"Son demasiado presuntuosas y necias aquellas personas que en un asunto de tal importancia sobre la felicidad eterna o el tormento eterno, osan permanecer en un estado de pecado mortal, incluso por un día, viendo que pueden ser sorprendidas por la muerte en cualquier momento, y que después de la muerte no hay lugar para el arrepentimiento y que una vez en el infierno ya no hay redención".
San Roberto Belarmino