El pasado martes el aún presidente de los Estados Unidos Barack Obama daba su último discurso al frente de la nación. Pero lo que muchos omiten es la cantidad lamentable de bebés que murieron a raíz del aborto en los Estados Unidos, esto impulsado desde la Casa Blanca en múltiples ocasiones por el Presidente Obama con sus leyes y decretos “promuerte”.
Durante los ocho años de la gestión Obama, se calcula que se realizaron aproximadamente 8 millones de abortos en Estados Unidos, 1 millón por año, esto según información brindada por Alan Guttmacher Institute en su sitio web del año 2011. Además se calcula que el ritmo de abortos en Estados Unidos es igual o superior desde esta fecha por lo cual se estima esa cantidad de ocho millones de abortos.
En sus últimos meses como presidente Obama emitió una orden ejecutiva donde limita a los 50 estados a quitarle apoyo económico a Planned Parenthood (mayor organización abortista de Norteamérica) así también previendo un cambio de gobierno con intenciones de debilitar a dicha organización. Esto según Lifenews.com
Presidente Obama y Cecile Richards presidenta de Planned Parenthood |
No solo en su gobierno se promovió el aborto si no también se obligó a propietarios de negocios y organizaciones religiosas a pagar por medicamentos abortivos y anticonceptivos como parte de sus planes de salud a los empleados. Y como si fuera poco el gobierno Obama se negó a actuar en contra del Estado de California por obligar a iglesias a pagar abortos esto igual por planes de salud a los empleados. Informó Lifenews.com.
Se espera que con la llegada del presidente Trump el próximo 20 de enero se disminuya considerablemente el número de leyes y decretos en contra de la vida en los Estados Unidos.
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No corren buenos tiempos para la gran multinacional de aborto Planned Parenthood.
La victoria de Donald Trump en las pasadas elecciones en Estados Unidos ha supuesto un duro golpe para la empresa que se lucra con el negocio del aborto. Y es que el líder republicano prometió acabar con las ayudas estatales a este sucio negocio que recibe financiación bajo el término “salud reproductiva”.
Por este motivo Obama se apresuró a blindar la financiación al gigante abortista en uno de sus últimos movimientos en la Casa Blanca. Pero la suerte parece estar echada para Planned Parenthood, que ha cerrado dos centros en las ciudades de Milford y Somerville del estado de Massachusetts hace unas semanas.
Según el diario Milford Daily News no son los primeros cierres, ya que el mes pasado otros tres centros abortistas cerraron en este mismo estado. La presidenta de Planned Parenthood en Massachusetts, Jennifer Childs-Roshak, ha justificado el cierre como una “decisión estratégica” en lo que en realidad parece que va a ser una constante desde la victoria de Trump.
Un informe sobre “abusos y prácticas criminales”
En diciembre otros tres abortorios en las ciudades de Chambersburg, Gettysburg y Scranton dejaron de atender a clientes en Pennsylvania tras la victoria del republicano, que prometió librar la guerra contra la multinacional de aborto.
No es ningún secreto que la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos va a cortar la principal línea de financiación de Planned Parenthood, cuya cúpula ya ha admitido que la compañía vive “el momento más peligroso de sus más de 100 años de historia”.
El panorama no es precisamente muy optimista para Planned Parenthood. El Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes estadounidense acusa a la empresa abortista en un informe presentado el pasado 4 de enero sobre posibles abusos y prácticas criminales por el tráfico de órganos de bebé abortados.
Solo quedará un centro abortista en Kentucky a finales de enero
El estado de Kentucky no ha facilitado la licencia a la EMW Women's Clinic de Lexington y cerrará sus puertas a final de mes. Este cierre se une al anuncio de Paul Ryan de que el Congreso retirará los fondos al Planned Parenthood.
Nueva victoria para la comunidad provida. A finales de este mes de enero, se cerrará una clínica abortista en el Estado de Kentucky. Con este cierre, tan solo quedará un centro dedicado a esta práctica en ese estado.
El pasado 14 de enero, la Organización Nacional para Mujeres de Kentucky (Kentucky National Organization for Women), anunciaba en su página de Facebook que el próximo 27 de enero, la EMW Women’s Clinic de Lexington cerrará sus puertas. Un texto que se iniciaba asegurando que el centro era ya una "víctima" permanente del gobernador Matt Bevin, del Partido Republicano.
La razón por la cual llega este cese de actividad es que no se le ha renovado la licencia para esta práctica, facilitada por el Estado de Kentucky.
Tal y como aseguran en la publicación de la red social: "Como saben, durante los últimos 6 meses y medio, hemos intentado hacernos con la licencia para operar como centro de aborto. Pese a que tanto nosotros como nuestro abogado creíamos que contábamos con todos los requisitos, el Inspector General de Kentucky nos ha negado la licencia".
Asimismo, el dueño del lugar donde estaba instalada esta clínica, tampoco ha renovado el contrato de alquiler con el abortorio.
