Carta Abierta a Mauricio Macri: "¿En qué está pensando usted?".
-Advertimos que en este escrito se denuncian explícitamente perversiones que se fomentan en ese país-
Desde que comenzó esta locura de intentar legalizar el aborto en suelo argentino vengo esquivando el tener que escribirle unas líneas. En primer lugar porque pareciera que, al peticionar un cambio ante Ud., le estoy reconociendo legitimidad para algo que no tiene.
Ud. no está legitimado para decidir sobre la vida o la muerte de un inocente ni para decidir que esto sea algo debatible.
Ud. no es Dios, como tampoco lo es ningún legislador, aunque dada la perversidad del sistema y como parece que muchos de ustedes tienden a olvidarlo, cabe recordárselo: NO SON DIOSES.
Sepa entonces que al dirigirme a Ud., no lo hago como quien se dirige a rogarle al Altísimo, sino como quien intercede ante un victimario injusto; victimario que tiene poder de hecho (y NO de derecho) sobre un inocente. Tal pudiese ser el caso de quien clama piedad ante un secuestrador que, sin tener derecho pero teniendo poder por el momento, decide la suerte de su prisionero.
Déjeme decirle que su padrinaje al aborto no me asombró demasiado. Bien recordaba que Ud. había “festejado” el primer aborto no punible practicado en la ciudad de Buenos Aires. Claro que luego supo silenciar el tema durante la campaña y mostrarse a favor de la vida. A algunos no logró engañar (me incluyo), pero muchos otros cayeron en la trampa, mortal trampa tejida en las tinieblas. Y pasó lo que algunos veíamos venir. Muchos creyeron que Ud. obraba por falta de conocimiento. Pero aquí no hay ignorancia de su parte. Su ministro de salud abortista, sus secuaces, su María Eugenia Vidal con web para corromper a menores, su asesor extranjero, etc. son signos visibles de cuáles son sus pensamientos.
Ud. abrió las puertas al “debate” del aborto, lo impulsó, lo apadrinó. Los argentinos, asombrados al descubrir que los legisladores tenían una simil patente de corso para discutir aún lo indiscutible, salieron a las calles a decir lo obvio: “A los niños no se los mata”, “Hay cosas que no pueden depender de una votación”, “La vida de los inocentes se defiende”, “Esto es absurdo y criminal”, etc.
En el Congreso de la Nación se rifó la vida de miles de niños… y por esta vez no hubo que lamentar el derramamiento de sangre inocente (aunque ya es una tragedia para la Argentina haber permitido se decida, voto mediante, si matar o no a los argentinos más débiles e indefensos).
Pero resulta que, como el caballo del comisario (cuando digo “comisario” me refiero a Ud.) no ganó en la jornada del 8 de agosto, nos va a imponer ahora la despenalización del aborto mediante la Reforma del Código Penal por iniciativa suya. ¡Y de nuevo a tener que pelearla en el Congreso! De lograr Ud. su cometido, los sanguinarios protocolos de abortos “no punibles” seguirán siendo pena de muerte efectiva en los hospitales del país, para niños de hasta nueve meses de gestación, pero ahora existirán más causales por las que se podrá dar muerte a la criatura. Mas no solo nos golpea esta noticia, sino que nos venimos a encontrar que como burla al clamor del pueblo que salió a las calles en defensa de la vida inocente, ahora se autoriza el expendio de misoprostol (droga que es utilizada para practicar abortos) y se potenciará la “educación sexual integral” con ideología de género, promoción de anticonceptivos (abortivos y no abortivos), y adoctrinamiento homosexualista. ¿Se burla Ud. de nosotros? ¿Cree que defendimos la vida de los inocentes y ahora vamos a quedarnos de brazos cruzados cuando se lanza ya no solo contra la vida del cuerpo sino también contra la del alma? Como no le permitimos su primer intento de legalizar el aborto ¿ahora quiere no solo matar a los por nacer sino también corromper a los ya nacidos?
Decía el Dante que "los lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en tiempos de crisis moral”. Pues bien, la Argentina atraviesa hoy una gran crisis, y nosotros (ya está más que demostrado) no vamos a quedarnos quietos, no vamos a quedarnos mudos.
