Querida Oxana Shachkó:
Me he enterado de tu muerte en el día de ayer. Ante este trágico episodio, muchos reaccionan de distintas maneras. Los amigos lloran, los enemigos se alegran, los indiferentes lo lamentan o lo ignoran. Tú siendo cofundadora de “Femen”, aunque no eras enemiga directa mía, lo eras ya que los enemigos de Dios y de la Iglesia Católica son mis enemigos.
Sin embargo, no me alegro de tu muerte. No estoy contento de que te hayas quitado la vida. Estoy profundamente apenado, ya que fuiste engañada por el demonio y sus secuaces. No conociste el amor misericordioso de Dios que recibe en su seno al pecador arrepentido. No tuviste la gracia de ver al Redentor, a Aquel que le dijo a la mujer pecadora: “yo tampoco te condeno, vete, y de ahora en más no peques”. No sentiste en carne propia las palabras del Dios hecho hombre quien le dijo a San Dimas, el ladrón arrepentido crucificado a su derecha: “yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”.
El demonio te enseñó que “eres la dueña de tu cuerpo”, y que por lo tanto tienes derecho a abortar al niño. También te enseñó a ignorar lo que dice la ciencia cuando la biología remarca claramente que el bebé en tu vientre no es un órgano de tu cuerpo sino un individuo distinto a ti. A su vez también Satanás te dijo que el aborto es signo de modernidad, puesto que lo tienen los países más avanzados. Pero el diablo no te explicó que los países “desarrollados” tienen el mayor índice de suicidios, de depresión, que Europa está siendo invadida por culturas hostiles gracias al egoísmo e individualismo que lleva a evitar la concepción y los hijos, etc. El Maligno te instruyó diciéndote que eres igual al hombre y que por lo tanto puedes llevar una vida promiscua como él, que no hay diferencia entre el varón y la mujer. Sin embargo, el Tentador no te habló de que no somos iguales en todo (la mujer puede quedar embarazada, el hombre no. La mujer tiene cromosomas XX, el hombre XY, la mujer percibe más los detalles, el hombre menos. Por lo general el hombre es físicamente más fuerte, y la mujer en su cuerpo tiene períodos biológicos que el hombre no padece, etc.). En fin... el demonio te enseñó muchas cosas, y lo peor fue que te susurró al oído que Dios no existe, que solo existe esta vida, que no hay paraíso ni infierno ni tampoco premio y castigo, que somos un conjunto de moléculas y la muerte es la disolución de las mismas. Satanás TE ENGAÑÓ querida Oxana, como ENGAÑA A TANTOS HOMBRES Y MUJERES, PUES ÉL ES EL PADRE DE LA MENTIRA Y NO BUSCA NUESTRA SALVACIÓN SINO NUESTRA CONDENACIÓN ETERNA.
Estoy realmente muy dolido por la decisión que tomaste de quitarte la vida. Aunque no te he conocido personalmente, lloro tu muerte, porque tu vida vale la misma sangre de Cristo quien se inmoló en la cruz buscando tu salvación eterna. Me hubiese gustado haber estado allí para impedírtelo, para hablarte de esa fe que quizás nunca conociste o que rechazaste, pero ya es tarde. Solo queda rezar por tu alma y pedirle a Dios que te tenga misericordia.
Rescato que al menos antes de morir dijiste la verdad. Dijiste que el feminismo es “un fraude”.
Mujeres, que la muerte de esta pobre chica sirva para algo. No se dejen engañar por la mentira y el fraude “Femen”. El feminismo no dignifica a la mujer, y me refiero al feminismo bolchevique representado en las doñas de pañuelos verdes. Lo único que dignifica a la mujer es el amor de Dios y el respeto de la naturaleza humana.
Mujer, eres muy digna y eres un tesoro para la humanidad. No arruines tu figura con el femibolchevismo ni buscando asesinar a los no nacidos. No necesitas ni una cosa ni la otra. Si eres lo que debes ser, es decir una mujer, serás respetada y honorada. Si en cambio pretendes ser lo que no eres (un hombre con polleras), terminarás como Oxana, aún cuando no te suicides, pues el femibolchevismo es un suicidio espiritual.
Recemos por el alma de Oxana, y recemos para que no haya más víctimas de esta ideología demoníaca y absurda.
En Cristo y María Santísima:
Padre Tomás A. Beroch