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¡VENID A VER COMO MUEREN LOS CRISTIANOS!

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El Pbro. Gumersindo Sedano y Placencia, párroco de La Punta, población del estado de Jalisco perteneciente a la Diócesis de Colima, iba a hacerse cargo de una Capellanía Castrense en las fuerzas Cristeras del General Dionisio Eduardo Ochoa que operaban en Colima, yendo acompañado de los demás jóvenes que luego morirían con él, quienes marchaban a unirse con los Libertadores. Delatado por una pordisera fue encarcelado, y en la prisión respondió al jefe de los verdugos que le ordenaba se callara y le llamó bellaco:

“¿Callar?…Mientras tenga un átomo de vida no dejaré de gritar. ¡VIVA CRISTO REY!… Los católicos no somos bellacos: usted mismo lo sabe. Si mis compañeros de prisión no hicieron fuego al ser arrestados, fue porque no tenían armas; dénselas a estos Cruzados y veréis si son bellacos o héroes. Vosotros sóis bellacos y cobardes. Podéis matarme como queráis. ¡VIVA CRISTO REY!”.

Al ser conducido a la estación de la población para asesinarlo, el sacerdote iba gritando con todas sus fuerzas a los transeúntes: "¡VIVA CRISTO REY! ¡VIVA LA VIRGEN DE GUADALUPE! ¡Venid a ver como mueren los Cristianos!". Y cantaba: “Corazón Santo: Tú reinarás; México tuyo siempre será”. En la estación fueron fusilados primero PEDRO TREJO, EDUARDO UGALDE y los otros tres Cristeros, colgándose luego sus cadáveres de unos árboles que allí había. El sacerdote se dirigió entonces a los católicos que tristemente presenciaban la matanza sin poder impedirla:

“Hermanos: la muerte no es lo que me arredra y atormenta, supuesto que dentro de breves momentos estaré gozando de Aquel en quien siempre he esperado y a quién siempre he servido con todas mis fuerzas en el Santo ministerio sacerdotal; lo que me arredra y atormenta es el temor de que no vaya a ser un verdadero mártir, es decir un verdadero soldado que sepa desprenderse de esta vida mortal y perecedera. Mi delito no es otro, lo confieso, sino ser del número de los que en esta vida son los encargados de llevar las almas a Cristo nuestro Redentor. Mas tengo la satisfacción de haber cumplido mi deber hasta los últimos momentos en que Dios me va a llamar a su tribunal sagrado, en donde tengo que dar cuenta de todos y cada uno de los fieles que me han sido confiados en mi Parroquia. Espero en la infinita misericordia de Dios que sabe perdonar y olvidar las ofensas de sus hijos, y que sabe absolver a los que se entregan en sus manos. No os pido otra cosa sino que siempre confeséis a Cristo en todo lugar y en todo momento: “Todo lo podemos en Aquel que nos conforta”, como dice el Espíritu Santo. Ánimo hermanos, y si sabéis luchar hasta el fin, nos veremos en el Cielo… Ya terminé Capitán”.

Éste ordenó al mártir que se descalzara y le fueran desolladas las plantas de los pies, se le intentó ahorcar dos veces, desgajándose otras tantas la rama de que se le suspendió; entonces, apoyando su cuerpo en una grieta del árbol al que se le colgaba, se le volvió a ahorcar y se le hizo blanco para ejercitarse al tiro sus asesinos, quienes pusieron este letrero en el cuerpo inerte del sacerdote:
“ÉSTE ES EL CURA SEDANO”.

EL PECADO DE LA SOBERBIA

8 DE DICIEMBRE: INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA

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El 8 de diciembre de 1854, en la presencia de 92 obispos, 54 arzobispos, 43 cardenales y una incontable multitud de fieles, el beato Pí­o IX definía como dogma de fe el gran privilegio de la Virgen: "La doctrina que enseña que la Bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, es revelada por Dios, y por lo mismo debe creerse firme y constantemente por todos los fieles."

Este dogma que define que la Santísima Virgen no tuvo pecado original desde el momento mismo de su concepción, esto es que fue preservada por Dios, desde el primer momento de su existencia, de heredar el pecado de nuestros primeros padres que contraemos todos los demás seres humanos, es confundido por muchos con otra verdad de nuestra fe: la Perpetua Virginidad de María, que se refiere a que antes, durante y después del parto la dulcísima Virgen María siempre permaneció Virgen. Salvo que es la misma persona -la Virgen María- quien recibió ambos privilegios, una verdad es distinta de la otra, pero muchos las confunden. Abajo de este post hay dos enlaces que se refieren a esta fiesta que celebramos el 8 de diciembre por ser el aniversario de la promulgación de este dogma. 


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En el video escucharás cantada "Tota pulchra es", se trata de una oración católica antigua muy bella, escrita en el siglo IV. Corresponde a una de las cinco antífonas de los salmos de las segundas Vísperas de la Fiesta de la Inmaculada Concepción. El título significa "Toda hermosura eres" (refiriéndose a la Virgen María). Habla de su Inmaculada Concepción. Toma algo del texto del libro de Judith y otro del Cantar de los Cantares. Se interpreta en latín.



Toda hermosura eres, María.
Y la mancha original no está en ti.
Tú eres la gloria de Jerusalén.
Tú, la alegría de Israel.
Tú eres el honor de nuestro pueblo.
Tú eres la abogada de los pecadores.
¡Oh, María. Virgen prudentísima.
Madre clementísima.
Ruega por nosotros.
Intercede por nosotros ante Nuestro Señor, Jesucristo.
En tu concepción fuiste inmaculada.
Ruega por nosotros al Padre cuyo Hijo diste a luz.
Señora proteje mi oración.
Y llegue a ti mi clamor. Amén.



YA EXISTE UN CISMA DE PARTE DE QUIENES ROMPEN SU UNIÓN CON CRISTO: MONS. SCHNEIDER

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El obispo Athanasius Schneider, apologeta de la fe católica reconocido internacionalmente, admite que ya estamos viviendo un extraño cisma en un parte del clero que profesa la unión con el Papa pero ha quebrado su unión con Jesucristo, la Verdad, y con Jesucristo, la verdadera Cabeza de la Iglesia. El obispo Schneider realizó estos comentarios en una entrevista reciente con la estación de televisión francesa por internet TV Libertes el pasado 4 de diciembre.

