Jesús, Divino Pastor de las almas, que llamaste a los Apóstoles para hacerlos pescadores de hombres, atrae hacia ti las almas ardientes y generosas de los jóvenes, para hacerlos tus seguidores y tus ministros; hazlos partícipes de tu sed de Redención universal, en favor de la cual renuevas tu Sacrificio sobre los altares.
Tú, Señor, «siempre dispuesto a interceder por nosotros», descúbreles los horizontes del mundo entero, donde la muda plegaria de tantos hermanos pide la luz de la verdad y el calor del amor, para que respondiendo a tu llamada, prolonguen aquí abajo tu misión, edifiquen tu Cuerpo Místico, que es la Iglesia y sean «sal de la tierra», «luz del mundo».
Extiende, Señor, tu amorosa llamada también a muchas almas puras y generosas, e infúndeles el anhelo de la perfección evangélica y la entrega al servicio de la Iglesia y de los hermanos necesitados de asistencia y caridad.
San José Bendito, intercede por las vocaciones.
Señor, dános sacerdotes.
Señor, dános sacerdotes santos.
Señor, dános muchos sacerdotes santos.