Una lectora-amiga paraguaya nos ha enviado este bellísimo testimonio suyo solicitándonos lo demos a conocer. Con mucho gusto lo publicamos como una muestra de lucha y amor por la vida. Agradecemos mucho a Ale Ortiz este testimonio que sin duda será un ejemplo para todos nosotros. El blog "Encuentro. Adopción en Bolivia"certifica que lo que aquí se narra es estrictamente cierto. El título y subtítulos del post son de CATOLICIDAD. Hemos realizado ligeras correcciones respetando íntegramente el estilo, el sentido y el contenido mismo.
TESTIMONIO
Me llamo ALE ORTIZ, soy Paraguaya y tengo 19 años, vivo actualmente en Austria. Él es mi bebe JOSHUA, nació prematuro, por una cesárea planeada a las 29 semanas de vida el 31/05/2012. Nos enteramos a las 12 semanas que nuestro bebe tenía “Hydrops fetalis”. Pero, yo decidí no comentarle a nadie, porque no quería que vieran a mi hijo con otros ojos. Me acuerdo que una semana antes de ir a la consulta con el ginecólogo (para confirmar mi embarazo) yo ya le había hablado a mi esposo; le dije que pase lo que pase, teníamos que luchar por nuestro hijo (era un sentimiento que tenía, cuando todavía no sabía de la enfermedad de mi bebé).
Los doctores del hospital, específicamente los que trataban a las mujeres con embarazo de alto riesgo como el mío, se portaron de maravillas y eran muy sinceros, a pesar de lo que decían que no siempre sonaba muy lindo, pero, yo les tomé confianza. Ellos desde el principio nos dijeron qué pensaban de nuestro bebé: que no iba a vivir mucho tiempo… Ellos diagnosticaron que Joshua iba a morir en mi vientre, pero, el Plan de Dios era otro…
Empezó nuestra lucha. Yo sacaba las fuerzas del AMOR de madre que siento por mi hijo, que todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Que aguanta cualquier cosa difícil como si nada. Porque escuchar y ver la cara de más de cinco doctores y ecografistas que te miran sin esperanzas, peor teniendo en esos momentos que entender otro idioma, el Alemán, que no es mi idioma madre, y escuchando siempre diagnósticos diferentes, te duele… ¡Te duele en el alma, como MAMÁ no poder hacer NADA! Porque las cosas no iban a cambiar si yo comía más o menos, o si yo caminaba más, o si no movía una silla… Por mi salud mental decidí SIEMPRE ir sola a todas las consultas pues tuve una mala experiencia al llevar una vez a la mamá de mi esposo, que cuando escuchó los diagnósticos se quedó muda, y me dijo al salir: “Ale, me das mucha pena..” Yo le respondí: “Pero, por qué pena? es mi hijo… que esté enfermo, no le hace menos”. Pero, bueno… decidí eso, porque uno cuando está en una situación así… necesita FUERZAS de los demás, no que te tengan lastima…
Cada vez que estaba en el hospital, yo solo quería ver a mi bebé, y ¡coleccionar sus ecografías! Era ver ese CORAZÓN que palpitaba, el que me impulsaba a seguir… Los doctores no me entendían, porque aquí, no es común que una mamá quiera seguir con su embarazo con un diagnóstico como el mío. Siempre tenía que argumentar horas y horas con el Team de Doctores porque yo quería seguir con mi embarazo… Por más que mi hijo estaba enfermo, no era una bolsa de basura que podía desechar. Yo les decía: “Voy a luchar por mi bebé, sea como sea. Viva un minuto, una hora, meses o 40 años”. Nunca me detuve, ni perdí mi FE en que las cosas podían llegar a cambiar, y le pusimos a Joshua de apodo “Milagroso”. Lo que nos tenemos que poner a pensar es que un minuto ¡es tan valioso!, y no le damos importancia.
