Nació el 8 de mayo de 1786, cerca de Lyon, Francia. Su nombre completo es Juan Bautista María Vianney. Hijo de Matthieu Vianney y Marie Beluze.
Creció en un ambiente de santidad, porque su familia eran bondadosos con los pobres; fue pastor, disfrutaba del campo, la naturaleza le hablaba de Dios. Debajo de la sombra de un árbol hacía un altar y colocaba una imagen de la Santísima Virgen María y le hablaba con amor.
Ingresa al seminario menor, en Verrières; y después en el seminario mayor de Lyón. De conducta ejemplar, falto de los conocimientos del latín, y de los estudios y, es despedido del seminario.
Intenta retornar al seminario, sin conseguirlo. Hasta que se encuentra con el padre Balley (quien lo prepara), siendo admitido nuevamente el 13 de agosto de 1815., El obispo de Grenoble, monseñor Simón, lo ordena sacerdote.
De 1815 a 1818, sigue aprendiendo teología junto al padre Balley, en Ecully. Concluidos sus estudios, le encomiendan la pastoral del pueblo de Ars. Llegó a ese lugar el 9 de febrero de 1818, se dedicó a su ministerio, visitando casa por casa; atendiendo paternalmente a los niños y a los enfermos; acompañado de penitencia, oración y caridad.
Su prédica es sencilla y profunda que produce abundantes conversiones. Fundó «La Providencia», hogar para acoger a las huerfanitas, él mismo instruía a las niñas en el catecismo, y estas enseñanzas llegaron a ser tan famosas, que se daban todos los días en la iglesia ante grandes multitudes.
La principal labor del Cura de Ars fue la dirección de almas, en el confesionario pasó la mayor parte del día, porque las almas ya lo esperaban. Su consejo era buscado por muchos, sin importar condición social, económica, sexo, edad. Leía las conciencias, indagar el interior del ser humano, e incluso enderezar su camino en el discernimiento vocacional y espiritual.
Dios lo llamó a su presencia el 4 de agosto de 1859. Sus restos mortales se conservan incorruptos en el santuario de Ars.
Juan Bautista María Vianney, el 3 de octubre de 1874 fue proclamado venerable por Pío IX y beatificado el 8 de enero de 1905.
El papa Pío X lo propuso como modelo para el clero parroquial. En 1925, el papa Pío XI lo canonizó.
Oración
Dios omnipotente y misericordioso, que hiciste admirable a san Juan María Vianney, presbítero, por sus celo pastoral, concédenos que, a ejemplo suyo y por su intercesión, ganemos para Cristo, con la caridad, a los hermanos y con ello podamos alcanzar la gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.