"Quien no crea, se condenará". Mc. 16,16. |
...“Igualmente me obliga a predicar sin parar el ver la multitud de almas que caen en los infiernos, pues que es de fe que todos los que mueren en pecado mortal se condenan. ¡Ay! Cada día se mueren ochenta mil personas (según cálculo aproximado)*, ¡y cuántas se morirán en pecado y cuántas se condenarán! Pues que talis vita, finis ita. Tal es la muerte según ha sido la vida.
"Y como veo la manera con que viven las gentes, muchísimas de asiento y habitualmente en pecado mortal, no pasa día que no aumenten el número de sus delitos. Cometen la iniquidad con la facilidad con que beben un vaso de agua, como por juguete y por risa obran la iniquidad. Estos desgraciados, por sus propios pies, marchan a los infiernos como ciegos, según el Profeta Sofonías: Ambulaverunt ut caeci quía Domino peccaverunt (andarán como ciegos porque han pecado contra el Señor).
"Si vosotros viérais a un ciego que va a caer en un pozo, en un precipicio, ¿no le advertiríais? He aquí lo que yo hago y que en conciencía debo hacer: advertir a los pecadores y hacerles ver el precipicio del infierno a que van a caer. ¡Ay de mí si no lo hiciera, que me tendría por reo de su condenación!
"...¡Ay, hermanos míos! Cuando yo veo a uno que está en pecado mortal, veo a uno que cada paso que va dando, al suplicio del infierno se va acercando; y yo que veo al reo en tan infeliz estado, conozco el medio de librarle, que es el que se convierta a Dios, que le pida perdón y que haga una buena confesión. ¡Ay de mí si no lo hiciera!
"Quizá me diréis que el pecador no piensa en infierno, ni siquiera cree en infiernos. Tanto peor. Y que ¿por ventura pensáis que por esto dejará de condenarse? No por cierto; antes bien es una señal más clara de (su) fatal condenación, como dice el Evangelio: Qui non crediderit, condemnabitur (quien no crea, se condenará). Y, como dice Bossuet, esta verdad es independiente de su creencia; aunque no crea en el infierno, no dejará por esto de ir, si tiene la desgracía de morir en pecado mortal, aunque no crea ni piense en el infierno.
San Antonio María Claret: "El amor de Cristo nos estimula y apremia a correr y volar con las alas del santo celo". |
"Os digo con franqueza que yo, al ver a los pecadores, no tengo reposo, no puedo aquietarme, no tengo consuelo, mi corazón se me va tras ellos, y para que vosotros entendáis algún tanto lo que me pasa, me valdré de esta semejanza. Si una madre muy tierna y cariñosa viera a un hijo suyo que se cae de una ventana muy alta o se cae en una hoguera, ¿no correría, no gritaría: hijo mío, hijo mío, mira que te caes? ¿No le cogería y le tiraría por detrás si le pudiera alcanzar? ¡Ay, hermanos míos! Debéis saber que más poderosa y valiente es la gracia que la naturaleza. Pues si una madre, por el amor natural que tiene a su hijo, corre, grita, y coge a su hijo y le tira y le aparta del precipicio: he aquí, pues, (lo) que hace en mí la gracia.
"La caridad me urge, me impele, me hace correr de una población a otra, me obliga a gritar: ¡Hijo mío, pecador, mira que te vas a caer en los infiernos! ¡Alto, no pases más adelante! Ay, cuántas veces pido a Dios lo que pedía Santa Catalina de Sena. Dadme, Señor, el ponerme por puertas del infierno y poder detener a cuantos van a entrar allá y decir a cada uno. ¿A dónde vas, infeliz? Atrás, anda, haz una buena confesión y salva tu alma y no vengas aquí a perderte por toda la eternidad!”.
*Habla de su tiempo.
*Habla de su tiempo.
( Autobiografía de san Antonio María Claret - Capítulo XI).
http://www.catolicidad.com/2012/10/fiesta-de-todos-los-santos.html