Los efectos que causa el Santo Sacrificio de la Misa y el oírla, son los siguientes:
Resiste a los malos pensamientos.
Destruye los pecados.
Mitiga el aguijón de la carne.
Da fuerzas al alma para batallar contra sus enemigos.
Perdona los pecados veniales (no los mortales).
Purifica, limpia y purga el corazón.
Alienta a obrar bien.
Aumenta la castidad.
Acrecienta el fervor de la caridad.
Da fuerzas para sufrir las cosas adversas.
Llena el alma de todas las virtudes.
Y, en fin, por decirlo de una vez, cuantos frutos, gracias, privilegios y dones recibimos de la mano del Altísimo Dios, todos son por la sagrada muerte y pasión de Nuestro Señor Jesucristo, la cual se reactualiza y representa en el santo sacrificio de la misa.
Santo Tomás de Aquino