México es un país rico en costumbres que nacen de la fusión de las culturas que le dieron origen: la indígena y la española. Por ello, la belleza y la magia de sus festividades tienen un toque muy especial.
Diciembre es un mes lleno de fiestas tradicionales en las que se respira ese espíritu navideño, una de ellas son las posadas. Estas nacieron de la necesidad que tenían los misioneros católicos por caracterizar a los naturales, mezclando costumbres y ritos indígenas con los españoles y cristianos.
Un poco de historia
Según el calendario azteca, los mexicas celebraban a mediados de diciembre el nacimiento de su dios Huizilopochtli, por lo cual los misioneros aprovecharon estas festividades para ir enseñando a los indios el misterio del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo y así reemplazar la tradición pagana por la cristiana.
Esta tradición se logró gracias al Fray Diego de Soria, prior del Convento de San Agustín de Acolman, quien obtuvo permiso del Papa Sixto V para celebrar en la Nueva España las Misas de Aguinaldo, que consistían en nueve misas en las cuales se concedía indulgencia plenaria a quienes cumplían con dicho novenario.
Ni las auténticas posadas ni la puesta del Nacimiento (o Belén) en cada hogar católico mexicano deben perderse. El árbol de navidad no debe ser un sustituto del Nacimiento. |
En un principio estas misas tenían lugar en el atrio de las iglesias, donde se iniciaba una procesión para acompañar las imágenes de José y María (hay quienes conservan aún esta tradición) recordando así el recorrido que ellos hicieron por Belén pidiendo posada.
Mientras unos cargaban el misterio, los demás feligreses cantaban llevando velas encendidas en sus manos para después pasar al rezo del Rosario y las letanías.
Para terminar la festividad con un toque de alegría, los fuegos artificiales y las piñatas formaban parte de esta tradición. Después acostumbraban cenar rico ponche caliente con buñuelos.
Poco a poco la tradición fue desapareciendo del atrio de las iglesias para introducirse en la intimidad de cada hogar, donde hasta la fecha se celebra las tradicionales Posadas Navideñas.
Esta costumbre ha perdurado a través de los años. Las personas le han dado un significado y un valor espiritual a estas festividades, por lo que cantar y encender una vela en señal de buena voluntad nunca debe faltar en una fiesta decembrina.
Otra tradición muy mexicana
Es importante informarles y/o recordarles el significado de la piñata a los niños antes de romperla |
Los misioneros aprovecharon la tradición azteca de romper la piñata para enseñar a los indígenas principios cristianos.
Los catequistas de una forma alegórica comparaban la olla de barro que está dentro de la piñata con el mal que se encuentra dentro de los seres humanos y el cual no se puede ver porque está escondido entre muchos adornos.
Los siete picos de la piñata representan los siete pecados capitales: la soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Estos pecados se deben contrarrestar practicando las virtudes contrarias: humildad, generosidad, pobreza, paciencia, templanza, caridad y diligencia.
La persona que le pega a la piñata representa al creyente que con su fe, que es ciega (por lo que está vendado), y con la gracia y ayuda de Dios (por eso cuenta con un palo) le pega al mal hasta que lo destruye. Así, deja salir todas las gracias bendiciones, talentos y valores que Dios da a quienes creen en Él para luchar contra el mal.
Estas bondades están representadas por los dulces de la piñata como un regalo.
Una fiesta con mucho corazón
Cantando la petición de posada en un pueblo |
Tanto el adviento y las posadas tiene un objetivo: prepararse para recibir a Jesús en el corazón de cada hogar.
Todas las tradiciones son muy hermosas y vale la pena vivirlas y gozarlas plenamente. Fiestas en las que sobra el alcohol y abunda la comida las hay durante todo el año. Las posadas navideñas son una oportunidad de convivir en familia y de reflexionar sobre la relación que se tiene con las demás personas.
La Navidad es una época de perdón, de buena voluntad y, sobre todo, un tiempo para demostrar a los seres queridos todo el amor que se siente por ellos.
A las posadas navideñas hay que ponerles mucho corazón, para que la convivencia y el recuerdo de la familia y los buenos amigos sea mayor que el vino y la pachanga.
Cada vez que se cante en las posadas y se rompa una piñata, sin importar la edad, se vuelve nuevamente a ser niño. Disfrutemos al máximo el periodo de posadas y que nunca muera en México esta tradición.
Magdalena R. de Mellado.
Cantos para pedir posada
Afuera: En el nombre del cielo os pido posada pues no puede andar mi esposa amada.
Adentro: Aquí no es mesón sigan adelante yo no debo abrir no sea algún tunante.
Afuera: No seas inhumano tenos caridad que el Dios de los cielos os lo premiará.
Adentro: Ya se puden ir y no molestar porque si me enfado os voy a apalear.
Afuera: Venimos rendidos desde Nazareth, yo soy carpintero de nombre José.
Adentro: No me importa el nombre déjenme dormir pues que ya les digo que no hemos de abrir.
Afuera: Posada te pido amado casero por sólo una noche la Reina del Cielo.
Adentro: Pues si es una reina quien lo solicita ¿Cómo es que de noche anda tan solita?
Afuera: Mi esposa es María, es Reina del Cielo, y madre va ha ser del Divino Verbo.
Adentro: ¿Eres tu José? ¿Tu esposa es María? Entren peregrinos no los conocía.
Afuera: Dios pague, señores vuestra caridad y os colme el Cielo de Felicidad.
Adentro: Dichosa la casa que alberga este día a la Virgen Pura, la hermosa María.
TODOS:
Entren santos peregrinos, peregrinos,
reciban este rincón,
que aunque es pobre la morada, la morada,
os la doy de corazón.
.Mexicano: conserva o recupera tus tradiciones y no las trueques por otras costumbres anglosajonas.
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