Un protestante se acercó un día al Santo Cura de Ars y le dijo: "Aunque no estemos juntos en la tierra, vamos a estar juntos en el cielo".
El Santo miró a los ojos del hombre y dijo suavemente:
"A medida que el árbol se inclina, es por lo que el árbol cae. Si no vivimos juntos en la tierra, no vamos a vivir juntos en el cielo. La muerte no hace ningún cambio en esto".
El protestante al escuchar estas suaves palabras del santo las consideró y meditó, renunció a su error, y se convirtió al catolicismo.
Muy distante y muy distinta fue la actitud de los santos si la comparamos con el falso ecumenismo actual que pone al mismo nivel la única Verdad de Cristo con la multiplicidad de errores.