"…El que tiene una virtud verdadera, no cambia ni se conmueve por nada, cual un peñasco en medio del mar azotado por las olas embravecidas. Que se os desprecie, que se os calumnie, que se burlen de vosotros, que os traten de hipócritas, de falsos devotos: nada de esto os quita la paz del alma; tanto amáis a los que os insultan cómo a los que os alaban; no dejéis por esto de hacerles bien y de protegerlos, aunque hablen mal de vosotros; continuad en vuestras oraciones, en vuestras confesiones, en vuestras comuniones, continuad asistiendo a la santa Misa como si nada ocurriese".
Santo Cura de Ars