Bonifacio IV en honor de la Virgen santísima y de todos los santos mártires, consagrándoles, en el año 607, el templo llamado Panteón, en el cual habían sido adorados todos los falsos dioses de la gentilidad. Más tarde Gregorio IV ordenó que aquella fiesta se hiciese en honra de todos los santos del cielo y mandó que se celebrase en toda la cristiandad, señalando para ello este día primero de noviembre. Tres fueron las razones principales de esta institución: reparar lo que la fragilidad humana hubiese faltado por ignorancia o descuido en las fiestas particulares de los santos; alcanzar, por la poderosa intercesión de todos los santos juntos, las gracias que hemos menester, y animarnos a la imitación de sus virtudes, con la esperanza de alcanzar el premio de la eterna gloria que ellos alcanzaron.

“Consideremos, nos dice San Cipriano, y pensemos con frecuencia, que hemos renunciado al mundo y que vivimos en la tierra como huéspedes y peregrinos. Suspiremos por aquel día en que a cada uno se nos ha de señalar morada en aquella verdadera patria y en que, sacados de este destierro, y libres de los lazos del siglo, hemos de entrar en el reino celestial. ¿Quién hay que, viviendo lejos de su patria, no arda en deseos de tornar a ella? ¿Quién hay que, navegando de vuelta a su hogar y familia, no deseé viento favorable para poder abrazar a las prendas de su corazón? Nuestra patria es el paraíso; son nuestros parientes los santos patriarcas: ¿por qué no nos damos prisa y corremos para ver nuestra patria y saludar a los parientes? Allí nos espera un gran número de amigos; allí nos echa de menos una gran muchedumbre de parientes, hermanos e hijos, seguros ya todos de su gloria inmortal, pero solícitos de nuestra salvación. ¡Qué alegría ha de ser para ellos y para nosotros el vernos y abrazarnos! ¡Qué deleite el de aquellos reinos celestiales donde, sin el temor de la muerte, se posee una eternidad de vida! ¡Oh felicidad suprema que nunca se ha de acabar! Allí está el glorioso coro de los apóstoles. Allí la alegre compañía de los profetas. Allí el innumerable ejército de los santos mártires, coronados por la victoria que alcanzaron de los tiranos y verdugos. Allí las purísimas vírgenes que, con la virtud de su continencia, triunfaron de las malas inclinaciones de su cuerpo. Allí los misericordiosos que, socorriendo largamente las necesidades de los pobres, cumplieron con toda justicia y observando los preceptos del Señor, colocaron en el tesoro del cielo los patrimonios de la tierra. Apresurémonos con vivas ansias a llegar a donde ellos están, deseemos hallarnos presto con ellos, para que podamos reinar presto con Cristo.” (San. Cipriano, lib. De mortalit).

Reflexión: Dice muy bien San Gregorio: “Al oír las cosas de aquella gloria, nuestra alma suspira por ellas y ya desea encontrarse donde espera gozar sin fin. Pero los grandes premios no se alcanzan sin grandes trabajos. Y así dice san Pablo que no será coronado sino aquel que legítimamente peleare. Deleítese en hora buena, el ánimo con la grandeza de los premios; pero no desmaye en los trabajos de la campaña.”

Oración: Todopoderoso y sempiterno Dios, que nos concedes la gracia de celebrar en una solemnidad los méritos de todos los santos, rogámoste que atendiendo a tan grande muchedumbre de intercesores, derrames sobre nosotros la abundancia deseada de tus misericordias. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Fuente: “FLOS SANCTORVM”
Ver también, haz clic:AQUÍ y ACÁ

MANDEMOS DECIR MISAS, GANEMOS INDULGENCIAS Y OREMOS POR NUESTROS DIFUNTOS

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LAS ALMAS QUE LIBREMOS DEL PURGATORIO SERÁN NUESTROS GRANDES INTERCESORES Y ABOGADOS EN EL CIELO

La Indulgencia consiste en esto: cuando alguien comete un pecado y se arrepiente, Dios le perdona, pero le queda algo pendiente (o bien, si quedan pecado veniales). Esa obligación o deuda que nos queda pendiente se limpia en el Purgatorio y puede eliminarse total o parcialmente mediante la práctica de Indulgencias. 



La doctrina de la Iglesia sobre el Purgatorio encuentra fundamento en la Biblia, cuando ésta se sabe interpretar correctamente:

El texto del 2 Macabeos 12, 43-46 da por supuesto que existe una purificación después de la muerte.

(Judas Macabeo) efectuó entre sus soldados una colecta... a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado... Pues... creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren en gracia de Dios... Ofreció este sacrificio por los muertos; para que fuesen perdonados de su pecado.

Los protestantes no reconocen que este libro es parte de la Biblia porque Lutero lo quitó de su Biblia precisamente porque él sabía que se refería al purgatorio. (Ver Desarrollo del canon)

Sin embargo el Nuevo Testamento hace referencia a 2 Macabeos. Por ejemplo, Hebreos 11,35

"Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor"

Los únicos que en el Antiguo Testamento a quienes se aplica este pasaje es a los mártires macabeos, que fueron torturados por conseguir la resurrección (2 Mac. 7:11, 14, 23, 29, 36).

