"¡Oh Madre, no podemos más!".
VIRGEN DEL APOCALIPSIS del pintor mexicano Miguel Cabrera |
La sociedad moderna se halla atormentada por una fiebre de renovación que da miedo, y está infestada de hombres que se aprovechan de tan gran sufrimiento nuestro para construir en ella el imperio de sus caprichos, la tiranía de sus vicios, el nido de sus lujurias y rapiñas. Nunca como ahora asumió el mal características tan vastas y APOCALÍPTICAS, nunca hemos conocido un peligro igual. (...)
Si la Madre de Dios no empieza otra vez a enseñarnos, en nuestros días como en el pasado, quién es Jesús, ¿cómo no temer las consecuencias últimas de tantos errores y tantos horrores? Ya se prepara algo tremendo sobre nuestras cabezas: ¿qué será de nosotros? (...)
"Y he aquí que se levantó una tempestad...más Jesús, en tanto, dormía." Mt. VIII, 24. |
Parece que tampoco el Salvador quiere escucharnos y que anda sumido en el sueño que hizo decir al profeta: "Exurge, quare obdormis Domine?" (Despiértate, ¿por qué duermes Señor?). Se diría que también a nosotros declara el Señor: "Nondum venit hora mea" (Mi hora aún no ha llegado), pero la Inmaculada, la Madre de Dios, la Virgen que tutela a la Iglesia, Ella nos dio ya en Caná de Galilea la prueba de que sabe adelantar la hora de Dios. Nosotros necesitamos que dicha hora venga pronto, que se anticipe, que sea inmediata, porque casi podríamos decir:"¡Oh Madre, no podemos más!". Merecemos las peores hecatombes por nuestros pecados. Hemos expulsado a su Hijo hasta de las iglesias, hemos preferido a Barrabás. Ésta es realmente la hora de Barrabás. No obstante eso, confiados en María, sentimos que es la hora de Jesús, la hora de la Redención. (...) ¡Habla por nosotros, oh silenciosa, habla por nosotros, oh María!
Fuente: El baluarte, Roma, ed. Ares, 1961, pp. 279-283.