- Esta práctica contraria a la moral natural, está condenada por la Iglesia Católica
- Cuando se emplea la fertilización in vitro, luego de elegir uno, los restantes óvulos fecundados (donde existen ya vidas humanas) son criminalmente desechados y privados de su existencia (o congelados por tiempo indeterminado). Así, se da vida a un ser y simultáneamente se asesina a sus hermanos.
“Detrás del aura de felicidad que muestra un conocido músico homosexual, hablando de los bebés y de una noción de familia «moderna», hay una industria de compra y venta de bebés que son diseñados para satisfacer las necesidades de los países ricos”, esta es la principal conclusión de una comisión de expertos suecos después de investigar, a petición del Gobierno, los vientres de alquiler.
“Desde hacía años se sabía que algo en la maternidad de alquiler no estaba bien”, se recoge en el informe, y es que en este tipo de prácticas, reguladas sin ningún tipo de pudor por Naciones Unidas, “la madre es considerada como la nada, pues ni siquiera tiene el derecho a ser llamada mamá y todo responde a los deseos del comprador”.
Por ello, la investigación pone de manifiesto la necesidad de prohibir toda forma de maternidad sustituta, sea comercial o no, incluida la publicidad, a pesar de ser una fórmula apoyada por el lobby gay y homosexuales de renombre mundial.
El caso del “Bebé M”, cuya madre se vio obligada a entregar a su hijo entre lágrimas a un millonario japonés que había ordenado su compra dentro de un paquete de 16 niños que adquirió en varios hospitales de Tailandia, es uno de los ejemplos que cita The Guardian, donde se ha publicado el informe sueco.
Cualquier tipo de maternidad subrogada es explotación
En el artículo, titulado “Cualquier tipo de maternidad subrogada es explotación”, se destaca que en los vientres de alquiler se da la “verdadera mercantilización de la vida humana que mediante un clic, elige la raza y color de ojos; paga, y puede obtener al niño”.
Algunos casos más terribles que se dan, terminan con las madres obligadas a abortar después de que los compradores conocen que los niños tienen algún tipo de malformación o que son más de uno, y el cliente exige que se aborte a todos menos a uno.
Fábricas de niños
Pero el asunto pasa de castaño oscuro cuando el informe se centra en los casos de la fábricas de niños, en especial en Nigeria, donde se las conoce como “baby factory”. La periodista Milena Castigli sacó a la luz la realidad que se vive en el país africano donde miles de mujeres son esclavizadas para proveer hijos a parejas ricas, tanto heterosexuales como homosexuales.
La periodista italiana habla de jóvenes mujeres que “son secuestradas, segregadas, violadas durante meses y utilizadas como incubadoras para los recién nacidos, que serán después vendidos al extranjero para fines desconocidos”.
“Las denominadas fábricas de niños no son más que chozas donde decenas de mujeres y chicas muy jóvenes viven abarrotadas como ganado, las tienen escondidas en secreto hasta el momento del parto, con torturadores pagados por poderosos grupos criminales locales. ¿Qué ocurre con estas madres después del parto?, no se sabe. ¿Y con los niños? Tampoco”, denuncia Castigli.
Muchos de ellos son “colocados” como mercancía dentro del circuito de las adopciones internacionales y “vendidos a un alto precio a las parejas heterosexuales u homosexuales. Sin embargo, de muchos otros se pierde la pista y existe el temor de que son usados para la venta de órganos o utilizados para la pornografía infantil”, alerta la periodista.
Emanuele di Leo, Presidente de Steadfast (una organización sin ánimo de lucro que opera desde hace años en Nigeria junto a los más pobres) explica que los compradores “son occidentales que tienen problemas de fertilidad, tanto parejas heterosexuales como homosexuales, aunque también hay nigerianos ricos que buscan perpetuar su propio patrimonio genético”.
¿A qué se debe el silencio sobre esta atrocidad?
“Esta nueva frontera de explotación sexual es una práctica abominable que se salió a la luz hace unos meses pero lleva años vigente, con el silencio cómplice de muchas personas que no han denunciado la situación”, denuncia la nota de la periodista Castigli.
Y es que se calcula que el valor de un recién nacido “subrogado” oscila entre los cuatro mil y los diez mil euros. Un valor que, unido a la venta en el extranjero de cientos de mujeres para convertirse en “madres subrogadas”, convierte a este negocio en uno de los más lucrativos.
En los últimos años han sido descubiertas, sólo en Nigeria, al menos 20 fábricas de niños en las que las chicas son aprovechadas para acabar después no se sabe cómo.
“En uno de estos lugares infernales descubiertos por la Policía, se encontraron 32 mujeres encadenadas a la pared como vacas en un establo, por supuesto, todas ellas embarazadas”, finaliza la denuncia de Castigli.
Parlamento Europeo
El Parlamento Europeo se pronunció el pasado diciembre (2015) de forma muy clara y contundente sobre la gestación subrogada. Dice no a esta práctica y estima que debe prohibirse porque utiliza el cuerpo como una mercancía.
En el Informe Anual de Derechos Humanos y Democracia en el Mundo 2014, el Parlamento Europeo "condena la práctica de la gestación por sustitución, que es contraria a la dignidad humana de la mujer, ya que su cuerpo y sus funciones reproductivas se utilizan como una materia prima; estima que debe prohibirse esta práctica, que implica la explotación de las funciones reproductivas y la utilización del cuerpo con fines financieros o de otro tipo, en particular en el caso de las mujeres en los países en desarrollo, y pide que se examine con carácter de urgencia en el marco de los instrumentos de derechos humanos" (Es lo que dice textualmente el punto 115 del apartado dedicado al derecho de las mujeres y de las niñas del informe firmado por el eurodiputado rumano del Grupo Popular Cristian Dan Preda).