Habiendo respondido a la pregunta sobre qué podría pasar si la dubia presentada por los cuatro cardenales permanece sin respuesta, le preguntaron al Obispo Schneider si hay riesgo de cisma en caso de continuar el silencio por parte del Papa. El obispo Schneider respondió:
“No solo hay riesgo de cisma sino que ya existe un cierto tipo de cisma en la Iglesia. En griego, cisma significa separarse de la totalidad del Cuerpo. Jesucristo es la totalidad del Cuerpo de la Verdad Divina, y la unidad en Su cuerpo sobrenatural es también visible. Pero hoy estamos viendo una extraña forma de cisma. Externamente, numerosos eclesiásticos salvaguardan la unidad formal con el Papa, a veces por el bien de sus carreras o por una especie de papolatría. Y al mismo tiempo quebraron su unión con Jesucristo, la Verdad, y con Jesucristo la verdadera Cabeza de la Iglesia.
Por otro lado, hay eclesiásticos denunciados como cismáticos a pesar de que conservan la paz canónica con el Papa y siguen siendo fieles a Jesucristo, la Verdad, promoviendo Su Evangelio con diligencia.
Es evidente que los que de verdad son cismáticos interiormente, en relación a Jesucristo, utilizan la calumnia con el propósito de silenciar la voz de la verdad, proyectando absurdamente su propio estado de cisma interior en aquellos eclesiásticos que, indiferentes al halago o el vapuleo, defienden las verdades divinas.
De hecho, tal como dicen las escrituras, la palabra de la Verdad Divina no está encadenada. Incluso si un número de oficiales con altos cargos en la Iglesia de hoy oscurecen la verdad de la doctrina sobre el matrimonio y su disciplina inmutable, esta doctrina y disciplina se mantendrán siempre inalterables en la Iglesia dado que la Iglesia no es una fundación humana, sino divina.”
Al comienzo de la entrevista, el Obispo Schneider explicó la naturaleza de las creencias cismáticas impuestas en la Iglesia a través de ciertos eclesiásticos:
“Antes que nada, mi cuestionamiento de Amoris Laetitia concierne el asunto concreto de admitir a los divorciados vueltos a casar a la sagrada comunión. De hecho, durante los últimos dos sínodos sobre la familia, y luego de la publicación de Amoris Laetitia hubo, y continúa habiendo, una ardua y tempestuosa lucha sobre este asunto concreto.
Todos estos eclesiásticos quieren otro evangelio, es decir un evangelio con derecho al divorcio, un evangelio de libertad sexual — en resumen, un evangelio sin el sexto mandamiento de Dios. Estos eclesiásticos utilizan todo tipo de medios malvados, es decir trampas, decepción, retórica y dialéctica maestras, e inclusive la táctica de la intimidación y la violencia moral, para conseguir su objetivo de admitir a los divorciados vueltos a casar a la sagrada comunión, sin la condición tradicional de vivir en perfecta continencia, condición requerida por la ley divina.
Una vez alcanzado el objetivo, si bien limitado a los llamados casos excepcionales de discernimiento, queda abierta la puerta para introducir el evangelio del divorcio, el evangelio sin el sexto mandamiento. Y este ya no será el Evangelio de Jesucristo, sino un anti-evangelio, un evangelio según el mundo, aunque a dicho evangelio lo embellezcan con palabras tales como “misericordia”, “solicitud maternal”, o “acompañamiento”. 
En este contexto, debemos recordar una exhortación apostólica de San Pablo que dijo, “Pero, aun cuando nosotros mismos, o un ángel del cielo os predicase un Evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema.” (Gálatas 1:8).”
En respuesta a la pregunta si había sucedido algo así antes en la Iglesia, el obispo Schneider respondió:
“En cuanto a la doctrina y la práctica relacionada con el sacramento del matrimonio y la inmutable validez de la ley moral, estamos siendo testigos en nuestro tiempo de una ambigüedad de tal alcance, comparable solo con la confusión general de la crisis arriana del siglo VI.”
Ante la pregunta de qué podría suceder si la dubia presentada permaneciera sin respuesta por parte del papa Francisco, el Obispo Schneider respondió:
“La principal responsabilidad del Papa está establecida por Nuestro Señor de forma divina, y consiste en confirmar a los hermanos en la fe. El confirmar en la fe significa disipar dudas y traer claridad. Solo el servicio de clarificar la fe genera unidad en la Iglesia y es la primera e ineludible responsabilidad del Papa.
Si en las actuales circunstancias el Papa no cumple su tarea, los obispos deberán predicar indefectiblemente el evangelio inmutable sobre la doctrina divina de la moralidad y la disciplina perenne del matrimonio. Incluso procediendo fraternalmente de estar manera para ayudar al Papa, porque el Papa no es un dictador. Y de hecho, Jesucristo dijo, “Los jefes de los pueblos, como sabéis, les hacen sentir su dominación, y los grandes sus poder. No será así entre vosotros, sino al contrario: entre vosotros el que quiera ser grande se hará el servidor vuestro, y el que quiera ser el primero de vosotros ha de hacerse vuestro esclavo.” (Mateo 20:25-27).
Más aún, toda la Iglesia debe rezar por el Papa, para que encuentre la sabiduría y el coraje para cumplir con su responsabilidad primaria. Cuando San Pedro, el primer Papa, fue encarcelado, toda la Iglesia rezó sin cesar por él y Dios lo liberó de sus cadenas.”
Al comienzo de su entrevista, el obispo Schneider señaló que el papa Francisco ha dejado claro que Amoris Laetitia no es parte del Magisterio:
“El valor magisterial de la exhortación apostólica Amoris Laetitia está determinado por la intención de su autor, el papa Francisco, quien expresó con afirmaciones claras, por ejemplo la que cito a continuación: “quiero reafirmar que no todas las discusiones doctrinales, morales o pastorales deben ser resueltas con intervenciones magisteriales.” (AL 3). Estas son las palabras del Papa.
Según el Vaticano II, la función propia de un acto magisterial consiste en, cito: “Este Magisterio, evidentemente, no está sobre la palabra de Dios, sino que, enseñando solamente lo que le ha sido confiado, la sirve en cuanto que por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo la oye con piedad, la guarda con exactitud y la expone con fidelidad, y de este único depósito de la fe saca lo que propone que se debe creer como divinamente revelado.”(Dei Verbum, 10).
Con sus palabras, el papa Francisco ha dejado en claro que no tenía la intención de postular su propia enseñanza magisterial. Según el papa Francisco, el objetivo de Amoris Laetitia era crear una situación para discusiones doctrinales, morales y pastorales, y que estas discusiones no necesitan resolverse con el Magisterio.”
Comentario

El cisma es un pecado mortal contra la fe de la Iglesia que el Catecismo de la Iglesia Católica describe como quebrando el primero de los diez mandamientos, “Adorarás al Señor tu Dios y solo a él servirás.” Estamos obligados a nutrir y proteger, con prudencia y vigilancia, la fe heredada de los apóstoles y el regalo individual de la fe entregado a nosotros por gracia de Dios. Debemos hacer todo lo que esté en nuestro alcance, con asistencia del Espíritu Santo, para rechazar todo cuando se oponga a la fe.

