Creo en Dios que es el Amor, la Verdad, la Vida Eterna
y en la patria mexicana integrada por los hombres y las tierras
que hacen un solo camino bajo una sola Bandera.
Creo en mi lengua castellana y en la Iglesia Verdadera,
en los labios de mi madre sobre mi frente sedienta,
en las manos de mi padre y en el dolor de su ausencia.
Creo en la mujer que ha sido mi esposa y mi compañera
y en la sonrisa de Dios que en mis hijos se refleja.
Creo en el honor del alma y el valor de la entereza
de quien es fiel a sí mismo y está en paz con su conciencia.
Creo en los hombres leales que siempre cruzan su apuesta
cuando se riñe por algo que no admite componendas.
Y también creo que el hombre tiene derecho a parcela
en un lugar de su patria si se esfuerza en merecerla.
Y en el derecho inalienable de vivir en paz la tierra
si antes asumió el deber de dar la vida por ella,
si ello fuera menester o mejor, cuando así sea.
Creo en aquél que trabaja detrás de las causas honestas.
En el que ama a su prójimo y que el pecado detesta.
En quien arriesga lo propio cuando un error manifiesta.
Creo que nada es posible si la familia está enferma,
Y que de hombres viciosos derivan causas siniestras.
Esta es mi Fe inquebrantable, lo demás es letra muerta.
Padre Alberto Ezcurra (adaptación).