Un hombre abortista apoyó a las "autoconvocadas" rociando la cara de uno de los defensores de la catedaral que sólo rezaba el Rosario. |
BUENOS AIRES, 25 Nov. 13. Durante su anual reunión de "auto-convocadas" un grupo de abortistas expulsó de su convención a cualquiera que se pronunciara en contra del aborto. Las intolerantes gritaban a coro "¡Fuera!" a quien se atreviera a diferir de ellas. Luego durante su acostumbrada marcha agredieron con injurias, pintas con aerosol, manoseos y escupitajos a los jóvenes que pacíficamente se encontraban en el exterior de la Catedral de San Juan de Cuyo (Argentina) para defenderla de los habituales intentos de profanación que han venido ocurriendo año tras año.
Buscaban un enfrentamiento con provocaciones hacia la fila de católicos que -unidos en la oración- trataban de evitar que ellas ingresaran a la Catedral.
Las hordas abortistas gritaban blasfemias y consignas como ‘saquen sus rosarios de nuestros ovarios’, ‘aborto legal en el hospital’ y ‘si el Papa fuera mujer, el aborto sería ley’. Varias de ellas se desnudaron del torso y haciendo una hoguera con la imagen del Papa Francisco aullaban como indígenas a su alrededor dando vueltas y saltando como poseídas. Después volvieron de nuevo a la carga contra el grupo de católicos que se mantuvo firme rezando el Rosario.
Con el torso desnudo, proferían gritos como "prohíben el aborto y son curas abusadores" o "hay violadores en esos escalones".
Año tras año cientos de mujeres se reúnen con la excusa de debatir, pero bien se sabe que es para provocar y tratar de imponer de manera intolerante su ideología asesina a favor del genocidio de bebés. Naturalmente muchas de ellas ya han recurrido al dizque "derecho" que aseguran tener para asesinar a sus propios hijos.
Alguien comentó atinadamente que todo fue "un verdadero aquelarre...El odio hacia la Iglesia Católica es patente".
Según denunció la plataforma ArgentinosAlerta, desde el acto inaugural del Encuentro de Mujeres "auto-convocadas" en San Juan, un grupo de ellas propuso "quemar la Catedral cantando al ritmo de batucada".
Lo más absurdo y contradictorio de todo es que aquellas que propugnan por el asesinato de bebés no nacidos son las que gritaban ‘¡asesinos, asesinos!’ a quienes defendían la vida de los no natos y la integridad de su catedral.