Es increíble como incluso 5 segundos de pornografía pueden quedar en la mente para toda la vida y muchos años de formación cristiana pueden olvidarse en cuestion de un momento cuando se elige pecar, y es que la pornografía atormenta el alma, la destruye y la lleva a la perdición, convierte a la persona en un esclavo.
Lamentablemente un hombre que se ha formado viendo pornografía busca lo que ha visto en una mujer y la rebaja a un simple objeto que sirve para el placer sexual, pues esto es lo que presenta la pornografía, una mujer siendo utilizada como un mero objeto creado para satisfacer mis impulsos carnales.
Poco a poco el consumidor de pornografía va perdiendo su capacidad para amar, pues todo vicio nos aleja de Dios que es quien infunde el verdadero amor en nosotros, deja de pensar que la mujer debe ser conquistada con cariño y respeto, porque es un ser humano que ama y busca ser amada, en cambio él piensa que debe conquistarla para en algún momento llevarla a la cama y satisfacer su propio placer, el consumidor de pornografía nunca logrará amar porque el verdadero amor es sacrificio y donación, cuando los esposos se unen para el acto conyugal hacen un sacrificio de amor, buscan entregarse el uno al otro, no sólo satisfacerse a sí mismos, es en esta entrega sagrada que Dios se hace presente y se le puede dar gloria a Dios.
Ahora, ¿si soy consumidor de pornografía y aún quiero saber lo que es amar y ser amado puedo hacerlo? Mientras siga siendo consumidor nunca lo sabrá pues cada vez se aleja más de Dios, pero si se tiene un arrepentimiento sincero por haber ofendido tanto a Dios y se aleja de la ocasión del pecado (es decir, si es necesario botar la computadora, el celular, el televisor, revistas, discos, alejarse de ciertas "amistades" o familiares, etc. y lo hace por amor a Dios), se busca la vida de gracia, confesión frecuente, Santo Sacrificio frecuente, santo rosario diario, mortificación diaria y un buen director espiritual, y se lee la vida de los santos buscando imitarlos, y también se busca de todo corazón detestar el pecado, con estas prácticas hechas vida, claro que puede lograr amar y ser amado, pero como con todo vicio es necesaria la virtud de la persevarancia, no desistir, ni creer que como ya llevo "X" meses o años sin caer ya no caeré nunca más, porque la realidad es que es una lucha que siempre será para TODA LA VIDA, pero que bien vale la pena llevar una vida que nos conducirá al amor verdadero en este plano y, finalmente, a la bienaventuranza eterna con Dios.