Asimismo las palabras de nuestro Señor:

El que insulte al Hijo del Hombre podrá ser perdonado; en cambio, el que insulte al Espíritu Santo no será perdonado, ni en este mundo, ni en el otro. Mt 12,32.

Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo. Lucas 12,58-59

En estos pasajes Jesús hace referencia a un castigo temporal que no puede ser el infierno ni tampoco el cielo.

Se llega a semejante conclusión en la carta de San Pablo, 1 Corintios 3, 12-13:

Pues la base nadie la puede cambiar; ya está puesta y es Cristo Jesús. Pero, con estos cimientos, si uno construye con oro, otro con plata o piedras preciosas, o con madera, caña o paja, la obra de cada uno vendrá a descubrirse. El día del Juicio la dará a conocer porque en el fuego todo se descubrirá. El fuego probará la obra de cada cual: si su obra resiste el fuego, será premiado; pero, si es obra que se convierte en cenizas, él mismo tendrá que pagar. El se salvará, pero como quien pasa por el fuego".

De manera que hay un fuego después de la muerte que, diferente al del infierno, es temporal. El alma que por allí pasa se salvará. A ese estado de purgación le llamamos el "purgatorio".

1 Cor 15,29: "De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los muertos?"

La palabra "bautismo" es utilizada aquí como una metáfora para expresar sufrimiento o penitencia (Mc 10,38-39; Lc 3,16; 12,50). Pablo escribe sobre una práctica entre los cristianos de "bautizarse" por los difuntos. El no la condena, si no que la exalta como válida porque demuestra fe en la resurreción.


SEÑOR: DANOS LA VICTORIA FINAL

HISTÓRICO Y MAGISTRAL DOCUMENTO DE MONS. SCHNEIDER DONDE ANALIZA LAS DESVIACIONES DEL SÍNODO DE LOS OBISPOS

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CATOLICIDAD publicó un escrito (ver haciendo clic AQUÍ), recién terminado el Sínodo, en el que hacía una evaluación del resultado final del mismo. Celebramos que éste coincide plenamente con el que ahora nos presenta magistralmente, y con mayor detalle y autoridad, Mons. Schneider publicado por Rorate Caeli. Lo recomendamos vivamente. Es indispensable su lectura y su difusión entre los fieles católicos. Es tan claro y contundente que no deja lugar a dudas cuál es la verdadera doctrina de la Iglesia, misma que se está traicionando y tergiversando -como demuestra Mons. Schneider- en el documento final de los obispos. Dada la confusión que reina actualmente en la Iglesia provocada por la quinta columna modernista (denunciada por san Pío X hace ya más de un siglo) que ha cobrado recientemente un vigor inusitado en su lucha contra la doctrina perenne del Evangelio, enseñada durante dos mil años por la Iglesia Católica, este escrito -que no dudamos en calificar de verdaderamente histórico- será un rayo de luz y paz para los laicos y sacerdotes que luchan por mantenerse siempre fieles a la Palabra de Dios y a las enseñanzas inmodificables del Magisterio bimilenario de la Iglesia. Demos gracias a Dios que siempre ha suscitado quien señale los errores y cuál es la Verdad católica durante las grandes crisis que ha vivido la Iglesia y en las que una gran parte de la jerarquía se desvía. Así fue el caso, por ejemplo, de san Atanasio que defendió la fe contra una jerarquía pro-arriana que en su mayoría se apartaba del dogma católico. Sin duda alguna, la presente crisis de la Iglesia es la mayor que ha sufrido en su historia y es sólo comparable con la que se vivió durante la herejía arriana. Quizá estemos presenciando ya el desarrollo de la apostasía universal que está predicha por Dios. Durante la misma, solo un pequeño rebaño permanecerá fiel. Deseamos que a todos nuestros lectores el Señor les dé la gracia de permanecer en él, pues en nombre de una falsa "obediencia" es muy fácil y más sencillo seguir el camino ancho que lleva al despeñadero eterno. No olvidemos la máxima que se consigna en la propia Sagrada Escritura: Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. Los representantes no tienen el poder de enmendarle la plana al poderdante que es Cristo-Dios.

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S
u Excelencia el Obispo Atanasio Schneider, uno de los prelados más visibles que trabajan para la restauración de la Misa latina tradicional y para la fe, ha escrito una respuesta al Sínodo (de casi 5.000 palabras) en exclusiva para nuestros lectores. Cualquier persona puede reproducir o enlazar este artículo, pero se debe hacer referencia a Rorate Caeli como fuente, y si se reproduce la traducción a la edición española.

Queremos expresar nuestra más sincera gratitud a Su Excelencia por tomarse el tiempo para analizar y expresar sus puntos de vista sobre uno de los eventos más importantes en la historia de la Iglesia – que él también lo ve como una “puerta trasera” para la Sagrada Comunión para los adúlteros, como el rechazo de las enseñanzas de Cristo y como un Informe Final (Relatio Finalis) lleno de “bombas de relojería”.


