Continúan las repercusiones por el ingreso de manifestantes a la Catedral de Santiago de Chile el jueves pasado durante la marcha pro aborto, causando desmanes en medio de una Misa y profanando el sacro recinto. Mons. Ezzati, Arzobispo de Santiago de Chile, criticó la actuación de las fuerzas de seguridad chilenas que no impidieron el acto sacrílego contra su catedral y ha pedido mayor vigilancia a las autoridades, afirmando que «desde la Plaza Italia hasta la Catedral hay una cantidad enorme de cuadras. Que no se haya previsto, que no se haya seguido a los manifestantes, creo que es una falta de inteligencia».
El arzobispo de Santiago asegura que conversó «con el general en jefe de Carabineros y naturalmente dentro de estas situaciones humanas hay siempre cosas que escapan». El prelado agregó que «la violencia es la razón de los que no quieren usar la razón. La inteligencia tiene que ser la capacidad de descubrirnos hermanos diferentes, con opciones diferentes, pero las ideas se combaten con ideas, no con insultos y agravios».
Abortistas sacrílegos |
El presidente chileno, Sebastián Piñera, condenó el ataque: «Quisiera expresar nuestro más absoluto repudio y rechazo a este tipo de actos, porque al fin y al cabo significan no respetar el derecho de los demás», aseguró en el palacio de La Moneda.
«Hablé con el arzobispo de Santiago para expresarle nuestra total solidaridad y ratificar el fin del compromiso de este Gobierno con la libertad religiosa, con la libertad de culto y también con la protección de la vida del que está por nacer», agregó el presidente chileno.
Además, Sebastián Piñera anunció que la intendencia de Santiago presentará querellas «para poder sancionar a los responsables de este cobarde atentado contra la Iglesia Católica».
El lobby gay volvió, una vez más, a mostrar su verdadero rostro.