“Ya no afrontamos en nuestra propia casa adversarios “con piel de cordero”, sino enemigos declarados e insolentes, los cuales, habiendo celebrado un pacto con los principales enemigos de la Iglesia, están decididos a destruir la Fe (…) Quieren renovarla, como si estuviera consumida por la decrepitud; quieren ampliarla y adaptarla al Mundo y a sus progresos y comodidades, como si ella se opusiera, no sólo a la frivolidad de algunos, sino al bienestar de la sociedad”.
San Pío X. Sacrorum Antistitum