La puerta falsa hacia una práctica neo-mosaica en el Informe Final del Sínodo

Autor: Mons. Atanasio Schneider, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santa María en Astana

La XIV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (del 4 al 25 de Octubre de 2015), que se dedicó al tema de “La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”, emitió un informe final (Relatio finalis) con algunas propuestas pastorales que fueron presentadas al criterio del Papa. El documento en sí es solamente de carácter consultivo y no posee un valor magisterial formal.

Sin embargo, durante el Sínodo, aparecieron los nuevos fariseos y verdaderos nuevos discípulos de Moisés, que en los numerales 84 al 86 del Informe Final abrieron la puerta falsa (con bombas de relojería inminentes) para la admisión a la Santa Comunión de los divorciados vueltos a casar. Al mismo tiempo, los obispos que defendieron intrépidamente a “la Iglesia [que] profesa la propia fidelidad a Cristo y a su verdad” (Exhortación Apostólica de Juan Pablo II Familiaris Consortio, 84) se encontraron etiquetados injustamente como fariseos en algunos medios de comunicación.

Durante las dos últimas Asambleas del Sínodo (en 2014 y en 2015), los nuevos discípulos de Moisés y los nuevos fariseos maquillaron el hecho de negar la indisolubilidad del matrimonio y el hecho de suspender el sexto mandamiento, en base a un supuesto ‘caso por caso’, bajo el pretexto de un nuevo concepto de la misericordia o del uso de expresiones tales como: “el camino de discernimiento”, “acompañamiento”, “orientaciones del obispo”, “diálogo con el sacerdote”, “foro interno,” “una integración más plena en la vida de la Iglesia” o “una posible supresión de la imputabilidad sobre la convivencia en uniones irregulares (cf. Informe Final, nn. 84-86).

De hecho, esta sección del texto en el Informe Final, contiene trazas de una práctica neo-mosaica del divorcio, a pesar de que los redactores, con habilidad, y de una manera astuta, evitaron cualquier cambio directo en la doctrina de la Iglesia. Por lo tanto, todas las partes, tanto los promotores de la llamada “agenda Kasper” como sus oponentes, se encuentran aparentemente satisfechos al afirmar: “Todo está bien. El Sínodo no cambió la doctrina”. Sin embargo, esta percepción es bastante ingenua, porque ignora la puerta falsa y las bombas de relojería contenidas en la sección del texto antes mencionado y que se hacen manifiestas ante un examen cuidadoso del texto debido a sus propios criterios internos de interpretación.

Incluso, cuando se habla de un “camino de discernimiento”, se está hablando de “arrepentimiento” (Informe Final, numeral 85.). No obstante, se mantiene aquí, gran cantidad de ambigüedades. De hecho, de acuerdo con las reiteradas afirmaciones del Cardenal Kasper y de clérigos afines, tal arrepentimiento se refiere a los pecados pasados ​​contra el cónyuge del primer matrimonio válido, y de hecho, el arrepentimiento del divorciado no puede referirse a los actos de su cohabitación marital con la nueva pareja con la que se casó por lo civil.

La aserción (en los númerales 85 y 86 del Informe Final), de que un discernimiento tiene que ser hecho de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia y en base a un juicio correcto, continúa aun así siendo ambigua. De hecho, el Cardenal Kasper juntamente con clérigos afines, aseguraron enfática y reiteradamente que la admisión de los divorciados vueltos casar a la Santa Comunión no toca el dogma de la indisolubilidad y la sacramentalidad del matrimonio, y que una sentencia en conciencia, en este caso, tiene que ser considerada como correcta, incluso cuando los divorciados vueltos a casar sigan conviviendo como matrimonio de hecho; y que no deben ser obligados a vivir en total continencia como hermano y hermana.

Al citar el famoso numeral 84 de la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio de Juan Pablo II, los redactores del numeral 85 en el Informe Final, censuraron el texto, eliminando la siguiente formulación decisiva: “La forma de la Eucaristía sólo puede ser concedida a los que toman sobre sí el deber de vivir en plena continencia, es decir, de abstenerse de los actos propios de los esposos”.

Esta práctica de la Iglesia se basa en la revelación divina de la Palabra de Dios: escrita y transmitida a través de la Tradición. Esta práctica de la Iglesia es una expresión de la tradición ininterrumpida que va desde los Apóstoles y, por lo tanto, permanece inmutable por todos los tiempos. Ya San Agustín afirmó:“Quien rechaza a su esposa adúltera y se casa con otra mujer, mientras que su primera esposa aún vive, se mantiene perpetuamente en el estado de adulterio. Un hombre así no hará ninguna penitencia eficaz mientras se niegue a abandonar a la nueva esposa. Si él es un catecúmeno, no puede ser admitido en el bautismo, porque su voluntad permanece arraigada en el mal. Si es un penitente (ya bautizado), no puede recibir la reconciliación (eclesiástica), en tanto y en cuanto no rompa con su mala actitud.” (De adulterinis coniugiis, 2, 16). De hecho, la censura intencionada antes mencionada de la enseñanza de Familaris Consortio n. 85 en el Informe Final, representa para cualquier hermenéutica coherente, la clave para la interpretación de la sección sobre de los divorciados vueltos a casar (numerales 84-86).

