El enfrentamiento armado entre Estados Unidos y México iniciado en 1846, se prolongó durante casi todo 1847. Las tropas norteamericanas fueron atacando y ganando terreno hasta tomar la capital de la República Mexicana. Sin embargo, desde antes del comienzo formal de la campaña, las deserciones habían comenzado dentro de las filas del ejército estadounidense, como sucedió con el militar irlandés John Riley, quien organizó una compañía que llegaría a contar con 200 hombres que, agrupados bajo el nombre Batallón de San Patricio, se unieron a las filas mexicanas.
El Batallón de San Patricio se conformó en su mayoría por hombres nacidos en Irlanda que desertaron del ejército estadounidense no sólo por el maltrato que recibían o por su identificación religiosa con los mexicanos, sino también porque México declaró que no hacía distinción de raza en su ejército y se comprometió a entregar tierras a los soldados una vez terminada la guerra. El nombre Legión de Extranjeros se cambió -por decisión de Riley- al de Batallón de San Patricio, en homenaje al patrono irlandés.
La participación de este grupo fue sobresaliente desde septiembre de 1846, y para abril del 47 se oficializó su ingreso en la defensa mexicana. El 29 de abril de 1999, que el Congreso de la Unión mexicano declaró a los combatientes civiles y militares de la guerra de invasión estadounidense como “Beneméritos de la Patria” en grado heroico y, para honrarlos, se les dio el nombre genérico de “Defensores de la Patria 1846-1848”. Esa leyenda se fijó con letras de oro en el Muro de Honor del edificio sede del Poder Legislativo, junto con el nombre “Batallón de San Patricio”, en homenaje a los soldados extranjeros que formaron ese contingente. Así, se fijó al 12 de septiembre como la fecha de conmemoración de la gesta heroica del Batallón de San Patricio.
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