Con este cierre, esperado para el 27 de enero, tan solo quedará una clínica abortista en el Estado de Kentucky: el EMW Women’s Surgical Center en Louisville, la ciudad más grande.
Desde el 7 de enero de 2016, y firmado por el gobernador republicano Matt Bevin, está prohibido por ley provocar abortos a fetos con más de 20 semanas.
Estados Unidos cambia de opinión respecto al aborto
Si bien es cierto que la Administración Obama ha defendido el aborto y el Planned Parenthood, con el nombramiento de Donald Trump parece que esto va a cambiar.
El presidente electo ha manifestado en diversas ocasiones su opinión contraria al aborto y así se ha visto con los nombramientos para su gabinete.
El nuevo gobierno intentará llevar a cabo una política ‘antiabortista’, y empezará ‘cortando’ el grifo al Planned Parenthood, como explicó el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, a la CNN el pasado viernes.
Y la multinacional del aborto ha cerrado ya varios de sus centros en estados como Massachusetts o Pennsylvania.
Además, el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes les acusa de posibles abusos y prácticas criminales por el tráfico de órganos de bebés abortados.
Con este cierre en Kentucky, cada vez son menos los centros que realizan estas prácticas en Estados Unidos, que tienen un futuro incierto tras la victoria de Trump.
EE.UU: Los pro-vida ganan terreno al aborto, estos son los estados que más defienden la vida del no nacido
Americans United for Life revela el ranking de aquellos estados más protectores con el derecho fundamental a la vida y aquellos más permisivos ante la ley del aborto. Oklahoma sigue siendo el estado más pro-vida y Washington repite como el más abortista.
El estado americano de Oklahoma es el número uno en la defensa de la vida del no nacido. Por su parte el estado de Washington es el más abortista según asegura el ranking ‘La lista de la vida’ que clasifica a los estados pro-vida y los pro-aborto.
Según la lista publicada por la organización Americanos Unidos por la Vida, los cinco estados que más han contribuido para defender la vida del no nacido después de Oklahoma, que repite posición por segundo año consecutivo, han sido Kansas, Louisiana, Arkansas y Arizona.
Sin embargo, hay estados donde todavía se defiende el aborto libre, el caso del estado de Washington que repite por octavo año consecutivo como el estado donde menos se protege la vida del no nacido. Le siguen los estados de California, Vermont, Nueva Jersey y Oregón.
Aún así, el año 2016 fue un año récord para la legislación pro-vida, nunca antes se habían planteado tantas leyes que defendieran al no nacido.
En total según recoge la organización, 43 estados han planteado más de 360 restricciones al aborto, leyes que incluyen: Los recortes en financiación de los ‘centros de salud’ que realizan abortos, el límite en semanas para evitar los abortos tardíos, la firma necesaria de consentimiento por parte de las madres, la obligación de tener que realizar un ultrasonido para que la madre vea al bebé, la prohibición de abortar a un bebé por el hecho de ser discapacitado, y la prohibición del aborto selectivo por sexo o raza.
La comunidad pro-vida crece, le gana terreno al aborto, es un hecho tan claro que hasta las organizaciones abortistas lo reconocen. Es el caso del Instituto Guttmacher gran aliado del gigante abortista Planned Parenthood ha reconocido en un informe que “el 2016 ha sido un mal año para la ‘salud reproductiva’ de la mujer.
Según apuntan en el estudio, en 18 estados se han implantado más de 50 restricciones contra el aborto. “Se han promulgado un total de 338 leyes que restringen los "derechos" reproductivos de la mujer”.
Las leyes pro-vida en 2016
Aunque no han variado los estados pro-vida y los pro-aborto respecto a ‘La lista de la vida’ del año pasado, lo cierto es que los estados que defienden al no nacido sí han podido implementar nuevas medidas y leyes para seguir luchando contra la cultura de la muerte en Estados Unidos.
Uno de ellos ha sido el estado de Texas, fiel luchadora de la causa que ha reconocido en gran medida por su defensa de la House Bill 2, que obliga a las clínicas abortistas a cumplir y ofrecer todos los requisitos de salud y seguridad de alta calidad que se les exige al resto de clínicas estadounidenses que practican cirugía.
Más tarde, el gobierno de Texas anunció que suspendía oficialmente la financiación a la multinacional abortista Planned Parenthood, a través del programa Medicaid.
Según recogía Actuall, entre las causas citadas en el aviso legal final entregado a la multinacional están el de mala conducta y violaciones a los estándares médicos aceptables.
También en el estado de Ohio, los legisladores han aprobado un proyecto de ley que prohíbe el aborto una vez que se detecta el latido del corazón del feto, lo que aproximadamente es unas seis semanas después de la concepción y abre el camino a una de las más estrictas restricciones del aborto en los Estados Unidos si se convierte en ley.
De hecho Actuall apuntaba ya la gran caída de los abortorios en Estados Unidos. A partir del 2011, se han cerrado al menos 162 abortorios en Estados Unidos y solo han abierto un total de 21.
