"El niño es algo del cielo, en su rostro se ve como la sonrisa del Eterno; es una flor, es una esperanza. Es una cera blanda, dispuesta a recibir y guardar cualquier impresión.
Al niño naturalmente se le ama, su sencillez y franqueza encantadoras nos cautivan, la inocencia que a través de sus ojitos se dibuja produce en nosotros una como nostalgia del cielo, y en su presencia experimentamos algo indefinido como mezcla de amor, de temor y de respeto.
Porque es una flor aun no ajada por el choque de las pasiones, su rostro, en el que se refleja toda la hermosura de su alma, es una imagen de la inocencia de los ángeles.
La niñez es la primavera de la belleza. Dios, que es siempre joven y siempre bello, ha querido comunicamos algo de los esplendores de su eternidad. La frente del niño es la sonrisa de Dios; es imposible ver su alma virgen sin sentirse conmovido por una simpatía que es un conjunto de ternura y respeto".
✨ P. Eduardo Pavanetti 📖 La madre educadora Tomado de La Dama Católica.