"No quieras saber quién lo dice, sino atiende a lo que dice". (Kempis, Imitación de Cristo, I, V)
14 de noviembre de 2013. El día de ayer un grupo de aproximadamente 40 personas, la mayoría muy jóvenes, acudió a la catedral de Buenos Aires a fin de manifestarse a través de la oración del Santo Rosario contra el evento que ahí se realizaba, ya que se había organizado por parte de la Comisión de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso y la B'nai B'rith Argentina (organismo judío que opera según el modelo de las logias masónicas) la conmemoración del aniversario de la “Noche de los cristales rotos” o “Kristalnacht” (esto es, la violencia de la noche entre el 9 y el 10 de noviembre 1938 en Alemania contra sinagogas, casas y tiendas de judíos) con una “liturgia” preparada específicamente para dicha celebración. Participaban del encuentro ecuménico el rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, el rabino Jonás Shalom (Bet Am Marc Chagall) y los pastores David Calvo (Iglesia Luterana Unida), Ester Iglesias (Iglesia de los Discípulos de Cristo), Sergio López (Iglesia Dinamarquesa) y Mariel Pons (Iglesia Evangélica Metodista). Como anfitriones de la catedral católica estaban el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli y los sacerdotes Alejandro Llorente y Fernando Giannetti.
Cabe señalar que los peticionarios no se oponían a la celebración si ésta se realizaba en cualquier otro sitio que no fuese un templo católico, en lo que no concordaban era que en el principal templo católico del país -en la Catedral de Buenos Aires- se realizara una liturgia NO católica, sea cual fuere la denominación religiosa que la llevara a cabo. Así, el desacuerdo no era el motivo (la “Kristalnacht”) ni quién (rabinos) realizaba la celebración, sino el SITIO (la catedral bonaerense) donde se haría ésta.
Sin embargo, y a pesar de las gestiones, el acto no se suspendió. Ante este hecho un sector de los inconformes decidió acudir al mismo y empezar a rezar el Santo Rosario en voz muy alta en cuanto se iniciara la ceremonia. Así, un grupo de aproximadamente cuarenta jóvenes acudieron a manifestarse de esta forma en el recinto religioso. Uno de ellos tomó por sorpresa el micrófono del presbiterio y cuando se iniciaba el acto interreligioso dijo a la asamblea: "Les pedimos a todos, por favor, que tengan en cuenta que es un templo católico y que este es un acto de profanación que debe ser evitado. No tenemos problemas con los recordatorios históricos que se hagan en lugares históricos. En el templo santo de Dios donde vive el Santísimo, no puede haber una profanación; y los que conocen de religiones saben que las profanaciones ofenden al mundo y a Dios... delante del Nazareno y delante del Crucificado, váyanse y terminen esta profanación. No es posible (esto). Recen el Rosario y honren a Dios". De inmediato le fue arrebatado el micrófono. El grupo de jóvenes acompañados por lo menos de dos sacerdotes seguía rezando el Rosario en voz muy alta. Se acercaron a ellos varios para tratar inútilmente de impedirlo. Entre éstos destacó el diputado Eduardo Amadeo que con ánimo de insultarlos empezó a vociferar furioso, una y otra vez: "¡Nazis, nazis! ¡Miserables nazis!". Los jóvenes sin inmutarse ante los insultos sólo seguían rezando más fuerte.
Finalmente, acabaron sus rezos y el grupo partió ordenadamente de la Catedral tras repartir algunos volantes contra la celebración litúrgica ajena al ceremonial católico. Éstos hacían alusión a que los judíos no reconocen a la Santísima Trinidad y rechazan explícitamente la divinidad de Jesucristo por lo que no deberían realizar actos litúrgicos en un templo católico. "Vos que asistís a este acto de profanación, reza el Rosario en desagravio. Resistí. Qué no te engañen", decían algunos volantes.
En el interior de la catedral, luego de la tensión, monseñor Poli dijo: “Queridos hermanos judíos siéntanse en casa, porque los cristianos así lo queremos, a pesar de estos atisbos de intolerancia”. Acto seguido, rabinos, pastores protestantes y sacerdotes iniciaron la liturgia judía para conmemorar la “Kristalnacht”.
La noticia corrió como pólvora por la prensa argentina. En la mayoría de los casos se desvirtuaron los hechos. Noticias tendenciosas o amarillistas dijeron mentiras de lo sucedido. La revisión exhaustiva de los videos las desmienten. Se dijo que fueron a "insultar", que eran "agresivos". Sabiendo que tuvieron un comportamiento pacífico y que el motivo era estrictamente la incoformidad RELIGIOSA por un acto de otra religión (fuese la que fuese) en un templo católico, Julio Schlosser, presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) afirmó a la Agencia Judía de Noticias: “son hordas nazis (sic) que no quieren vivir en un país en paz”.
RISIBLES DECLARACIONES DE EDUARDO AMADEO
Rezaban el Rosario en voz alta Foto: Noticias Argentinas y Radio Veloz |
ANTECEDENTES
Como el evento interreligioso para la celebración judía se había anunciado con anterioridad, diversos sectores católicos se manifestaron contra él y organizaron el envío de cientos de comunicados, firmados individualmente, al arzobispo de Buenos Aires en los siguientes términos:
A su excelencia el Sr. Arzobispo de Bs. As.
Mons. Dr. Mario Aurelio Poli
Excelencia:
Consternadísimos por la noticia de que en nuestra Sede Catedralicia tendrá lugar un acto litúrgico de otra religión, nos permitimos acudir a V. E. con filial confianza a fin de pedir que dicha ceremonia, que para los católicos de esta ciudad es una profanación, sea suspendida.
