No era necesario tener el actual conocimiento científico sobre los nocivos efectos de la pornografía que con justa razón preocupan a muchos, bastaba creerle a Dios para rechazarla. Su Ley siempre será para nuestro bien. Supervisa lo que ven tus hijos. Cuidado con el internet (PCs, tablets, teléfonos, etc.), T.V., películas, revistas, etc. ¡Cuánto descuido de los padres existe en este rubro! Daremos de ello cuenta a Dios.
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