SAN PÍO V |
En virtud de los errores propalados por algunas personas legas, pero aficionadas a la teología, que han hecho subjetivamente sus propias interpretaciones personales sobre la doctrina de la Iglesia sobre este tema, hemos ya publicado un post sobre lo que dice en realidad la Iglesia en relación con el Bautismo de agua, de deseo y sangre. Estos dos últimos aunque no son un sacramento -como el Bautismo de agua- llegan -en determinadas circunstancias (creer en un Dios remunerador y trino, contrición de los propios pecados, etc.)- a conseguir el efecto de borrar el pecado original y alcanzar la justificación.
Esas personas legas -probablemente de buena fe, pero empecinadas en sus errores- lamentablemente han inundado con ellos diversos sitios de internet y han convencido a unos cuantos más legos que ellos con sus negaciones de la doctrina de la Iglesia sobre la ignorancia invencible, el bautismo de deseo y el bautismo de sangre. Aunque no pasan de ser un número verdaderamente insignificante, su intensa labor en la blogósfera los hace parecer como si fuesen muchos. Lo lamentable resulta que han convencido de esos errores a unas cuantas personas buenas y de excelente intención. Por lo anterior, nos pareció fundamental mostrar lo que enseña verdaderamente la Iglesia para poder seguir a ésta, y no a las falsas tesis que sostienen los inventores de errores, quienes -además- anatematizan y llaman "hereje" a todo aquel que no los siga en sus personalísimas interpretaciones. La mejor vacuna contra sus desvaríos doctrinales es leer directamente lo que enseña la Iglesia sin recurrir a subjetivas interpretaciones y valoraciones falsas, como las que ellos realizan tergiversando el claro sentido de los textos, recurriendo -para ello- a mil galimatías y malabarismos para reinterpretar los textos del Magisterio de la Iglesia que les son adversos, pues parten de un principio erróneo preconcebido y tratan de adecuar todo al mismo, sin querer reconocer el genuino significado de los textos que los contradicen. De ahí la conveniencia de ni leer ni discutir con quienes parten de ese sistema de pensamiento preconcebido y prejuicioso, pues de antemano resulta estéril todo intento, ya que no se abren a lo que dice literal y realmente la Iglesia.
Catecismo Romano compuesto por decreto del Concilio de Trento, ordenado por el papa San Pío V para los párrocos de toda la Iglesia Católica. |
Posteriormente, leyendo el Catecismo Romano del Concilio de Trento publicado por orden de S.S. San Pío V, encontramos otro excelente texto que habla de la conveniencia de no bautizar de inmediato a las personas adultas sino hasta comprobar que no hay una disposición fingida y están verdaderamente preparadas para el sacramento. Esto está estrechamente relacionado con el bautismo de deseo, como a continuación lo puede advertir por sí mismo cualquier lector, pues este Catecismo señala que si alguien, poseyendo uso de razón, tuviese el DESEO y propósito de bautizarse (lo que implica tener la fe de la Iglesia) y el arrepentimiento de su mala vida, si no alcanzara a ser bautizado con el agua del sacramento, le basta lo anterior para obtener la gracia y la justificación. A continuación transcribimos el texto íntegro.
Dice el CATECISMO ROMANO DEL CONCILIO DE TRENTO publicado por orden de S.S. San Pío V, Parte Segunda, Capítulo II, No. 36:
36. Demuéstrase que a los adultos se ha de diferir el Bautismo
"Pero, aunque sea así, nunca, sin embargo, acostumbró la Iglesia a administrar inmediatamente el sacramento del Bautismo a esta clase de personas (N. de la R: se refiere a los adultos), sino que dispuso que se debe diferir por algún tiempo. PORQUE TAMPOCO LLEVA ESTA DILACIÓN EL PELIGRO QUE ANTES SE HA DICHO AMENAZA CIERTAMENTE A LOS NIÑOS; PUES A LOS QUE ESTÁN DOTADOS DEL USO DE LA RAZÓN, EL DESEO Y EL PROPÓSITO DE RECIBIR EL BAUTISMO Y EL ARREPENTIMIENTO DE LA MALA VIDA ANTERIOR LES BASTARÁ PARA OBTENER LA GRACIA Y LA JUSTIFICACIÓN, SI ALGÚN CASO REPENTINO LES IMPIDE PODER SER LAVADOS CON LA SALUDABLE AGUA. Y por el contrario, parece que esta dilación produce algunas utilidades. Pues, primeramente, como la Iglesia debe procurar con solicitud que nadie se acerque a este sacramento con disposición fingida y simulada, se manifiesta y da a conocer más la voluntad de los que piden el Bautismo; por cuya razón vemos que en concilios antiguos se decretó que los que vienen del judaísmo a la fe católica, pasen meses entre los catecúmenos, antes de administrarles el Bautismo. Se instruyen, por otra parte, con más perfección en la doctrina de la fe que deben profesar, y en las costumbres de la vida cristiana. Por último se da al sacramento mayor culto religioso cuando reciben el Bautismo con toda solemnidad únicamente en los días determinados de Pascua y de Pentecostés".Tema relacionado: SOBRE LA IGNORANCIA INVENCIBLE Y LA NECESIDAD DEL BAUTISMO