Está todo entero con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
«Igual que el sol no se puede dividir, tampoco se pueden separar Dios y el hombre en la blancura de la hostia. Supongamos que ésta fuese dividida: si se pudiera hacer de ella millares de millares de trocitos, en cada uno estaría todo Dios y todo hombre, como te he dicho; como el espejo que se quiebra, y, a pesar de todo, no se parte la imagen que se vé en él, así al dividir la hostia, no se separa a Dios y al hombre sino que cada parte lo contiene todo».
Santa Catalina de Siena
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