En nuestros días existe una presión ideológica permanente y omnipresente en nombre de unos medios de comunicación, que son a su vez compatibles con el pensamiento único impuesto por las potencias mundiales anti-cristianas, con el objetivo de abolir la verdad acerca de la indisolubilidad del matrimonio – banalizar lo sagrado carácter de esta institución divina mediante la difusión de una anti-cultura del divorcio y el concubinato. Ya hace 50 años, el Concilio Vaticano II afirmó que los tiempos modernos están infectadas con la plaga del divorcio (cf. Gaudium et spes, 47). El mismo Concilio advierte que el matrimonio cristiano, como sacramento de Cristo, “no sea profanado por el adulterio o el divorcio” (Gaudium et spes, 49).

La profanación del “gran sacramento” (Ef. 5, 32) del matrimonio por el adulterio y el divorcio, ha alcanzado proporciones masivas a un ritmo alarmante, no sólo en la sociedad civil, sino también entre los católicos. Cuando los católicos por medio del divorcio y el adulterio (que en la teoría y en la práctica rechazan la voluntad de Dios expresada en el sexto mandamiento), se ponen en serio peligro espiritual de perder su salvación eterna.

El acto más misericordioso que se podría hacer en nombre de los Pastores de la Iglesia, sería la de llamar la atención sobre este peligro por medio de una clara – y al mismo tiempo caritativa – admonición sobre la necesidad de aceptar completamente el sexto Mandamiento de la Ley de Dios. Tienen que llamar a las cosas por su nombre, exhortando: “el divorcio es el divorcio”, “el adulterio es adulterio” y “quienes cometen pecados graves consciente y libremente, contra los Mandamientos de Dios – y en este caso en concreto, contra el sexto mandamiento – y muere sin arrepentimiento recibirán condenación eterna y serán excluidos para siempre del Reino de Dios”.

Tal amonestación y exhortación sería precisamente la obra del Espíritu Santo como Cristo nos enseñó: ” y cuando Él venga, convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio” (Juan 16: 8). Al explicar la obra del Espíritu Santo en “El Espiritu que convence al mundo en lo referente al pecado“, el Papa Juan Pablo II dijo: “Cada pecado, realizado en cualquier lugar y momento, hace referencia a la Cruz de Cristo y por tanto, indirectamente también al pecado de quienes « no han creído en él », condenando a Jesucristo a la muerte de Cruz.” (Encíclica Dominum et Vivificantem, 29). Los que llevan a cabo una vida de casados ​​con una pareja, que no sea su cónyuge legítimo (como es el caso de los divorciados vueltos a casar civilmente), rechazan la voluntad de Dios. El convencer a esas personas en lo referente a este pecado, es una obra movida por el Espíritu Santo y mandada por Jesucristo; y por lo tanto es una obra eminentemente pastoral y misericordiosa.

Lamentablemente, el Informe Final del Sínodo omitió concretamente, la obligación de tratar de convencer a los divorciados vueltos a casar en lo referente a su respectivo pecado. Mas al contrario, los Padres sinodales, bajo pretexto de misericordia y de una falsa pastoral, apoyaron las formulaciones de los numerales 84-86 en la Relatio, tratando de encubrir el peligroso estado espiritual de los divorciados vueltos a casar.

De facto, les dicen que su pecado de adulterio no es pecado, y que definitivamente el adulterio no lo es; o al menos que no es un pecado grave; y que no hay peligro espiritual en su estado de vida. Tal comportamiento, por parte de estos pastores, es directamente contrario a la obra del Espíritu Santo y, por tanto, es anti-pastoral y una obra de los falsos profetas a los que se podría aplicar las siguientes palabras de la Sagrada Escritura: “¡Ay, los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad; que dan amargo por dulce, y dulce por amargo!” (Is.5:20) y: “Tus profetas vieron para ti visiones de falsedad e insipidez. No revelaron tu culpa, para cambiar tu suerte. Oráculos tuvieron para ti de falacia e ilusión.” (Lm 2: 14). Sin duda, a tales obispos el apóstol Pablo, diría hoy estas palabras: "Porque esos tales son unos falsos apóstoles, unos trabajadores engañosos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo." (II Co 11:13).

El texto del Informe Final del Sínodo no sólo omite convencer de forma inequívoca a los divorciados vueltos a casar civilmente de lo gravemente pecaminoso y adúltero que es este estilo de vida que lleva, sino que justifican indirectamente ese estilo de vida, básicamente, al asignar esta cuestión al ámbito de la conciencia individual y por medio de una inadecuada aplicación del principio moral de imputabilidad en el caso de cohabitación de los divorciados vueltos a casar. De hecho, la aplicación del principio de imputabilidad a una vida estable, permanente y pública, en adulterio es incorrecto y engañoso.

