El Salmo 23 es uno de los más célebres y arraigados en la tradición cristiana; pero es también un recuerdo para que el creyente se sienta guiado y acompañado por la mano firme y protectora de Dios.
David era un pastor y sabía que las ovejas podían confiar en el pastor en cualquier situación. Cuando las ovejas están hambrientas, el pastor las lleva a pastos verdes donde tengan suficiente hierba que comer. Cuanto tienen sed, él las lleva a un riachuelo tranquilo en el cual puedan beber agua. Cuando las ovejas están en peligro de ser devoradas por animales salvajes, el pastor es su protector. Las ovejas pueden confiar en el pastor en cada situación.
Todos los días nos encontramos frente a situaciones de gran dificultad y alternativas difíciles de escoger. Muchas veces nos preguntamos: "¿En quién confío?" La respuesta es: "en Jesús". La Biblia nos dice que Jesús es "el Buen Pastor" y que somos sus ovejas. Como David, podemos decir: "El Señor es mi pastor, nada me falta." Podemos confiar en Él en toda situación.
Querido Jesús, tú eres el Buen Pastor y somos tus ovejas. Ponemos nuestra confianza en Ti.