Hoy (24 de junio de 2022) es un día de gracia. No solo podemos decir que Roe vs Wade fue revocada el día del Sagrado Corazón, sino también el día de la Natividad de San Juan Bautista, quien reconoció la presencia del Señor desde que estaba en el vientre materno. Como dijo Isabel: "apenas oí tu saludo mi hijo saltó de alegría en mi vientre" (Lc 1; 44).
Esto es un ejemplo para nuestros países como Argentina y donde el aborto se haya aprobado. Que una ley exista no quiere decir que sea una ley justa; y no solo eso: hay que combatirla hasta erradicarla para siempre. El aborto, por más que sea ley en los papeles, es siempre un asesinato y no puede tener aprobación en ningún caso.
Obviamente yo siempre aliento a las madres que alguna vez abortaron y se arrepintieron de su pecado a confiar en la misericordia de Dios que siempre puede perdonarnos por más grandes que sean nuestras faltas. Si una mujer abortó y se arrepintió, que sepa que la misericordia de Dios dura para siempre y que Jesucristo le pide que de ahora en adelante luche por la defensa de la vida humana desde la concepción hasta la muerte. Pero no hay pecado que Dios no pueda perdonar, por más grande que sea.
Que el día de hoy sea recordardo como un claro mensaje de Dios: SE PUEDEN COMBATIR LEYES INJUSTAS COMO LA LEY DEL ABORTO, pues el Señor lo que quiere lo hace y nadie se burla del Omnipotente. Aunque todo parezca perdido en nuestros países, nunca perdamos la esperanza. Aquí en Estados Unidos tardaron 49 años en revocar esta ley injusta. Ahora los diferentes estados podrán decidir libremente que hacer, y hay 26 estados que están apuntando a la eliminación absoluta del aborto. Es un milagro, pero no hay que sorprenderse, ya que Dios es el que decide, no los políticos ni los poderosos (aunque parezca lo contrario, Dios es y será el que mueve los hilos de la historia).
"Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia" (Sal 136;1).