La disminución de la responsabilidad subjetiva se da sólo en el caso de parejas que tengan el firme propósito de vivir en plena continencia y de hacer esfuerzos sinceros en el mismo. Mientras estas parejas persistan intencionalmente en continuar una vida de pecado, no podrá haber una suspensión de imputabilidad. Da la impresión, que el Informe Final sugirió, que el estilo de vida pública en adulterio – como lo es el caso de los que se vuelven a casar por lo civil – no está violando el vínculo sacramental e indisoluble del matrimonio o de que no representa un pecado mortal o grave y que esta cuestión es, además, una cuestión de conciencia privada. De este modo se puede afirmar, una deriva más próxima hacia el principio protestante sobre el juicio subjetivo en cuestiones de fe y disciplina, y una cercanía intelectual a la errónea teoría de la “opción fundamental“; teoría que ya ha sido condenada por el Magisterio (Cf. Juan Pablo II, Encíclica Veritatis Splendor, 65-70).

Los Pastores de la Iglesia no deben promover, en ningún caso, la cultura de divorcio entre los fieles. Se debe evitar incluso, el más pequeño de los indicios por ceder ante la práctica o a la cultura del divorcio. La Iglesia en su conjunto debe de dar un testimonio convincente y fuerte en relación a la indisolubilidad del matrimonio. El Papa Juan Pablo II dijo del divorcio: "Tratándose de una plaga que, como otras, invade cada vez más ampliamente incluso los ambientes católicos, el problema debe afrontarse con atención improrrogable." (Familiaris consortio, 84).

La Iglesia tiene que ayudar a los divorciados vueltos a casar con amor y con paciencia para que reconozcan su propio pecado y para ayudarles a convertirse, con todo su corazón, a Dios y a la obediencia debida a Su santa voluntad, que está expresada en el sexto Mandamiento. Mientras continúen dando un anti-testimonio público de indisolubilidad del matrimonio, contribuyendo con la cultura de divorcio, los divorciados vueltos a casar no podrán ejercer aquellos ministerios litúrgicos, catequéticos e institucionales dentro de la Iglesia, que exigen por su propia naturaleza una vida pública de acuerdo con los mandamientos de Dios.

Es obvio, que los infractores públicos del quinto y séptimo Mandamientos –por poner un ejemplo- tales como los propietarios de una clínica abortista o los colaboradores de una red de corrupción, no sólo no pueden recibir la Santa Comunión, sino que evidentemente, no podrán ser admitidos a servicios públicos litúrgicos y catequéticos. De manera análoga, los infractores públicos del sexto mandamiento, como los divorciados vueltos a casar, no pueden ser admitidos al puesto de lectores, padrinos o catequistas. Por supuesto que uno tiene que distinguir entre la gravedad del mal causado por el estilo de vida de promotores públicos de aborto y corrupción con el mal causado por las personas divorciadas que llevan una vida adultera. Uno no puede ponerlos en pie de igualdad. La defensa para la admisión de los divorciados vueltos a casar a la función de padrinos y catequistas en última instancia, no tiene como objetivo el verdadero bien espiritual de los niños, sino que resulta ser la instrumentalización de una agenda ideológica específica. Esta es una deshonestidad y una burla al deber de los padrinos o catequistas, quienes por medio de una promesa pública contrajeron la obligación de ser educadores de la fe.

En el caso de los padrinos o catequistas que están divorciados y vueltos a casar, su vida contradice continuamente sus palabras, y lo que tienen que hacer frente a la amonestación del Espíritu Santo a través de la boca del Apóstol Santiago:“Poned por obra la Palabra y no os contentéis sólo con oírla, engañándoos a vosotros mismos.” (Santiago 1: 22). Por desgracia, el Informe Final en el numeral 84, aboga por la admisión de los divorciados vueltos a casar a los oficios litúrgicos, pastorales y educativos. Esta propuesta representa un apoyo indirecto a la cultura del divorcio y una negación práctica de un estilo de vida objetivamente pecaminoso. Por el contrario, el Papa Juan Pablo II, indica sólo las siguientes posibilidades de participar en la vida de la Iglesia, y que por su parte pretende una verdadera conversión: “Se les exhorte a escuchar la Palabra de Dios, a frecuentar el sacrificio de la Misa, a perseverar en la oración, a incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad en favor de la justicia, a educar a los hijos en la fe cristiana, a cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios.” (Familiaris Consortio, 84).

La no admisión a los sacramentos y a los públicos puestos, litúrgicos y catequéticos, debe seguir siendo un área saludable de exclusión, con el fin de recordar a los divorciados su serio estado espiritual y peligro real y al mismo tiempo, promover en sus almas el espíritu de humildad, de obediencia y de anhelo por la auténtica conversión. Humildad significa tener coraje por la verdad y sólo los que se someten humildemente a Dios, recibirán sus gracias.