Yo le tenía miedo, TERROR a las agujas (ahora ya no); sin embargo me realizaron en mi embarazo dos veces una prueba que se llama “Biopsia de vellosidades coriales”. Les dejé bien en claro a los doctores que me hacían la prueba para confirmar que mi bebé no tuviera alteraciones cromosómicas, o en el caso de que existieran saber que es lo que tenía para avanzar y poder estar preparados, pero no para interrumpir mi embarazo, porque yo a él lo iba a tener con la enfermedad que tuviera… Estaba con miedo, claro, porque hay un riesgo de aborto espontáneo de 1% y el doctor me dijo muy seriamente que para mi bebé el riesgo era de 10%, ¡IMAGÍNENSE! Ahí me puse a pensar dos veces… pero, después dejé todo en manos de Dios, y dije: “Que se haga tu voluntad, Señor”. La prueba consiste en la obtención de una pieza de tejido placentario a través del abdomen, te lo extraen con una aguja gruesa y fina, y al mismo tiempo controlan los latidos del corazón del bebé. Después se usan las células obtenidas del tejido placentario para su análisis cromosómico. Al terminar la prueba me emocioné mucho, le di un abrazo fuerte al doctor que me lo realizó. Él se sorprendió mucho. Luego, recibimos los resultados: todo salió normal y nos confirmaron que era un niño, como yo lo presentía.
No voy a negar que a veces tenía días tristes donde parecía que la fuerza y la luz se extinguían por completo, cuando aparentemente no había salidas, ni caminos. Pero el tiempo no se detiene, somos nosotros quienes nos detenemos. Yo tenía que tratar de enfocarme en lo positivo, en lo bello, y lo útil que era mi hijo.
Cuando tenía cinco meses de embarazo encontré un grupo de padres en Facebook que perdieron a sus hijos a causa de esta enfermedad y otros que por milagro ¡están vivos! Casos que también nadie les daba esperanzas y ellos siguieron luchando…
Cuando comentaba en Facebook, sobre mi embarazo y los estudios que me hacían, las personas me decían: Ora, prende una vela, haz esto, haz lo otro.. yo lo hacía también; pero después me di cuenta que cuando es la Voluntad de DIOS, uno no puede luchar contra ello sino aceptarlo. Que un hijo sea sano o enfermo no es lo más importante sino que VIVA. Porque mientras hay vida, hay esperanza. Muchos tienen un concepto erróneo sobre el significado de la FE: “FE NO es creer que Dios hará lo que nosotros queramos, en el momento y como lo queramos.FE es creer que Dios hará lo que es debido y que terminará haciendo su voluntad”. Muchas veces la voluntad de Dios es muy diferente a la nuestra.
Pasaban las semanas, la enfermedad de mi bebé no empeoraba ni tampoco mejoraba, Joshua seguía creciendo, moviéndose y su corazón latía tan fuerte que yo me aferraba a su vida. Un día normal fui al hospital, y mi doctor me dijo que mi bebé no estaba recibiendo suficientes vitaminas. Me dijo que podíamos planear una cesárea (que no era muy normal tan temprano), o esperar cuatro semanas más hasta la treinta y dos. Después de hacer muchas preguntas y pensar qué era lo mejor para mi hijo, concluí que una cesárea planeada sería como una SEGUNDA OPORTUNIDAD de vida, ya que los doctores no le daban esperanzas por su enfermedad y creían que él iba a morir en mi vientre. Lo decidí, y di el SÍ. Ese día me quedé para recibir las inyecciones para la maduración de sus pulmones, tenía tanto miedo, y oraba a Dios para que me mostrara si lo que decidí era lo correcto. Mi bebé se movió toda la noche, acompañándome en mi desvelo y queriéndome decir: “Mami, tranquila, todo va a salir bien”. Yo tenía que estar fuerte, por más que por dentro sabía que tenía que estar preparada para todo, y disfrutar de cada minuto.
