"Día de grandísima alegría es está fecha. Día de la alegría de las alegrías. Día de buenas nuevas. Día de todo nuestro bien. Si calláremos, si fuéramos ingratos, si no diéramos gracias al Señor por este día, de traición seremos argüidos. Demos gracias al Señor por este gran bien que nos dio en este día, y a la Madre, por cuyas manos nos lo dio. Que si llegáis a un árbol muy hermoso y veis una pera o manzana muy hermosa, decís: “¡Bendito el árbol que tal fruto dio!”. Cuando viéredes a Jesucristo en la hostia consagrada, cuando comulgáredes, cuando recibiéredes a nuestro Señor, dad gracias al Padre eterno, que os lo dio; decid: “¡Bendito sea el árbol que tal fruto dio, que es la Virgen benditísima!”
San Juan de Ávila, Sermones, Anunciación de Nuestra Señora.