Tal como advierte el obispo Schneider, un número indeterminado de eclesiásticos vive en un estado de cisma interior contra la verdad divina de Jesucristo, y están utilizando medios malvados para esconder la realidad de su cisma, incluyendo la táctica de la intimidación y la violencia moral. Para justificar su cisma, estos eclesiásticos también intentan proyectar la acusación del cisma contra el clero, como los cuatro cardenales que con prudencia y seriedad buscan proteger la fe. Los insultos personales y ataques dirigidos a los cardenales que presentaron la dubia indican la verdad sobre quiénes son los verdaderos cismáticos, dado que el cisma es un pecado contra la caridad.

Como comenta Santo Tomás de Aquino, “el cisma se opone a la unidad de la caridad eclesial.”

FUENTE: Adelante la fe. (Traducido por Marilina Manteiga. Fuente original: EWTN GB. y OnePeterFive).

¿CÓMO MURIÓ GALILEO?

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Experimento: salga ud. a la calle y pregunte a los viandantes al azar qué juicio les merece que la Iglesia quemase en la hoguera a Galileo por decir que la Tierra era redonda.

Apuesto a que solo una minoría responderá que no fue por decir que la Tierra fuera redonda -que era la tesis convencional desde, al menos, Eratóstenes, que se molestó en medirla en el siglo III antes de Cristo-.

Y apuesto a que aún menos serán los que recuerden que Galileo no murió en la hoguera, sino en la cama y de viejo, concretamente en su casa de San Giorgio, junto al mar.

Con Galileo, por cierto, se produjo un fenómeno que se reproduce una y otra vez en la historia, cuando el estamento científico -eso que tendemos a llamar campanadumente ‘la ciencia’- demuestra que, al fin, no está formado por ángeles ocupados solo en el descubrimiento de la verdad, sino por seres de carne y hueso que se empecinan en sus teorías y responden a todas las tentaciones comunes al ser humano.

Fue ese estamento, fueron sus colegas, los que llevaron ante el tribunal a aquel petulante que osaba contradecir el consenso científico de la época (¡no piensen en el Cambio Climático!), el modelo ptoloméico, y se sirvieron del poder del momento, como podrían haberle llevado ante el Politburó en eras y lugares distintos.

Iba a cumplir 78 años, cuando falleció cristianamente
 en su lecho con la bendición papal e
 indulgencia plenaria.
Fue un cura polaco, Copérnico, quien publicó la tesis de que la Tierra giraba en torno al Sol… y lo hizo con todas las bendiciones eclesiásticas.

Por lo demás, la leyenda de que la Iglesia no podía concebir que la Tierra girase en torno al Sol en lugar de hacerlo al revés queda desmentida por el hecho de que más o menos por las mismas fechas un sacerdote polaco, Copérnico, publicaba la misma tesis con todas las bendiciones eclesiásticas.

Alguien debería pararse a pensar que la Iglesia no puede haber perseguido a los científicos cuando el único nombre que se le ocurre a la gente es Galileo. Si fuera como quiere la leyenda, habría docenas de nombres.

Vivimos de tópicos y entre tópicos, y ni siquiera tienen la ventaja de ser como esos clichés que nos lega la experiencia de siglos, la sabiduría de la abuela, sino de leyendas más ennegrecidas a conciencia que meramente negras.

En lo que tiene de meramente humano e histórico, la Iglesia es vulnerable a todos los errores y pecados de los hombres, y así es absurdo que nos sorprenda o escandalice todo lo que en su nombre se hizo mal.

Pero entre esas cosas que hizo mal no está, a mi modo de ver, la Inquisición  (haz clic aquí: http://www.catolicidad.com/2010/11/inquisicion-sobre-la-inquisicion.html y acá: http://www.catolicidad.com/2013/01/despejan-mitos-de-la-inquisicion-en-la.html) y, muchísimo menos, un ‘enfrentamiento’ con la ciencia que solo existe en la mente de sus enemigos y que genera una narrativa no distinta, sino exactamente opuesta a la realidad.

El profesor y doctor Alfonso Carrascosa, científico del CSIC, en su reciente conferencia en la Universidad Eclesiástica de San Dámaso titulada ‘Iglesia católica y ciencia en la España del siglo XX’, sostiene que “algunos de los errores atribuidos a la Iglesia en cuanto a la conciliación ciencia y fe, pertenecen al conjunto de eslóganes que son denominados la leyenda negra, construida con ella por sus enemigos a partir de producirse el cisma de Occidente“. Se puede decir más alto, pero difícilmente más claro.

Ninguna cultura ha ido de capaz de sistematizar el saber científico, ninguna… excepto la cristiana.

¿Nadie se ha parado a pensar por qué la ciencia se ha desarrollado precisamente allí donde la Iglesia ha ejercido una influencia cultural absoluta?

China conocía cosas como la pólvora o el papel, incluso la imprenta, mucho antes de que se conocieran el Occidente.

Los musulmanes destilaron el alcohol y a uno de ellos le debemos el desarrollo del álgebra, y los indios introdujeron el cero en las matemáticas.

Sin embargo, ninguna de estas culturas sistematizó el saber científico, ninguna dio con el método para dar el gran salto en la ciencia de ser una actividad privada, de unos pocos eruditos, a convertirse en un proceso masivo y autoconstructivo: el método científico, en fin, pergeñado por primera vez por Roberto Grosseteste, obispo de Lincoln, en el siglo XIII.

Es absurdo contraponer la cultura cristiana a una cultura materialista y atea, sencillamente porque nunca ha existido una cultura originariamente materialista y atea. Pero entre las culturas reales, las que han existido en la historia, ha sido la cristiana la que, al separar tajantemente el Creador de su Creación y postular un universo racional la que ha permitido el desarrollo de la ciencia.