Cualquier acto que no sea estrictamente católico no debería ser tolerado en la iglesias, dedicadas como están al culto a Dios Nuestro Señor, Uno y Trino.
Esta clase de celebraciones, fuesen con quienes fueran, nos afectan y conmueven hondamente como grey católica de esta ciudad; cuyo cuidado, por disposición del Cielo, lo tiene V. E.
A V. E. rogamos, con confiada y filial expectativa, que detenga este tipo de actos y no los permita nunca más.
Dios guarde a Su Excelencia y le conceda abundantemente la luz del Espiritu Santo.
Querían que se callaran y no rezaran en voz alta Foto: DyN La Nación |
Sin embargo, y a pesar de las gestiones, el acto no se suspendió. Ante este hecho un sector de los inconformes decidió acudir al mismo y empezar a rezar el Santo Rosario en voz muy alta en cuanto se iniciara la ceremonia. Así, un grupo de aproximadamente cuarenta jóvenes acudieron a manifestarse de esta forma en el recinto religioso. Uno de ellos tomó por sorpresa el micrófono del presbiterio y cuando se iniciaba el acto interreligioso dijo a la asamblea: "Les pedimos a todos, por favor, que tengan en cuenta que es un templo católico y que este es un acto de profanación que debe ser evitado. No tenemos problemas con los recordatorios históricos que se hagan en lugares históricos. En el templo santo de Dios donde vive el Santísimo, no puede haber una profanación; y los que conocen de religiones saben que las profanaciones ofenden al mundo y a Dios... delante del Nazareno y delante del Crucificado, váyanse y terminen esta profanación. No es posible (esto). Recen el Rosario y honren a Dios". De inmediato le fue arrebatado el micrófono. El grupo de jóvenes acompañados por lo menos de dos sacerdotes seguía rezando el Rosario en voz muy alta. Se acercaron a ellos varios para tratar inútilmente de impedirlo. Entre éstos destacó el diputado Eduardo Amadeo que con ánimo de insultarlos empezó a vociferar furioso, una y otra vez: "¡Nazis, nazis! ¡Miserables nazis!". Los jóvenes sin inmutarse ante los insultos sólo seguían rezando más fuerte.
Finalmente, acabaron sus rezos y el grupo partió ordenadamente de la Catedral tras repartir algunos volantes contra la celebración litúrgica ajena al ceremonial católico. Éstos hacían alusión a que los judíos no reconocen a la Santísima Trinidad y rechazan explícitamente la divinidad de Jesucristo por lo que no deberían realizar actos litúrgicos en un templo católico. "Vos que asistís a este acto de profanación, reza el Rosario en desagravio. Resistí. Qué no te engañen", decían algunos volantes.
En el interior de la catedral, luego de la tensión, monseñor Poli dijo: “Queridos hermanos judíos siéntanse en casa, porque los cristianos así lo queremos, a pesar de estos atisbos de intolerancia”. Acto seguido, rabinos, pastores protestantes y sacerdotes iniciaron la liturgia judía para conmemorar la “Kristalnacht”.
La noticia corrió como pólvora por la prensa argentina. En la mayoría de los casos se desvirtuaron los hechos. Noticias tendenciosas o amarillistas dijeron mentiras de lo sucedido. La revisión exhaustiva de los videos las desmienten. Se dijo que fueron a "insultar", que eran "agresivos". Sabiendo que tuvieron un comportamiento pacífico y que el motivo era estrictamente la incoformidad RELIGIOSA por un acto de otra religión (fuese la que fuese) en un templo católico, Julio Schlosser, presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) afirmó a la Agencia Judía de Noticias: “son hordas nazis (sic) que no quieren vivir en un país en paz”.
RISIBLES DECLARACIONES DE EDUARDO AMADEO
Amadeo insultando y provocando a los jóvenes Foto: Mariano Gabriel Pérez |
El intolerante Eduardo Amadeo -el mismo que fue a insultarlos mientras rezaban sin recibir la menor respuesta- declaró en diálogo con InfobaeTV: “Son marginales, son fanáticos. Yo vi en la cara de esos pibes que si los mandan a matar, matan. Si vos decís que están violando la Catedral y los mandás, matan. Son unos miserables, unos marginales”. Así que el violento Amadeo de un plumazo se erigió en profundo psicoanalista de un pacífico grupo de jóvenes y jovencitas que con convicción rezaban el Rosario por estar en desacuerdo con que se preste un templo católico a otras religiones y se celebren ahí actos de culto no católicos. Declaraciones semejantes se han publicado en diversos medios. El asunto está en presentar un Rosario de protesta como si fuese un acto de discrimanación o dizque "antisemitismo". Y quizá, ¿por qué no?, hasta demandar penalmente a los orantes.
Finalmente, siguiendo a Kempis, el asunto fundamental no es ni cuántos son, ni quiénes son, ni cómo son, ni si gusta o no su manera de manifestarse, sino si tienen o no razón en estar en desacuerdo con estos actos de ecumenismo falso que lo es -y gravemente-, a la luz del Magisterio (ver Mortalium Animos, haz click aquí) sin importar quien está o no de acuerdo con este "ecumenismo", ni quien lo autoriza o no. No se trata de aprobar o desaprobar en función de las personas, de las simpatías o de las filias, sino de discernir si tal "ecumenismo" debe o no ser desaprobado. La respuesta debe inferirse con el Magisterio. No debe caerse en la trampa de analizar lo circunstancial -como mucha prensa pretende al referirse sólo a la oración de protesta- en lugar de determinar lo sustancial.