Los fieles, que no tienen aún la disposición y la voluntad de dejar una vida adúltera, deben ser espiritualmente ayudados. Su estado espiritual es similar al de una especie de “catecumenado” en relación al sacramento de la Penitencia. Ellos pueden recibir el sacramento de la Penitencia – que fue llamado en la Tradición de la Iglesia, “el segundo bautismo” o “la segunda penitencia” – sólo si se rompen sinceramente con el hábito de la convivencia adúltera, y si evitan el escándalo público de manera análoga a como lo hacen los catecúmenos, candidatos al bautismo. El Informe Final omite llamar a los divorciados vueltos a casar hacia el humilde reconocimiento de su objetivo estado pecaminoso, porque omite animarlos a aceptar, con el espíritu de la fe, la no admisión a los sacramentos y a los puestos públicos litúrgicos y catequéticos. Sin tal reconocimiento realista y humilde de su propio estado espiritual real, no habrá progreso efectivo hacia una conversión cristiana auténtica, ya que esta, en el caso de los divorciados y vueltos a casar, consistiría en una vida de completa continencia, dejando de pecar contra la santidad del sacramento del matrimonio y de desobedecer públicamente al sexto Mandamiento de Dios.

Los Pastores de la Iglesia, y sobre todo, los textos públicos del Magisterio, tienen que hablar de manera clara en todo lo posible, ya que esta es la característica esencial de la tarea del Magisterio oficial. Cristo exige a todos sus discípulos a hablar de una manera muy clara: “Sea vuestro lenguaje: “Sí, sí”; “no, no”: que lo que pasa de aquí viene del Maligno.” (Mt 5: 37). Esto es válido, ante todo, cuando los Pastores de la Iglesia prediquen o cuando el Magisterio hable en un documento.

La sección de texto correspondiente a los numerales 84-86 del Informe Final representa, por desgracia, un grave quebrantamiento de este mandato divino. De hecho, en los citados pasajes del texto, no se abogó directamente a favor de la legitimidad de la admisión de los divorciados vueltos a casar a la Sagrada Comunión; el texto incluso evita la expresión “Santa Comunión” o “sacramentos”. En cambio, el texto, por medio de tácticas de ofuscación, utiliza expresiones ambiguas tales como “una participación más plena en la vida de la Iglesia” y “discernimiento e integración.”

Debido a estas tácticas de ofuscación, el Informe Final, ha puesto de hecho, bombas de relojería y una falsa puerta hacia la admisión de los divorciados vueltos a casar a la Santa Comunión, causando con esto, una profanación de los dos grandes sacramentos del Matrimonio y de la Eucaristía, y contribuyendo, al menos indirectamente, con la cultura del divorcio – a la difusión de la “plaga del divorcio” (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 47).

Al leer detenidamente el texto ambiguo en la sección del texto “Discernimiento e integración” en el Informe Final, uno se queda con la impresión de una ambigüedad muy hábil y elaborada. Uno se acuerda de las siguientes palabras de San Ireneo en su “Adversus haereses”: “De manera semejante quien conserva inquebrantable la Regla de la verdad[92] que recibió en el bautismo, reconocerá los nombres, los dichos y las parábolas tomados de las Escrituras, pero no sus teorías blasfemas. [548] Reconocerá las piedras del mosaico, pero no aceptará que la figura de la zorra sustituya el retrato del rey. Volviendo a colocar las palabras en su propio orden y en el contexto del cuerpo de la verdad, dejará al desnudo las creaciones que ellos han fantaseado y probará su falta de consistencia. Como a una tal comedia sólo le falta que se le desenmascare, y no hay entre esos payasos alguno que acabe con esa farsa, hemos pensado en primer lugar mostrar aquellos puntos en los cuales los mismos padres de tales fábulas difieren entre sí, puesto que están inspirados por diversos espíritus del error. Y, en segundo lugar, a partir de su comparación podremos demostrar, si examinamos el asunto atentamente, la verdad que la Iglesia predica y los errores enmascarados que ellos pregonan.” (I, 9, 4-5).

El Informe Final parece que deja la solución a la cuestión sobre la admisión de los divorciados vueltos a casar a la Santa Comunión, en manos de las autoridades locales de la Iglesia: con el “acompañamiento de los sacerdotes” y las “orientaciones del obispo“. Sin embargo, tal cuestión está ligada esencialmente con el depósito de la fe, es decir con la palabra revelada de Dios. La no admisión de los divorciados que están viviendo en un estado público de adulterio, es verdad inmutable de la ley de la fe católica y por consiguiente también de la ley de la práctica litúrgica católica.

El Informe Final parece inaugurar una cacofonía doctrinal y disciplinaria de la Iglesia Católica, lo que contradice la misma esencia de ser católico. Uno tiene que recordar las palabras de San Ireneo, sobre la auténtica forma de la Iglesia católica en todo momento y en todo lugar: “Como antes hemos dicho, la Iglesia recibió esta predicación y esta fe, y, extendida por toda la tierra, con cuidado la custodia como si habitara en una sola familia. Conserva una misma fe, como si tuviese una sola alma y un solo corazón (Hech 4,32), y la predica, enseña y transmite con una misma voz, como si no tuviese sino una sola boca. Ciertamente son diversas las lenguas, según las diversas regiones, pero la fuerza de la Tradición es una y la misma. Las iglesias de la Germania no creen de manera diversa ni transmiten otra doctrina diferente de la que predican las de Iberia o de los Celtas, o las del Oriente, como las de Egipto o Libia, así como tampoco de las iglesias constituidas en el centro del mundo; sino que, así como el sol, que es una creatura de Dios, es uno y el mismo en todo el mundo, así también la luz, que es la predicación de la verdad, brilla en todas partes (Jn 1,5) e ilumina a todos los seres humanos (Jn 1,9) que quieren venir al conocimiento de la verdad (1 Tim 2,4). Y ni aquel que sobresale por su elocuencia entre los jefes de la Iglesia predica cosas diferentes de éstas -porque ningún discípulo está sobre su Maestro (Mt 10,24)-, ni el más débil en la palabra recorta la Tradición: siendo una y la misma fe, ni el que mucho puede explicar sobre ella la aumenta, ni el que menos puede la disminuye.” (I, 10, 2).