Por Candela Sande

Fuente: Actuall



LEE, HACIENDO CLIC:  EL CASO GALILEO
VARIOS TEMAS RELACIONADOS (HAZ CLIC):LEYENDAS NEGRAS

SOBRE EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA (Video de la homilia en español de Mons. Schneider)

12 DE DICIEMBRE: SANTA MARÍA DE GUADALUPE (Fiesta de precepto en México) VIDEO

RECORDATORIO DE ORACIÓN DE LOS DÍAS TRECE DE CADA MES

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Cada día trece de mes, fecha de las apariciones de la Virgen en Fátima, los lectores y editores de este sitio rezaremos cinco minutos y pediremos por estas intenciones:

1) Por las peticiones particulares así como por las necesidades espirituales y materiales de todos y cada uno de los lectores de CATOLICIDAD.

2) Por el fin del proceso de "autodemolición" en la Iglesia Católica.

3) Por la intención de que, tal como lo pidió la Virgen en Fátima, el Papa finalmente consagre Rusia al Inmaculado Corazón de María y pida la conversión de ese país al catolicismo, nombrando -para ello- a esta nación de manera explícita, en unión con todo el episcopado mundial.

4) Por la reparación a Dios de nuestros pecados y por la de todas las ofensas que recibe, particularmente por las blasfemias que se profieren o los sacrilegios que se realizan.

5) Por la conversión de los pecadores, especialmente los más necesitados de la misericordia divina.

6) Por que se multipliquen las vocaciones sacerdotales y los sacerdotes vivan una vida de santidad conforme al Corazón de Cristo.

7) Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María y la implantación del Reinado Social de Cristo en nuestras naciones.

8) Por la paz mundial, no como la da el mundo sino como la da N.S. Jesucristo y por el triunfo de la vida en las legislaciones.

9) Por la salvación propia y la de nuestros familiares, amigos y conocidos.

10) Por todas las necesidades de la Iglesia.

Bastará rezar:

-Un Señor mío Jesucristo: 
  • "Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, me pesa de todo corazón haber pecado, porque he merecido el infierno y perdido el cielo, y sobre todo, porque te ofendí a ti, que eres bondad infinita, a quien amo sobre todas las cosas. Propongo firmemente, con tu gracia, enmendarme y alejarme de las ocasiones de pecar, confesarme y cumplir la penitencia. Confío me perdonarás por tu infinita misericordia. Amén."
-Un Padre Nuestro
-Tres Aves Marías pidiendo que la Virgen nos preserve del pecado mortal durante las tentaciones (ver AQUÍ).
 -Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
(Nota:  Todo católico debe saber de memoria las oraciones anteriores, al igual que el Credo. Si alguien no las sabe, puede aprenderlas haciendo click AQUÍ)
-La oración de la Virgen de Fátima: 
  •  "Oh Jesús mío, perdónanos y líbranos del fuego de infierno, lleva al Cielo a todas las almas, socorre especialmente a las más necesitadas de tu misericordia".
-Finalizando así: 
  • "Señor: te pedimos por todas las necesidades de la Iglesia, por la Consagración de Rusia tal como se pidió en Fátima, por el triunfo del Inmaculado Corazón de tu dulcísima Madre, por la implantación de tu Reinado Social y de tu Paz en nuestras naciones, por la santidad de los sacerdotes y por el aumento de las vocaciones sacerdotales, así como por el triunfo de la vida y la familia en nuestras legislaciones. Te ofrecemos nuestra vida entera en reparación de los pecados propios y de las ofensas que se hacen a tu sacratísimo nombre, así como por los graves sacrilegios que se realizan en todo el mundo. Finalmente ponemos en tus manos, por intercesión de la Santísima Virgen María, todas las necesidades espirituales y materiales, tanto propias como las de nuestros familiares, amigos y conocidos, y las de nuestros hermanos lectores y editores del blog CATOLICIDAD.
  • - Inmaculado Corazón de María, encadena a tu Corazón a toda la familia mía.
  • -Inmaculado Corazón de María, sed la salvación del alma mía.
  • -Santísima Virgen de Guadalupe, salva nuestra Patria, conserva nuestra fe y defiéndenos de los falsos pastores.
  • -San Miguel Arcángel, ampáranos de las asechanzas del demonio.
  • -San Pío V, ruega por nosotros. Amén".


LA GRAN APOSTASÍA

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  • "Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres" (Mt. V, 13).
  • "¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo?" (Lc. VI,39).
  • Sin la apostasía mayoritaria del clero no habría la apostasía universal profetizada en la Palabra de Dios.



Si en determinados casos se permite la comunión a los divorciados vueltos a casar que viven, por lo mismo, públicamente en amasiato (Amoris Laetitia), si se dan los sacramentos a quienes han decidido aplicarse la eutanasia atentando -como homicidas- contra su vida*, cada vez se irán abriendo más y más las puertas a otros sacrilegios -en otros casos y clases de faltas graves contra los Mandamientos de Dios- de quienes viven en constante pecado mortal, sin arrepentirse ni cambiar de vida y se acercan indignamente a comulgar. Se inicia entreabriendo una rendija a la herejía doctrinal contra la Palabra de Dios y a la abominable práctica sacrílega, para después ir -poco a poco- abriéndola más y más hasta que -finalmente- quede totalmente abierta. Para culminar la traición, acabarán ofreciendo el Cuerpo de Cristo no sólo a los pecadores empedernidos sino también a quienes no profesen íntegra la fe católica. Es la lógica consecuente de la herejía que va por todo. Es la nueva traición a Cristo que conduce a la apostasía general profetizada en las Sagradas Escrituras. Dijo Cristo: "Cuando vuelva a la tierra, ¿os parece que hallaré fe?". Lc 18,8.

Tú, estimado lector-amigo, ¿te dejarás guiar por ciegos que -en tal caso- te llevarán al precipicio eterno? Hay guías ciegos que pecan por omisión (los que callan y toleran) y los hay que pecan por acción (los que promueven y aprueban la herejía y el sacrilegio). Ambos participan, de diferente forma, en esta nueva traición a Cristo. Por ello solo hablan de "misericordia" (sin necesidad de arrepentimiento, propósito de enmienda, Confesión y penitencia) y poco o nada del pecado y del infierno para quien muera impenitente EN sus graves pecados.

*NOTA: Las nuevas y sacrílegas directrices pastorales de las diócesis canadienses del Atlántico permiten -sin ningún derecho- que los sacerdotes den la Comunión, la Extremaunción y absuelvan de sus pecados a los que pretenden suicidarse con auxilio médico, según la ley canadiense. La decisión será tomada por cada sacerdote, después de un «encuentro pastoral» con el interesado y su familia (ver AQUÍ).

