Este niño no sabe de actuaciones. Pensó que todo era real y corrió -como nuevo Cirineo- a ayudar a Jesús en su paso por la vía dolorosa. ¡Qué lección nos da este infante!. Seamos como él, pues bien dijo el Señor: "En verdad os digo que si no os volvéis y hacéis semejantes a los niños, no entraréis al reino de los cielos". Mt XVIII,3.
La piadosa escena nos hace evocar esta preciosa poesía (haz click):