Los años dorados en cuanto a centros abortistas se refiere se están agotando. Algunas filiales de Planned Parenthood situadas en estados del centro de Estados Unidos están teniendo problemas para mantenerse abiertas.
Otra gran victoria pro-vida fue el bloqueo del juez federal del Estado de Texas, Redd O`Connor a la ley que impuso Obama de obligar a los médicos a realizar abortos.
La nueva era de políticos pro-vida
Además, los senadores y políticos pro-vida que Donald Trump ha elegido para su gabinete supondrán un gran cambio que impedirán que el negocio del aborto siga creciendo.
Uno de ellos ha sido Rick Perry, que estará al frente del Departamento de Energía. El ex gobernador de Texas es un férreo defensor de los derechos del no nacido y del matrimonio natural.
Mike Pence, que logró reducir el número de abortorios a una cuarta parte durante su mandato como gobernador del Estado de Indiana, será el vicepresidente de Trump. Le sigue el nombremiento de Jeff Sessions, que dejó su impronta provida como senador por Alabama y en el Departamento de Justicia de Estados Unidos, será fiscal general la gobernadora de Carolina del Sur.
Tom Price, ha sido elegido por Donald Trump para gestionar la cartera de Sanidad en su gabinete. Price, cirujano ortopédico, se ha significado de manera muy precisa sobre diferentes leyes que afectan a la protección de la vida humana desde el momento de la concepción.
En los últimos años, se ha opuesto a la investigación con células madre de origen embrionario y ha apoyado la retirada de fondos federales a organizaciones como Planned Parenthood y al aborto en general.
Nikki Halley, también que fue una de las firmantes de la ley que prohíbe el aborto cuando se ha alcanzado la fase en la que el feto es capaz de sentir dolor. Trump también ha nombrado a Betsy DeVos, que ha financiado centros de ayuda a la mujer embarazada, ha respaldado a candidatos provida y a organizaciones como March for Life
Por último nombró a Ben Carson, célebre pediatra que ocupará la secretaría de Vivienda, nunca ha tenido reparos para exponer sus posiciones respecto al aborto: “Soy una persona razonable. Si alguien puede darme una explicación razonable de por qué querrían matar a un niño, la escucharé”.
Las ‘progres’ Johansson, Cher, Katy Perry… le van a montar el numerito a Trump
Women´s March se manifestara contra Donald Trump tras su toma de posesión porque, según dicen, se sienten inseguras con él y para ellas no es su presidente. A las progres del mundo del espectáculo no les hace gracia el talante pro-vida del nuevo Gabinete.
Scarlett Johansson, Katy Perry, Cher, Julianne Moore, Amy Schumer, Chelsea Handler, America Ferrera…
Donald Trump y Scarlett Johansson, Cher y Kate Perry |
No se trata de una lista VIP para un evento o fiesta en Los Angeles, sino de las mujeres más famosas que participarán en las marchas contra Donald Trump el día después de su toma de posesión.
Se trata de una marcha organizada por el grupo Women´s March, con su principal manifestación en la capital de EEUU, Washington, pero con réplicas en todo el país y en todo el mundo, España incluida -en Granada y Barcelona-.
Esta manifestación se realiza contra Donald Trump porque, según defienden desde la web de este movimiento, se sienten inseguras con él y para ellas no es su presidente, a pesar del resultado de las urnas.
Women´s March se define como la unión de mujeres de todo el mundo, no sólo de EEUU, contra el incremento de los populismos de derecha que crecen ahora en todo el globo -no dicen nada de los populismos de izquierdas- y anuncian que seguirán así durante todo el mandato del próximo presidente de EEUU.
“Desde las elecciones hay mucho miedo de que nuestras voces dejen de ser oídas. Como artista, mujer y más importante aún como estadounidenses, es importante que nos mantengamos juntas para proteger los derechos y la dignidad de nuestras comunidades”, indicó America Ferrera -Betty la Fea-, una de las organizadoras de la marcha principal.
Para la actriz Scarlett Johansson el mayor peligro de Trump es ser provida, y acudirá a la marcha para defender su "derecho" a abortar: “La nueva administración puede ser vaga con respecto a algunos temas específicos, pero una cosa sí que han dejado clara: sus intenciones de reducir los beneficios del sistema de salud a las mujeres y atacar sus (dizque) derechos sexuales reproductivos”.
“Yo protestaré en Washington -insiste- para hacerle saber a nuestro próximo presidente que las mujeres y los hombres no nos callaremos y lucharemos para proteger nuestros cuerpos y nuestras decisiones”.
No es de extrañar que estas marchas estén apoyadas por organizaciones como Planned Parenthood, que ve peligrar el dinero público que recibe, Amnistía Internacional o GLADD, una ONG LGTB. Como tampoco lo es que todas estas famosas sean conocidas por apoyar a Hillary Clinton durante su campaña electoral.