- SE ENFRENTABA A 260 ACUSACIONES RELACIONADAS CON ABORTO E INFANTICIDIO
- FUE ENCONTRADO CULPABLE DE TRES CARGOS DE ASESINATO EN PRIMER GRADO
El médico abortista Kermit Gosnell fue declarado culpable hoy de tres cargos de asesinato en primer grado por cortar la espina dorsal de bebés nacidos vivos durante abortos en su clínica en la zona oeste de Filadelfia. El juicio ahora entra en la fase de sentencia, para decidir si Gosnell será condenado a pena de muerte o a cadena perpetua. El veredicto fue anunciado horas después de que el jurado informara al juez que estaban ‘atascados’ en otros dos cargos.
13/05/13
(Agencias/InfoCatólica) No quedó claro cuál de las más de 260 acusaciones en contra de Gosnell causaron el estancamiento. «El hecho de que estén detenidos en dos cargos significa que están considerando seriamente la evidencia. Es una indicación de su sinceridad», les dijo el juez Jeffrey P. Minehart a los jurados.
Los veredictos se han dado durante el décimo día de deliberaciones por parte de los miembros del jurado, que entraron en una tercera semana.
Gosnell, de 72 años, estaba acusado de cuatro homicidios en primer grado en relación a las muertes de los bebés identificados como A, C, D y E en la corte. Originalmente enfrentaba siete de estos cargos, pero el juez Minehart rechazó tres de ellos. Finalmente ha sido declarado culpable del asesinato de los bebés A, C y D.
Gosnell también estaba acusado de homicidio en tercer grado por la muerte de Karnaya Mongar, una mujer de 41 añosde Virginia que murió en 2009 tras recibir una sobredosis de droga durante un aborto en la clínica del acusado.
La clínica Women’s Medical Society, situada en el oeste de Filadelfia estuvo operativa entre 1979 y 2010, cuando fue clausurada a raíz de una queja relacionada con la prescripción ilegal de narcóticos y las autoridades descubrieron el tipo de operaciones que se realizaban allí.
Gosnell y su plantilla, parte de la cual no tenía certificación ni licencias, llevaron a cabo durante años abortos de embarazos en avanzado estado de gestación y emplearon tijeras para cortar la médula espinal de los bebés nacidos vivos.
Una vez dentro de la clínica, los investigadores encontraron fetos muertos y a varias mujeres en avanzado estado de gestación en espera de ser sometidas a abortos ilegales.
Los fiscales ya han señalado que pedirán la pena de muerte para Gosnell, en la siguiente fase del juicio que concluirá con su sentencia definitiva.
La investigación reveló que las pacientes de Gosnell, la mayoría inmigrantes y pobres, pagaban alrededor de 300 dólares por abortos realizados durante el primer trimestre de embarazo y entre 1.600 y 3.000 por los abortos que realizaba después de la 24ª semana de gestación, no amparados por la ley.
También se puso de manifiesto que, pese a la existencia de quejas contra Gosnell y su clínica durante más de 20 años, el médico nunca recibió una sanción oficial, por lo que fueron posteriormente relevados de su puesto seis funcionarios del Departamento de Salud de Pensilvania.
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