"EN EL NOMBRE DEL CIELO OS PIDO POSADA..."

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  • PON TU NACIMIENTO Y CELEBRA LAS POSADAS
  • FESTEJA LA ÉPOCA NAVIDEÑA CON UN ESPÍRITU RELIGIOSO Y MEXICANO



VERSOS PARA PEDIR POSADA:

Afuera: En el nombre del cielo os pido posada pues no puede andar mi esposa amada.

Adentro: Aquí no es mesón sigan adelante yo no debo abrir no sea algún tunante.

Afuera: No seas inhumano tenos caridad que el Dios de los cielos os lo premiará.

Adentro: Ya se pueden ir y no molestar porque si me enfado os voy a apalear.

Afuera: Venimos rendidos desde Nazareth, yo soy carpintero de nombre José.

Adentro: No me importa el nombre déjenme dormir pues que ya les digo que no hemos de abrir.

Afuera: Posada te pide amado casero por sólo una noche la Reina del Cielo.

Adentro: Pues si es una reina quien lo solicita ¿Cómo es que de noche anda tan solita?

Afuera: Mi esposa es María, es Reina del Cielo, y madre va a ser del Divino Verbo.

Adentro: ¿Eres tú José? ¿Tu esposa es María? Entren peregrinos no los conocía.

Afuera: Dios pague, señores vuestra caridad y os colme el Cielo de Felicidad.

Adentro: Dichosa la casa que alberga este día a la Virgen Pura, la hermosa María.

TODOS:
Entren santos peregrinos, peregrinos,
reciban este rincón,
que aunque es pobre la morada, la morada,
os la doy de corazón.



VER (HAZ CLIC): NUESTRAS TRADICIONES: LAS POSADAS

EL CARDENAL PAUL JOSEF CORDES SE SUMA A LOS CUATRO CARDENALES EN LA DEFENSA DEL DOGMA Y LA DOCTRINA SOBRE EL MATRIMONIO Y LA EUCARISTÍA

ACERCA DE LA LEY DEL ANTIGUO TESTAMENTO

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Los preceptos de la Ley Antigua en relación a la Ley Nueva


Santo Tomás de Aquino

  • La Ley Antigua poseía tres géneros de preceptos: morales, ceremoniales y judiciales

Conforme a esto, debemos poner en la Ley tres géneros de preceptos: los morales, que son los dictámenes de la ley natural; los ceremoniales, que son las determinaciones sobre el culto divino, y los judiciales, o sea, las determinaciones de la justicia que entre los hombres se ha de observar. Por donde el Apóstol, después de afirmar que ‘la ley es santa’, añade que ‘el mandato es justo, y bueno, y santo’. Lo justo mira a los preceptos judiciales; lo santo, a los ceremoniales, pues santo se dice cuanto está a Dios consagrado; lo bueno, esto es, lo honesto, mira a los morales. (Santo Tomás de Aquino, S.Th. I-II, q.99, a.4, co.) 
  • Los preceptos morales: partes de los preceptos del Decálogo 

Los preceptos morales se distinguen de los ceremoniales y judiciales. Los morales versan directamente sobre las buenas costumbres (Santo Tomás de Aquino, S.Th. I-II, q.100, a.1, co.)
Los preceptos [morales] de la Ley son partes de los preceptos del Decálogo (Santo Tomás de Aquino, S.Th. I-II, q.100, a.2, s.c.)
  • Los preceptos ceremoniales: pertenecen al culto de Dios

Los preceptos ceremoniales determinan el sentido de los morales en lo que dice relación con Dios, como los judiciales determinan el de los preceptos morales en lo que mira a las relaciones con el prójimo. Pero el hombre se ordena a Dios por el debido culto, y así los preceptos ceremoniales, propiamente hablando, son los que pertenecen al culto de Dios. (Santo Tomás de Aquino, S.Th. I-II, q.101, a.1, co.)
  • Los preceptos ceremoniales no podían purificar del pecado porque no encerraban en sí la gracia

La impureza de la mente, que es la impureza del pecado, no tenían virtud de limpiarla las ceremonias de la ley, porque la expiación de los pecados nunca se pudo hacer sino por Cristo, ‘que quita los pecados del mundo’, como se dice en Jn 1,29. […] No podían purificar del pecado, como el Apóstol dice en Heb 10,4: ‘Imposible era con la sangre de los toros o de los machos cabríos quitar los pecados.’ Por esto el Apóstol llama a estas ceremonias en Gál 4,9 elementos pobres y flacos: flacos, porque no pueden limpiar del pecado. Pero esta flaqueza les viene de su pobreza, porque no encierran en sí la gracia. […] Así pues, está claro que las ceremonias de la ley no tenían virtud de justificar. (Santo Tomás de Aquino, S.Th. I-II, q.103, a.2, co.)
  • Los preceptos ceremoniales debieron desaparecer para instituir las ceremonias de la Ley Nueva

El culto exterior debe estar en armonía con el interior, que consiste en la fe, la esperanza y la caridad. Luego, según la diversidad del culto interior, debe variar el exterior. Podemos distinguir tres grados en el culto interiorel primero, en que se tiene la fe y la esperanza de los bienes celestiales y de aquellos que nos introducen en estos bienes, como de cosas futuras; y tal fue el estado de la fe y de la esperanza en el Viejo Testamento. El segundo es aquel en que tenemos la fe y la esperanza de los bienes celestiales como de cosas futuras; pero de las cosas que nos introducen en aquellos bienes las tenemos como de cosas presentes o pasadas, y éste es el estado de la Ley NuevaEl tercer estado es aquel en que unas y otras son ya presentes y nada de lo que se cree es ausente ni se espera para el futuro, y éste es el estado de los bienaventurados. En este estado de los bienaventurados, nada habrá figurativo de cuanto pertenece al culto divino; todo será acción de gracias y voces de alabanza (Is 51,3); por lo cual se dice en el Apocalipsis (21,22) que en la ciudad de los bienaventurados no se ve templo; porque el Señor Dios omnipotente es su templo junto al Cordero. Pero, por la misma razón, las ceremonias del primer estado, figurativo del segundo y del tercero, llegado el segundo estado, debieron desaparecer, para instituir otras ceremonias que se armonizasen con el estado del culto divino en aquel tiempo en que los bienes celestiales son futuros, pero los beneficios de Dios, que nos introducen en el cielo, son presentes.El misterio de la redención del género humano se consumó en la pasión de Cristo. Por esto dijo el Señor: ‘Acabado es’, según leemos en Jn 19,30, y entonces debieron cesar totalmente los ritos legales, como que ya estaba consumada su razón de ser. En señal de esto se lee que se rasgó el velo del templo (Mt 27,51). (Santo Tomás de Aquino, S.Th. I-II, q.103, a.3, co./ad2)
  • Es pecado mortal observar los ritos antiguos después de la Pasión de Cristo