En honor a la verdad, es menester decir que tanto la corrupción de menores por medio de la “educación” sexual en las escuelas, como la búsqueda de instalar el asesinato de niños por nacer en nuestra Patria, no surgieron con Ud. A esto nos venimos enfrentando ya desde hace muchos años. Y si de decir la verdad se trata, tampoco podemos dejar de mencionar que su accionar no es tan escandaloso como el de aquel que debiera hablar y no habla, guardando sepulcral silencio ante la terrible situación de su país.
Pero es Ud. quien hoy por hoy mueve las fichas en este tablero nebuloso en el que se define el presente y el futuro de nuestra Patria. Así que a Ud. volvemos a apuntar nuestro reclamo. La “ESI” (“educación sexual integral”) que tanto busca Ud. potenciar en nuestras escuelas y colegios, viene siendo ya desde hace años un espacio de adoctrinamiento en ideología de género, con clases y materiales explícitos e inmorales que incentivan a niños y jóvenes a mantener prácticas homosexuales, a ver a las relaciones sexuales como juegos recreativos, un “derecho” propio de niños y adolescentes. En definitiva, corrupción de menores. Y le hablo después de haber oído a padres y docentes, después de haber recorrido escuelas y analizado minuciosamente el material “educativo” que desde los ministerios de salud y educación envían a las instituciones. Mientras escribo esto me viene a la memoria lo que ocurriera en un pueblo de mi povincia cuando unos padres alarmados por las charlas de alto contenido erótico que una maestra de primaria daba a sus alumnos, y teniendo conocimiento de ello por boca de otros padres, preguntaron a su hijita de ocho años qué le había dicho sobre el tema la maestra. La niña, ruborizada y compungida, se echó a llorar, pues herida en su pudor infantil, sentía vergüenza de repetir ante sus padres lo que la señora maestra no había tenido vergüenza de exponer ante sus alumnos. También recuerdo a esa docente que en el marco de la “educación” sexual enseñaba a sus alumnos que debían “cerrar los ojos al masturbarse pues esto le permitía alcanzar mayor placer”. Mientras le escribo a Ud., Mauricio Macri, tengo sobre mi mesa material de “educación” sexual que se repartiera a niños y jóvenes en los Juegos Evita, ya hace unos años. Entre otras aberraciones, y con atractivos y coloridos diseños, este material enseña a los chicos a usar “juguetes” eróticos, como los “dildos/vibradores”, les explica cómo usarlos de manera “higiénica”, los anima a usar “lubricantes” para “diversas prácticas sexuales, tanto individuales como compartidas”. Otros de los “tips” que leemos en el material es el de “no te laves los dientes antes de practicar sexo oral” y “si decidís adecuar tu cuerpo a tu identidad autopercibida, tenés derecho a iniciar un tratamiento de hormonización” y el lema en grandes letras “CONOCERNOS, DIVERTIRNOS, CUIDARNOS”. La relación sexual como una parte más de la diversión infanto/juvenil. La lista de desaciertos (por llamarlos de algún modo) de este material es muy larga. El incentivo a tener relaciones homosexuales y la insistencia en la posibilidad de cambiar de sexo o de “construir” la propia sexualidad dejan ver a las claras el principal objetivo de esta “educación” sexual. No hace tanto tiempo nos vimos forzados a denunciar la página web (ya citada líneas arriba) “Chau Tabú” impulsada por María Eugenia Vidal, como espacio de formación en materia de educación sexual. Entre las depravadas enseñanzas de esa página web nos asombró encontrar la explicación acerca de cómo usar el “campo de látex”. ¿Lo sabe Ud.? Pues quisiera que cuando pida insistentemente “eduación sexual”, explique también por cadena nacional, para que lo oigan todos los padres argentinos, que a los chicos en las escuelas se les detallará pormenorizadamente cómo, por ejemplo, usar el “campo de látex”, y tenga a bien también describir dicha práctica. ¿Se anima? Pues lo reto a hacerlo. Explique por cadena nacional que a los niños y adolescentes una maestra les explicará cómo usar este “campo de látex” para tener sexo “oral-anal” y estar medianamente “protegidos” al momento de introducir la lengua en el ano de sus compañeros. ¡Vergüenza me da escribirlo! ¡Pero eso figuraba explícitamente en la página de educación sexual regenteada por la gobernadora de Buenos Aires! ¿Se lo aconsejaría Ud. a su hija Antonia, por supuesto que aclarándole previamente que corre tanto para prácticas sexuales que ella quiera tener con un compañerito como con una compañerita? (Mejor no me responda)
Mauricio Macri, esto no se llama “educación”. Se llama corrupción de menores. Y para corromper a nuestros niños y jóvenes el Estado busca hoy usurpar el rol de los padres.