La sección del Informe Final sobre los divorciados vueltos a casar, evita confesar cuidadosamente, el principio inmutable de toda la tradición católica, y por la cual, aquellos que viven en una unión marital no válida pueden ser admitidos a la Sagrada Comunión únicamente bajo la condición de que prometan vivir en plena continencia y evitar el escándalo público. Juan Pablo II y Benedicto XVI confirmaron enérgicamente este principio católico. La omisión deliberada de mencionar y reafirmar este principio en el texto del Informe Final, puede ser comparada con la evasión sistemática de la expresión “homoousios” por parte de todos los oponentes al dogma del Concilio de Nicea en el siglo IV – los arrianos formales y los llamados semi-arrianos -, que continuamente inventaban otras expresiones con tal de no confesar directamente la consustancialidad del Hijo de Dios con Dios Padre.

Tal variedad de confesiones supuestamente católicas, en nombre de la mayoría del episcopado del siglo IV, causó una actividad eclesiástica febril, con reuniones sinodales continuas y una proliferación de nuevas fórmulas doctrinales; todas ellas con el denominador común de evitar la claridad terminológica, es decir, de evitar la expresión “homoousios.” Del mismo modo, en nuestros días los dos últimos Sínodos de la familia han evitado nombrar y confesar con claridad el principio de toda la Tradición Católica: que los que viven en una unión marital no válida pueden ser admitido a la Sagrada Comunión únicamente bajo la condición de que prometan vivir en completa continencia y de que eviten el escándalo público.

Este hecho queda también demostrado, por la reacción inequívoca e inmediata de los medios de comunicación seculares y por la reacción de los principales defensores de la nueva práctica no-católica, la de admitir a los divorciados vueltos a casar a la Santa Comunión mientras mantienen una vida de público adulterio. Por ejemplo, el Cardenal Kasper, el Cardenal Nichols y el Arzobispo Forte, afirmaron públicamente que de acuerdo con el Informe Final, uno puede suponer que de alguna manera se ha abierto una puerta a la Comunión para los divorciados vueltos a casar. Existe también un número considerable de obispos, sacerdotes y laicos que se regocijan a causa de la llamada “puerta abierta” que encontraron en el Informe Final. En lugar de guiar a los fieles con una clara e inequívoca enseñanza , el Informe Final provocó una situación de oscurecimiento, de confusión, de subjetividad (el juicio de la conciencia del foro interno de los divorciados) y un particularismo doctrinal y disciplinario no-católico, en una cuestión que está conectada esencialmente al depósito de la fe transmitida por los Apóstoles.

Aquellos de nosotros que en nuestros días defienden enérgicamente la santidad de los sacramentos del Matrimonio y de la Eucaristía son etiquetados como fariseos. Sin embargo, dado que el principio lógico de no contradicción prevalece y el sentido común funciona, lo contrario es cierto.

Los ofuscadores de la Divina Verdad en el Informe Final se parecen más a los fariseos. Ya que con el fin de conciliar una vida en adulterio, con la recepción de la Sagrada Comunión, han inventado, habilidosamente, una nueva letra, una nueva ley de “discernimiento y de integración”, con la introducción de nuevas tradiciones humanas contra el mandamiento cristalino de Dios. Estas palabras de la Verdad Encarnada van dirigidas a los promotores de la denominada ‘agenda de Kasper’: “anulando así la Palabra de Dios por vuestra tradición que os habéis transmitido” (Marcos 7: 13). Aquellos que durante 2.000 años hablaron sin descanso y con una mayor claridad acerca de la inmutabilidad de la Verdad divina, a menudo a costa de sus propias vidas, también serían etiquetados en nuestros días como fariseos; y así serían etiquetados San Juan Bautista, San Pablo, San Ireneo, San Atanasio, San Basilio, San Tomás Moro, San Juan Fisher o San Pío X, por mencionar sólo los ejemplos más brillantes.

El resultado real del Sínodo en relación a la percepción de los fieles y de la opinión pública laica fue la de que prácticamente hubo un solo foco con la cuestión de la admisión de los divorciados a la Santa Comunión. Se puede afirmar que el Sínodo, en cierto sentido, resultó ser a los ojos de la opinión pública el Sínodo de adulterio y no el Sínodo de la familia. De hecho, todas las bellas afirmaciones del Informe Final sobre el matrimonio y la familia quedaron eclipsados ​​con las afirmaciones ambiguas en la sección del texto de los divorciados vueltos a casar; un tema que ya estaba confirmado y decidido por el magisterio de los últimos Pontífices Romanos en fiel conformidad con la práctica y la enseñanza bi-milenaria de la Iglesia. Por lo tanto, es una verdadera lástima, que los obispos católicos, los sucesores de los Apóstoles, utilicen asambleas sinodales con el fin de hacer un atentado contra la práctica constante e inmutable de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio, es decir, la no admisión de los divorciados que viven en una unión adúltera a los Sacramentos.