Está la sentencia del Apóstol, que dice a los Gálatas 5,2: ‘Si os circuncidáis, Cristo no os aprovechará de nada.’ Pero nada excluye el fruto de la redención de Cristo, fuera del pecado mortal; luego el circuncidarse y observar los otros ritos legales después de la pasión de Cristo es pecado mortal.
Son las ceremonias otras tantas profesiones de la fe, en qué consiste el culto interior; y tal es la profesión que el hombre hace con las obras cual es la que hace con las palabras. Y, si en una y otra profesa el hombre alguna falsedad, peca mortalmente. Y, aunque sea una misma la fe que los antiguos patriarcas tenían de Cristo y la que nosotros tenemos, como ellos precedieron a Cristo y nosotros le seguimos, la misma fe debe declararse con diversas palabras por ellos y por nosotros pues ellos decían: ‘He aquí que la virgen concebirá y parirá un hijo,’ que es expresión de tiempo futuro; mientras que nosotros expresamos la misma fe por palabras de tiempo pasado: que la Virgen ‘concibió y parió.’ De igual modo las ceremonias antiguas significaban a Cristo, que nacería y padecería; pero nuestros sacramentos lo significan como nacido y muerto. Y como pecaría quien ahora hiciera profesión de su fe diciendo que Cristo había de nacer, lo que los antiguos con piedad y verdad decían, así pecaría mortalmente el que ahora observase los ritos que los antiguos patriarcas observaban piadosa y fielmente. Esto es lo que dice San Agustín en Contra Faustum: ‘Ya no se promete que nacerá Cristo, que padecerá, que resucitará, como los antiguos ritos pregonaban; ahora se anuncia que nació, que padeció, que resucitó, y esto es lo que pregonan los sacramentos que practican los cristianos.’ (Santo Tomás de Aquino, S.Th. I-II, q.103, a.4, s.c./co.)
  • Los preceptos judiciales, que regulan las relaciones humanas en el pueblo hebreo, cesaron con la venida de Cristo

Los preceptos judiciales – estos preceptos implican, pues, un doble concepto: que miran a regular las relaciones de los hombres y que no tienen fuerza de obligar de sola la razón, sino de institución divina o humana (S.Th. I-II, q.104, a.1, co.)
Los preceptos judiciales no tuvieron valor perpetuo y cesaron con la venida de Cristo. Pero de diferente manera que los ceremoniales. Porque éstos de tal suerte fueron abrogados que no sólo son cosa muerta, sino mortífera para quienes los observan después de Cristo, y más después de divulgado el Evangelio. Los preceptos judiciales están muertos, porque no tienen fuerza de obligar; pero no son mortíferos, y si un príncipe ordenase en su reino la observancia de aquellos preceptos, no pecaría, como no fuera que los observasen o impusiesen su observancia considerándolos como obligatorios en virtud de la institución de la ley antigua. Tal intención en la observación de estos preceptos sería mortífera. (Santo Tomás de Aquino, S.Th. I-II, q.104, a.3, co.)
  • Cristo cumplió la Ley, y la perfeccionó con obras y doctrina; y dio la gracia para cumplir la Ley

Dice el Señor (Mt 5,17): ‘No he venido a anular la ley, sino a cumplirla; y después añade (Mt 5,18): ‘Ni una ‘jota’ o ápice pasará de la ley hasta que todo se cumpla.’Todo lo perfecto suple lo que a lo imperfecto falta; y, según esto, la Ley Nueva perfecciona a la antigua en cuanto suple lo que faltaba a la Antigua. En la Antigua Ley pueden considerarse dos cosas: el fin y los preceptos contenidos en ella. […] El fin de la Antigua Ley era la justificación de los hombres, lo cual la ley no podía llevar a cabo, y sólo la representaba con ciertas ceremonias, y con palabras la prometía. En cuanto a esto, la Ley Nueva perfecciona a la Antigua justificando por la virtud de la pasión de Cristo. Esto es lo que da el Apóstol a entender cuando dice en Rom 8,3: ‘Lo que era imposible a la ley, Dios, enviando a su Hijo en la semejanza de la carne del pecado, condenó al pecado en la carne, para que se cumpliese en nosotros la justificación de la ley.’ Y, en cuanto a esto, la Nueva Ley realiza lo que la Antigua prometía, según aquello de 2 Cor 1,20: ‘Cuantas son las promesas de Dios, están en él,’ esto es, en Cristo. Y, asimismo, en esto también realiza lo que la Antigua Ley representaba. Por lo cual, en Col 2,17, se dice de los preceptos ceremoniales que eran ‘sombra de las cosas futuras, pero la realidad es Cristo;’ esto es, la verdad pertenece a Cristo. Y por eso la Ley Nueva se llama ‘ley de verdad,’ mientras que la Antigua es ‘ley de sombra o figura’. Ahora bien, Cristo perfeccionó los preceptos de la Antigua Ley con la obra y con la doctrina; con la obra, porque quiso ser circuncidado y observar las otras cosas que debían observarse en aquel tiempo, según aquello de Gal 4,4: ‘Hecho bajo la ley.’ Con su doctrina perfeccionó los preceptos de la Ley de tres maneras: en primer lugar, declarando el verdadero sentido de la ley, como consta en el homicidio y adulterio, en cuya prohibición los escribas y fariseos no entendían prohibido sino el acto exterior; por lo cual el Señor perfeccionó la Ley enseñando que también caían bajo la prohibición los actos interiores de los pecados (Mt 5,20). En segundo lugar, el Señor perfeccionó los preceptos de la Ley ordenando el modo de observar con mayor seguridad lo que había mandado la Antigua Ley. Por ejemplo: estaba mandado que nadie perjurase, lo cual se observará mejor si el hombre se abstiene totalmente del juramento, a no ser en caso de necesidad (Mt 5,33). En tercer lugar, perfeccionó el Señor los preceptos de la Ley añadiendo ciertos consejos de perfección, como aparece por Mt 19,21 en la respuesta al que dijo que había cumplido los preceptos de la Ley Antigua: ‘Aún te falta una cosa; si quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes,’ etc. (cf. Mc 10,21; Lc 18,22). (Santo Tomás de Aquino, S.Th. I-II, q.107, a.2, s.c./co.)  
  • La Ley Nueva perfecciona la Ley Antigua

