"El Papa Gelasio en su novena carta a los Obispos de Lucania CONDENÓ la funesta práctica que había introducido a MUJERES SIRVIENDO AL SACERDOTE EN LA CELEBRACIÓN DE LA MISA. Puesto que este abuso se había extendido a los griegos, Inocencio IV LO PROHIBIÓ ESTRICTAMENTE en su carta al Obispo de Tusculum: 'Las mujeres no se atrevan a servir en el Altar: debe ser totalmente rechazado este ministerio'. NOSOTROS TAMBIÉN HEMOS PROHIBIDO ESTA PRÁCTICA con las mismas palabras en nuestra tantas veces repetida Constitución... "
Encíclica Allatae Sunt n° 29 (26 julio 1755)