Nunca hay que olvidarse que la mentira es siempre tal, por más que la crean todos, y la verdad también es tal, por más que no la crea nadie. El aborto siempre será un asesinato de un ser humano inocente, y esa es la verdad, aunque sean pocos los que la acepten.
No hay que hacer o dejar de hacer algo según lo que hagan las mayorías a las minorías. Hay que hacer todo aquello que sea bueno y justo, por más que eso solo lo haga una minoría, y hay que rechazar lo malo y pecaminoso, por más que sea aceptado por la mayoría.
Por lo tanto, seamos fieles a Cristo Jesús, pues solo Él es el Camino, la Verdad y la Vida (y recordemos que fue rechazado por la mayoría que pidió su crucifixión).
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