San Basilio en su carta al Papa Dámaso, hizo un retrato realista de la confusión doctrinal causada por aquellos eclesiásticos que buscaban un compromiso vacío, y una adaptación al espíritu del mundo en su tiempo:"Las tradiciones son menospreciadas; las artimañas de los innovadores están de moda en las Iglesias; ahora los hombres son más bien organizadores de sistemas maliciosos que teólogos; la sabiduría de este mundo que obtiene los más altos premios es la que ha rechazado la gloria de la Cruz. Los ancianos se lamentan cuando comparan el presente con el pasado. Los más jóvenes son los más dignos de compasión, porque ellos aún no saben de lo que han sido privados" (Ep 90, 2).

En una carta de San Basilio al Papa Dámaso y a los obispos occidentales, se describe la situación confusa en el interior de la Iglesia de la siguiente manera:

“Se trastornan los dogmas de la religión; se confunden las leyes de la Iglesia. La ambición de los que no temen al Señor salta a las dignidades, y se propone el episcopado como premio de la más descarada impiedad, de suerte que a quien más graves blasfemias profiere, se le tiene por más apto para regir al pueblo como obispo. Desapareció la gravedad episcopal. Faltan pastores que apacienten con ciencia el rebaño del Señor. La libertad de pecar es mucha. Y es que quienes han subido al gobierno de la Iglesia por empeño humano, lo pagan luego consintiéndolo todo a quienes pecan. La maldad no tiene límite; los pueblos no son corregidos; los prelados no tienen libertad para hablar. Porque quienes adquirieron para sí el poder o la dignidad episcopal por medio de los hombres, son esclavos de quienes les hicieron esa gracia. Y ahora la misma reivindicación de la ortodoxia es vista en algunos círculos como una oportunidad para el ataque mutuo; y los hombres ocultan su mala voluntad privada y pretenden que su hostilidad es todo por el bien de la verdad. Sobre todo eso ríen los incrédulos, vacilan los débiles en la fe, la fe misma es dudosa, la ignorancia se derrama sobre las almas, pues imitan la verdad los que amancillan la palabra divina en su malicia. Y es que las bocas de los piadosos guardan silencio, y anda suelta toda lengua blasfema. Lo santo está profanado; la parte sana de la gente huye de los lugares de oración como de escuelas de impiedad y marchan a los desiertos, para levantar allí, entre gemidos y lágrimas, las manos al Señor del cielo. Porque sin duda ha llegado hasta vosotros lo que sucede en la mayor parte de las ciudades: la gente, con sus hijos y mujeres y hasta con los ancianos, se derraman delante de las murallas y hacen sus oraciones al aire libre, sufriendo con gran paciencia todas las inclemencias del tiempo, esperando la protección del Señor. La fe, que de los Padres que hemos recibido; la fe que sabemos que está estampada con la marca de los Apóstoles; a esta fe asentimos, así como a todo lo que fue canónica y legalmente promulgado en el pasado.” (Ep. 92, 2).

Cada período de confusión a lo largo de la historia de la Iglesia, es a la misma vez una posibilidad para recibir muchas gracias, de fuerza y coraje, y también la oportunidad de demostrar nuestro amor por Cristo, que es la Verdad encarnada. Cada bautizado, cada sacerdote y cada obispo prometieron una fidelidad inviolable; cada uno según su propio estado: a través de las promesas bautismales; a través de las promesas sacerdotales; a través de la promesa solemne en la ordenación episcopal. De hecho, todos los candidatos al episcopado prometieron: “Voy a mantener puro e íntegro el Depósito de la Fe, según la Tradición, que fue siempre y en todas partes conservada en la Iglesia.” La ambigüedad que se encuentra en el apartado de los divorciados vueltos a casar del Informe Final contradice el citado voto solemne episcopal. Aún así, todos en la Iglesia – desde el simple fiel a los custodios del Magisterio – deberían de decir:

“Non possumus!” Yo no aceptaré un discurso ofuscado ni una puerta falsa, hábilmente ocultada para la profanación del sacramento del Matrimonio y de la Eucaristía. Del mismo modo, no voy a aceptar una burla al sexto mandamiento de Dios. Prefiero ser ridiculizado y perseguido en lugar de aceptar textos ambiguos y métodos insinceros. Prefiero la cristalina “imagen de Cristo, la Verdad, en lugar de la imagen del zorro adornado con piedras preciosas” (San Ireneo), porque “yo sé a quién he creído”, “Scio, Cui credidi!” (II Timoteo 1: 12 ).

02 de Noviembre de 2015

+ Atanasio Schneider, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santa María en Astana


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