Toda ley ordena la vida humana a la consecución de un fin. […] Así pues, se pueden distinguir dos leyes: de un modo, en cuanto son totalmente diversas, como ordenadas a diversos fines. […] De otro modo pueden diferenciarse dos leyes, en cuanto que la una mira más de cerca el fin y la otra lo mira más de lejos. […] Así pues, hay que decir que del primer modo la Ley Nueva no es distinta de la Antigua, pues ambas tienen un mismo fin, a saber: someter a los hombres a Dios. Ahora bien, uno mismo es el Dios del Nuevo y del Antiguo Testamento, según aquello de Rom 3,30: ‘Uno mismo es el Dios que justifica la circuncisión por la fe y el prepucio mediante la fe.’ De otro modo, la Ley Nueva es diferente de la Antigua, porque la Antigua es como un ayo de niños, según el Apóstol dice (Gal 3,24); en cambio, la Nueva es ley de perfección, porque es ley de caridad, y de ésta dice el Apóstol en Col 3,14 que es ‘vínculo de perfección’.
Todas las diferencias señaladas entre la Nueva y la Antigua Ley están tomadas de su perfección o imperfección, pues los preceptos de la ley se dan acerca de los actos de las virtudes. […] Por esto la Ley Antigua, que se daba a los imperfectos, esto es, a los que no habían conseguido aún la gracia espiritual, se llamaba ‘ley de temor’, en cuanto que inducía a la observancia de los preceptos mediante la conminación de ciertas penas. De ella se dice que tenía también ciertas promesas temporales. En cambio, los que tienen el hábito de la virtud se inclinan a obrar los actos de virtud por amor de ésta, no por alguna pena o remuneración extrínseca. Por eso la Ley Nueva, que principalmente consiste en la misma gracia infundida en los corazones, se llama ‘ley de amor’, y se dice que tiene promesas espirituales y eternas, las cuales son objeto de la virtud, principalmente de la caridad; y por sí mismos se inclinan a ellas, no como cosas extrañas, sino como propias. Por eso también se dice que la Ley Antigua ‘cohibía la mano y no el ánimo,’ pues el que por temor del castigo se abstiene de algún pecado, no se aparta totalmente del pecado con la voluntad, como se aparta el que por amor de la justicia se abstiene del pecado. Por eso se dice que la Ley Nueva, que es la ley del amor, ‘cohíbe el ánimo’. (Santo Tomás de Aquino, S.Th. I-II, q.107, a.1, co./ad 2).

EL SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES

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El Credo

Las verdades que debemos creer se encuentran en el Credo o Símbolo de los Apóstoles. Y recibe este nombre ya que fue compuesto y enseñado por ellos.

Los Apóstoles enseñaron oralmente un resumen de las verdades fundamentales que Cristo les había enseñado. Únicamente la Iglesia Católica posee lo que enseñaron los Apóstoles y sus legítimos sucesores, es decir, los Papas, obispos y sacerdotes católicos fieles a la fe de siempre. Separarse de esta Iglesia Católica es separarse de Cristo y rebelarse contra Él (Lc. 10, 16; Mt. 7, 15-23), lo que conlleva a caer en pecado.

Separarse de la Iglesia que viene de los Apóstoles es vivir en la ilusión, es perder la Fe verdadera que salva, es salirse del camino, es perder la vida y el camino que es Cristo, puesto que Cristo sigue su obra de salvación mediante su única Iglesia, la que Él fundó hace dos mil años: la Católica, Apostólica y Romana.

EL SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no creado, consubstancial al Padre por quien todo fue hecho, que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre. Y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y Apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.

ESTE NIÑO ES EL CAUSANTE (Video)

LUTERO, CORRUPTOR DEL DERECHO Y LA POLÍTICA

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Columna de Juan Manuel de Prada para ABC (España), 5 de Noviembre de 2016

LA VERDAD SOBRE LUTERO

Quinientos años después de la protesta de Lutero, uno puede hacerse el sueco, para obtener el aplauso del mundo, o bien puede atreverse a analizar con rigor intelectual lo que con aquel acontecimiento se sustanció. Esta segunda actitud, que en un mundo donde lo que mola es hacerse el sueco causa escándalo, es la que nos propone el excelente volumen “Consecuencias político-jurídicas del protestantismo” (Ediciones Marcial Pons), al cuidado del profesor Miguel Ayuso, en el que un selecto grupo de juristas procuran al lector consciente una serie de aproximaciones al pensamiento de Lutero y señalan las lacras políticas que en él tienen su origen. Celebrar el centenario de la protesta luterana es como si el sifilítico celebrase el día en que contrajo la sífilis.

Habría que empezar señalando, como hace el profesor Juan Fernando Segovia en una de las aportaciones más enjundiosas del libro, que al afirmar la salvación por la sola fe Lutero niega toda autoridad a la Iglesia, así como su papel mediador entre el creyente y Dios y la eficacia de los sacramentos. La Iglesia, para Lutero, es una organización opresora; y el Papado, la sede del Anticristo. Pero el libro que recomendamos hoy es valioso sobre todo porque nos desvela cómo las nociones teológicas oscurantistas de Lutero (depravación de la naturaleza humana, negación del libre albedrío, etcétera) corrompen y destruyen las instituciones políticas y sociales. Si el hombre es malo por naturaleza y su razón está corrompida, el poder se tendrá que erigir en puro ejercicio de la fuerza que reprima sus tendencias malignas. Así, ante la revuelta campesina de 1525, Lutero puede celebrar que se alce “la espada vengadora” contra los príncipes; y cuando los campesinos son derrotados puede solicitar tan pichi a los príncipes: “Perseguidlos y matadlos como a perros rabiosos. Dios os lo premiará”. Pues un poder civil entendido al modo luterano puede (¡viva la alternancia!) cambiar de titular como de chaqueta. Por otro lado, como nos recuerda José Luis Widow en otro pasaje del libro, establecida la premisa desquiciada de que la naturaleza humana está por completo corrompida, Lutero piensa lógicamente que la razón es “ciega, sorda, necia, impía y sacrílega”; de tal modo que está negada para querer el bien, incapacitada para el juicio moral. De ahí que Lutero pudiera recomendar a uno de los príncipes a los que adulaba que “pecase fuertemente”, aduciendo que su mera fe bastaría para salvarlo. La justificación por la sola fe conduce inevitablemente a la emancipación de la conciencia del juicio moral sobre nuestras acciones; y así se entroniza el puro subjetivismo, hasta que la tendencia natural al desorden exija la intervención de una ley humana que se imponga como ejercicio de poder. Pero, como señala el profesor Segovia, al afirmar la absoluta corrupción de la naturaleza humana, Lutero niega el valor de la ley: pues al mandar realizar tal o cual obra, la ley no hace sino (en palabras de Lutero) “poner de manifiesto la enfermedad, el pecado, la maldad” del hombre, a quien inevitablemente “asalta la tristeza, se siente afligido, hasta cae en la desesperación”. Que es, en efecto, la estación última del hombre concebido al modo luterano.

