LA CEREMONIA DE CANONIZACIÓN SE CELEBRÓ EN ROMA
María Guadalupe García Zavala, una religiosa mexicana conocida como la Madre Lupita, que consagró su vida a Dios a través del cuidado de los enfermos, fue declarada santa el pasado domingo 12 de mayo (2013) en una misa multitudinaria oficiada por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, en Roma, a la que asistió una delegación de cerca de 500 fieles mexicanos.
El Cardenal Juan Sandoval dijo en Roma: "Se trata de una mujer que fue muy santa. La conocí personalmente. Llena de caridad, fuerte en las persecuciones tanto de afuera como de adentro, pero muy valiente, incluso durante la persecución religiosa". En ese tiempo, entre otros aspectos de su vida, la Madre Lupita ayudó a algunos sacerdotes a ocultarse en un hospital, entre ellos al Arzobispo de Guadalajara, Francisco Orozco y Jiménez sin importarle que esto le podría costar la vida. Esta religiosa mexicana que fundó la congregación de las Siervas de Margarita María y de los Pobres, se convirtió en la segunda mexicana en ser elevada a los altares; la primera fue María de Jesús Sacramentado Venegas de la Torre, originaria de Zapotlanejo, Jalisco.
Asimismo, en esa ceremonia de canonización, también se declararon santos tanto a los 813 mártires de Otranto (supervivientes del asedio y de la invasión de Otranto, que fueron decapitadas en las afueras de la ciudad por no haber querido renegar de su fe católica) como a la religiosa colombiana Laura de Santa Catalina de Siena Montoya y Upegui, virgen, fundadora de la Congregación de las religiosas misioneras de la Bienaventurada Virgen María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena. Estuvo presente el presidente de ese país, Juan Manuel Santos, quien luego fue recibido por el Pontífice.