SEÑOR, QUE SE HAGA TU VOLUNTAD Y NO LA MÍA
"El único que tiene el poder de quitarle la vida o de dársela era Dios... Los tiempos de Dios son perfectos". |
Todo el miedo, la angustia se esfumaron cuando le tuve en mis brazos, fue como si yo volviera a nacer y mi alma gritó de alegría. Sólo quedaban la felicidad y la paz. Yo ya no podía pedir más nada, sólo agradecer a Dios… Nunca estuve tan enamorada de una personita, como de Joshua. En un momento cerré los ojos, con él en mis brazos y dije: “Señor, gracias por darme esta oportunidad, me cumpliste el deseo de mi corazón”. Era la verdad, cuánto tiempo esperé, cuántas lágrimas derramé y ahí estaba mi recompensa... Dios me dio el tiempo perfecto para disfrutar de mi hijo, junto a su papá, para darle amor ¡hasta el final!... Minutos y horas que estuvimos junto a él, para darle la “bienvenida” y un “nos vemos pronto, hijo”. Su lucha por aferrarse a la vida, me hizo entender, que cada minuto es una nueva oportunidad.
Al día siguiente que Joshua falleció (31-V-2012), le pedí a mi mamá que me ayudara a conectar la notebook. A mí me ayuda mucho escribir, así que decidí compartir mi testimonio, en mi muro de Facebook… con los dolores de la cesárea... pero saqué fuerzas. Creo que muchos amigos, conocidos y familia quedaron MUDOS porque no se esperaron que yo tuviera esa actitud y...por los hechos mismos. Mi amiga Raquel Ayala Bobadilla me ayudó a contar mi testimonio en la Radio monumental, creo que unos días después el Churero.com publicó nuestra historia en su página, y fue Juan Manuel Salinas uno de los que leyó y también lo llevó a su programa de tv, MQM. Muy agradecida con ellos. Tantas personas que se comunicaron conmigo porque leyeron o escucharon en la televisión, tocados y emocionados… ¡Fue increíble llegar a tantos corazones!.
LOS TIEMPOS DE DIOS SON PERFECTOS
JOSHUA nació en el tiempo de Dios. Partió a su presencia no cuando los doctores decían que el iba a morir, sino el día que Dios sabiamente quiso. Falleció al lado de nosotros. Segundos, minutos, horas… ¡Su VIDA valió TODO!. Nunca lo voy a dejar de amar, simplemente porque el amor que nos une es más fuerte que la distancia que nos separa. Yo sé que él está en cada cosa buena que me pasa, en mi piel y en mis venas. Que me está ayudando a que mi corazón siga latiendo todos los días impulsándolo con su maravilloso Amor. ♥
JOSHUA nació en el tiempo de Dios. Partió a su presencia no cuando los doctores decían que el iba a morir, sino el día que Dios sabiamente quiso. Falleció al lado de nosotros. Segundos, minutos, horas… ¡Su VIDA valió TODO!. Nunca lo voy a dejar de amar, simplemente porque el amor que nos une es más fuerte que la distancia que nos separa. Yo sé que él está en cada cosa buena que me pasa, en mi piel y en mis venas. Que me está ayudando a que mi corazón siga latiendo todos los días impulsándolo con su maravilloso Amor. ♥
Gracias hijito mío por haberme elegido como tu mamá y por haberme enseñado todos los días la grandeza del amor. En especial por haber llegado en el momento justo, me enseñaste que la vida está llena de momentos lindos y perfectos, pero también de instantes angustiantes y tristes. Me diste una lección muy grande, el valor de la vida y de los sueños, que se convierten en realidad. Y el mío se hizo realidad al tenerte conmigo. Me animas con tu recuerdo cada día a decir verdades y a no tener vergüenza de amar con los ojos llenos de lágrimas. Cuando naciste fue un día muy armonioso, de felicidad y lleno de emociones. Ahora estás en un lugar lleno de paz y distanciado de la maldad de este mundo. SIEMPRE estás en mis pensamientos, en mi corazón. Formas parte de mi vida y de las vidas de muchas personas más. Dios, te prestó por unos meses con un propósito que era cambiar mi vida, y la de muchas personas… Yo soy la continuación de tu historia, de tu amor y de tu valentía. Mientras yo siga sonriendo y palpitando, tu corazón seguirá viviendo.
Le pido a DIOS que nos ayude a entender que las cosas por las cuales tenemos que sufrir, soportar y esforzarnos, es porque hay Vida. Que nos enseñe a ser agradecidos por lo que sí tenemos y disfrutarlo mientras lo tengamos.
ALE ORTIZ
Gracias, Ale, por tan bello y ejemplar testimonio que nos enviaste. ¡Dios te bendiga!