En “Consecuencias jurídico-políticas del protestantismo” se desgranan otras calamidades que tienen su origen en el pensamiento de Lutero, como la reducción de lo político a lo estatal, el nacionalismo, el capitalismo desembridado o la instauración de una libertad que no se orienta por la razón, sino por una “autodeterminación” cuyo único límite es no hacer daño a terceros (límite que, por supuesto, se acaba infringiendo, cuando tal daño beneficia al titular del poder). Así hasta desvelar la verdad sobre Lutero que otros prefieren ignorar, haciéndose los suecos.


UNA ORACIÓN POR EL PADRE JUAN CLAUDIO SANAHUJA

FELIZ Y SANTA NAVIDAD

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Navidad es la fiesta de la humanidad de Dios, de un Dios que ha querido hacerse hombre para participar de la condición humana, para ponerse así en favor del hombre para redimirlo y rescatarlo del pecado. Si es admirable el modo como creó la dignidad de la naturaleza humana, nos resulta más admirable la manera en que la restauró.

Esta es la fiesta de júbilo, porque no solo estuvo Dios con nosotros entonces, sino también ahora está entre nosotros al permanecer -con su Presencia Real- en la Eucaristía.

Navidad tras Navidad renace nuestra esperanza y nosotros tenemos el deber de sembrar y comunicar esa esperanza y ese júbilo en derredor nuestro.

¡Alegraos! El Señor está cerca. El ángel que comunicó a los pastores el nacimiento del Mesías les dijo que esa noticia les iba a llenar a todos de gozo. Por eso nuestro corazón exulta de amor ante ese Niño al que nadie quería dar posada y al que acabarán repudiando como Mesías y terminarán colgándolo de un madero y dándole muerte como si fuese un criminal.

Hoy sabemos que el Señor ha venido a salvarnos y para ello se hizo Niño y que más tarde lo veremos en toda su gloria venir a juzgarnos y, si somos fieles hasta el fin, a decirnos "Venid conmigo benditos de mi Padre".

Conmemoremos esa Noche Buena que dio cumplimiento a las profecías. Postrémonos llenos de amor, ante el Dios Niño que yace pobrecito en un portal abrigado con la paja. Ofrendémosle sinceramente nuestro corazón. No hagamos lo que ahora casi todo mundo hace: olvidarse de Aquél que es el celebrado. Prometámosle serle fieles hasta el último día de nuestra vida, pidámosle la gracia de nunca volver a pecar mortalmente y hagamos el firmísimo propósito de no seguir a los falsos pastores que desvirtúan su mensaje y tratan de destruir su Iglesia. Sabemos que su doctrina es inmutable y que quienquiera que la contradiga no debe ser seguido en su desviación.

Oh Dios, que has hecho brillar esta sacratísima noche con el resplandor de la verdadera luz, concédenos disfrutar en el cielo de los gozos de esa misma luz.


NO ABORTARÍA NI POR UN MILLÓN DE DÓLARES

MÁS CARDENALES FAVORABLES A QUE FRANCISCO CONTESTE LAS "DUBIA"

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Se estiman muchos más que prefieren, de momento, no manifestarse

Las "dubia" presentadas al Papa Francisco por los cuatro Cardenales, S. E. R. Walter Card. Brandmüller, S. E. R. Raymond Leo Card. Burke, S. E. R. Carlo Card. Caffarra y S. E. R. Joachim Card. Meisner, para que aclare varios puntos de "Amoris laetitia" que parecen contradecir la Fe Católica, ya han recibido el apoyo de otros tres Cardenales Prefectos: S. E. R. Gerhard Ludwig Card. Müller, S. E. R. Robert Card. Sarah y S. E. R. George Card. Pell, Prefectos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, respectivamente (ver aquí y aquí); de tres obispos: S. E. Mons. Jan Wątroba, Obispo de Rzeszów y Presidente del Consejo para la Familia de la Conferencia Episcopal Polaca, S. E. Mons. Jósef Wróbel, Obispo titular de Suas y auxiliar de Lublin (Polonia), y S. E. Mons. Athanasius Schneider, Obispo titular de Celerina y auxiliar de María Santísima en Astaná (Kazajistán) (ver aquí); y de vientitrés prestigiosos académicos, intelectuales y pastores católicos (ver aquí); a los que ahora se suman dos Cardenales más: S. E. R. Paul Josef Card. Cordes, Presidente emérito del Pontificio Consejo "Cor Unum". Lo ha hecho en una entrevista concedida al portal católico austríaco Kath.net y el Card. Renato Raffaele Martino (ver aquí). 


COMENTARIO DE CATOLICIDAD:

LA DISPOSICIÓN CONTRAVIENE LO DETERMINADO EN LOS SÍNODOS PARA LA FAMILIA Y SE INTENTA IMPONERLA DE MANERA ARBITRARIA 

Contrariamente a lo que dicen los defensores del sacrilegio (dar la Eucaristía a los divorciados en nueva unión), los Sínodos para la Familia no aprobaron tal medida, pues para empezar no se puede someter a votación el dogma (el haberlo hecho ya fue un abuso monstruoso e inconcebible, y si hubiese sido favorable al sacrilegio sería totalmente inválido) y, en segundo lugar, no alcanzaron los votos necesarios a favor de este sacrilegio. Por eso el texto de Amoris Laetitia contraviene los dos sínodos y fue deslizado con calzador para forzar lo que de antemano ya se había decidido en "lo oscurito". Así, la "colegialidad" -que tanto se pregona hoy en día- aplica solo cuando es favorable a lo que predeterminadamente se decidió y se arroja al cesto de la basura cuando le es contraria a la herejía modernista. Se hubieran ahorrado el gasto de ambos sínodos si no se iban a respetar los resultados de los mismos. 

Fuentes: Catholicvs y Catolicidad.

EL ASTRÓNOMO Y EL GLOBO TERRÁQUEO

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