La verdadera muerte es el olvido. Nunca dejemos de orar por las almas benditas del purgatorio, quizá mañana, nosotros estaremos esperando una piadosa oración.
¡Cuántas almas de muchos hermanos y bautizados en la Iglesia católica están en el purgatorio esperando nuestras oraciones por ellas!
A veces creemos y nos quedamos con la idea errónea que al morir un ser querido, nos causa mucho dolor y pena… y ya. Y escuchamos frases como:
- Por fin ya está descansando con Diosito.
- Ya tenemos un angelito en el cielo.
- Era bien bueno, ya esta en paz.
No hermanos, sólo Dios sabe en qué estado llegó esa alma a su presencia, pero los buenos deseos no son suficientes para salvar un alma, por más querida que sea.
No dejemos de ofrecer oraciones, jaculatorias y misas por las almas de nuestros conocidos (y de las almas del purgatorio en general) que pueden seguir necesitando mucho de nosotros. Puede que algún día seamos nosotros los que necesitemos de las oraciones de los que quedan en este valle de lágrimas. Además, los justos que hayan salido o aminorado su estancia en el purgatorio por nuestras preces, seguramente intercederán por nosotros cuando seamos nosotros quienes lo necesitemos.
¡Oremos siempre por ellos!
Oración por las benditas ánimas del Purgatorio
Dios misericordioso, que nos perdonas y quieres la salvación de todos los hombres, imploramos tu clemencia para que, por la intercesión de María Santísima y de todos los santos, concedas a las almas de nuestros padres, hermanos, parientes, amigos y bienhechores, que han salido de este mundo, la gracia de llegar a la reunión de la eterna felicidad.
Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio; vengo a depositar en tu Corazón Inmaculado una oración en favor de las almas benditas que sufren en el lugar de expiación. Dígnate escucharla, clementísima Señora, si es ésta tu voluntad y la de tu misericordioso Hijo
Amén.
María, Reina del Purgatorio, te ruego por aquellas almas por las cuales tengo o pueda tener alguna obligación, sea de caridad o de justicia.
Amén.