Existe una educación en valores que es materia de enseñanza en casa, y que, de no sentirse los padres capacitados (excepcionalmente), a ellos y no a otros corresponde buscar a la persona idónea (catequista, familiar, guía, etc.) que por su probada solidez moral pueda educar en valores y virtud a sus hijos. También hoy están al alcance de los padres excelentes video-conferencias, ponencias, charlas, documentales, etc. que apuntan a formar de manera edificante a niños y jóvenes para crecer en el verdadero amor y en el respeto de sí mismos y de los demás. Este material supervisado por los padres, puede llegar a manos de los hijos con excelentes y sólidos resultados.
Resumiendo. No queremos que se mate a los niños por nacer, ni que se corrompa a los ya nacidos. A esto no lo negociamos. Nos oponemos a la “educación sexual integral” dada en las escuelas por el Estado (un Estado sin valores, sin escrúpulos, sin Dios). Nos oponemos a que el Estado invada el rol de educadores que los padres tienen en determinados temas.
¿En qué está pensando Ud? ¿Por ventura cree que esto no terminará en tragedia? ¿O eso es precisamente lo que busca a modo de venganza ya que, como escuché por algún lado, en nuestro país Ud. “no vuelve a ser presidente ni del club del barrio”? ¿Acaso cree que en toda la Argentina no habrá padres que se levanten para defender a sus hijos con todos los medios que le sean posibles? ¿Cree que todos los argentinos van a dejar que perviertan y corrompan así a sus niños?
También resulta que en los últimos tiempos hemos descubierto que si hacemos un poco más de ruido de lo esperado, aparece todo un coro de periodistas obsecuentes que se rasgan las vestiduras y tratan de amedrentarnos tildándonos de “violentos”. Que sepan pues que esta violencia que tanto los escandaliza no va a parar, ya que no es más que lo justo, lo debido, para repeler la violencia injusta y tiránica que se ejerce contra nuestras familias, nuestros niños, nuestra fe y nuestra Patria.
Mauricio Macri, las Sagradas Escrituras hablan de Ud. y de aquellos que como Ud. buscan corromper a los niños. En Mateo 18, 6 leemos “Pero si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo hundieran en el fondo del mar”. Pero no creo que esto lo turbe ni intimide, claro; yo le traigo a colación la Biblia y otros le traen por otro lado millones de dólares bien dispuestos. ¿Va a decirme que quiero imponer una cuestión religiosa? Pues yo lo acuso de querer imponernos leyes ateas, irrespetuosas del ser humano, desconocedoras de la alta dignidad del hombre, esa dignidad que los argentinos aprendimos a respetar en la catequesis, en la familia, en las aulas.
Sepan Ud. y los agentes extranjeros que crispan sus garras sobre nuestra Patria (IPPF, Fondo Monetario, etc.), los agentes internos (traidores de la Patria) y todos los que buscan someter a nuestra Argentina, que aquí, en este país hispanoamericano situado al sur del continente, en este país cristiano y orgulloso de su fe, de sus tradiciones y de sus valores, hay argentinos que no pactan con el enemigo, argentinos que no se venden, argentinos dispuestos a defender la Verdad y a defender a los nuestros, desde el primer instante de su concepción y hasta que Dios los llame.
-Julieta G. Lardies