Hoy un aniversario más de su muerte, hace 92 años.
En la fotografía el cuerpo tendido de Santo Toribio Romo en casa de la familia Plascencia. El padre Toribio murió como mártir de la fe cristiana el 25 de febrero de 1928, en Tequila, Jalisco (México).
A las 4 de la mañana del sábado 25 acabó de escribir, se recostó en su pobre cama de otates y se quedó dormido.
De pronto una tropa compuesta por soldados federales y agraristas, avisados por un delator, sitió el lugar, brincaron las bardas y tomaron las habitaciones del señor León Aguirre, encargado de la finca y un agrarista grita: "¡Este es el cura, mátenlo!" Al grito despertaron el padre y su hermana y él contestó asustado: "Sí soy... pero no me maten"... No le dejaron decir más y dispararon contra él; con pasos vacilantes y chorreando sangre se dirigió hacia la puerta de la habitación, pero una nueva descarga lo derribó. Su hermana María lo tomó en sus brazos y le gritó al oído: "Valor, padre Toribio... ¡Jesús misericordioso, recíbelo! y ¡Viva Cristo Rey!" El padre Toribio le dirigió una mirada con sus ojos claros y murió.
Después de haberlo matado los federales amarraron su cuerpo y lo arrastraron a la ciudad de Tequila en Jalisco, donde frente a la presidencia municipal tiraron el cuerpo.
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