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EL HOMBRE MODERNO NO QUIERE SABER MÁS DE LA MISA COMO SACRIFICIO

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"Alma mía, toma la cruz con gran consuelo que ella sola es el camino para el cielo", decía santa Teresa la Grande. Pero hoy nadie quiere ya la cruz. A Cristo lo han dejado solo, pendiente del madero. Sí, solo...porque nadie quiera ahora ya la cruz. Ahí está solitario y abandonado. El hombre moderno no quiere saber más de Él y todo lo centra en sí mismo. La sociedad se volvió antropocéntrica. No fue de un día a otro, sino paso a paso, como toda conjura. Aún aquellos que se dicen sus amigos lo han abandonado también y han dejado de predicar la cruz para predicar al hombre. Y cuando se predica al hombre se deja de predicar a Dios. Y si Dios estorba hay que adecuar su doctrina a las máximas del mundo. Y hasta muchos de sus propios ministros traicionan la doctrina perenne e inmutable y olvidan esa cruz que hoy tanto molesta y estorba. Dicen que se ha vuelto obsoleto el sacrificio para convertirlo en algo gozoso. No es menester para ellos repetirlo incruentamente, mejor es -dicen- realizar un mero memorial, solo el recuerdo de una cena protestante. Pero eso sí, un memorial festivo. Un ágape fraternal donde todo es gustoso regocijo. Sin embargo, el cordero sigue ahí pendiente de ese madero. Solo, olvidado, desechado por el hombre de hoy. Su sangre vertida es rechazada por muchos y la hacen infértil para sí mismos. Han despreciado su sacrificio y ya muchos no creen en su eficacia ni que el sacrificio del altar es el mismo del Calvario. Por ello bailan, aplauden y tocan música ensordecedora propia de un cabaret y no de la Casa santa de Dios. Por eso muchos comulgan sacrílegamente en pecado grave, porque han perdido la fe de lo que hacen. Por lo mismo, tantos y tantos que se dicen creyentes han dejado de creer las verdades más básicas y fundamentales de su fe y han hecho de la moral una medida a su gusto y conveniencia.

Y, sin embargo, Señor, Tú sigues ahí esperando nuestra conversión. Permíteme -pese a mis tantas fallas- ser un Cirineo que te acompañe, mi Dios y Creador. Quiero -como decía el apóstol- predicar a Jesús y a Jesús crucificado. Porque la Cruz es el verdadero y único camino para el Cielo.



Tema relacionado (haz clic): ¿QUÉ ES LA MISA?

LA MADRE ESTABA JUNTO A LA CRUZ por san Bernardo, abad

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De los sermones de san Bernardo, abad

El martirio de la Virgen queda atestiguado por la profecía de Simeón y por la misma historia de la pasión del Señor. Éste –dice el santo anciano, refiriéndose al niño Jesús– está puesto como una bandera discutida; y a ti –añade, dirigiéndose a María– una espada te traspasará el alma.

En verdad, Madre santa, una espada traspasó tu alma. Por lo demás, esta espada no hubiera penetrado en la carne de tu Hijo sin atravesar tu alma. En efecto, después que aquel Jesús –que es de todos, pero que es tuyo de un modo especialísimo– hubo expirado, la cruel espada que abrió su costado, sin perdonarlo aun después de muerto, cuando ya no podía hacerle mal alguno, no llegó a tocar su alma, pero sí atravesó la tuya. Porque el alma de Jesús ya no estaba allí, en cambio la tuya no podía ser arrancada de aquel lugar. Por tanto, la punzada del dolor atravesó tu alma, y, por esto, con toda razón, te llamamos más que mártir, ya que tus sentimientos de compasión superaron las sensaciones del dolor corporal.

¿Por ventura no fueron peores que una espada aquellas palabras que atravesaron verdaderamente tu alma y penetraron hasta la separación del alma y del espíritu: Mujer, ahí tienes a tu hijo? ¡Vaya cambio! Se te entrega a Juan en sustitución de Jesús, al siervo en sustitución del Señor, al discípulo en lugar del Maestro, al hijo de Zebedeo en lugar del Hijo de Dios, a un simple hombre en sustitución del Dios verdadero. ¿Cómo no habían de atravesar tu alma, tan sensible, estas palabras, cuando aun nuestro pecho, duro como la piedra o el hierro, se parte con sólo recordarlas?

No os admiréis, hermanos, de que María sea llamada mártir en el alma. Que se admire el que no recuerde haber oído cómo Pablo pone entre las peores culpas de los gentiles el carecer de piedad. Nada más lejos de las entrañas de María, y nada más lejos debe estar de sus humildes servidores.

Pero quizá alguien dirá: «¿Es que María no sabía que su Hijo había de morir?» Sí, y con toda certeza. «¿Es que no sabía que había de resucitar al cabo de muy poco tiempo?» Sí, y con toda seguridad. «¿Y, a pesar de ello, sufría por el Crucificado?» Sí, y con toda vehemencia. Y si no, ¿qué clase de hombre eres tú, hermano, o de dónde te viene esta sabiduría, que te extrañas más de la compasión de María que de la pasión del Hijo de María? Este murió en su cuerpo, ¿y ella no pudo morir en su corazón? Aquélla fue una muerte motivada por un amor superior al que pueda tener cualquier otro hombre; esta otra tuvo por motivo un amor que, después de aquél, no tiene semejante.

Oración

Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

LOS PELIGROS DEL APARICIONISMO

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Debemos evitar mensajes que no estén aprobados OFICIALMENTE por la Iglesia. Actualmente hay una fiebre de aparicionismo en muchos lados. Eso es peligroso, muchos creen más lo que se dice en una supuesta o real aparición que lo que enseña el Magisterio de la Iglesia; siendo que la Verdad revelada se cerró con San Juan, las demás son apariciones posteriores y revelaciones privadas que no son parte de la fe y no obligan al creyente. Las verdaderas apariciones no pueden estar en contradicción con la Revelación de Dios, hecha a través de la Biblia o la Tradición (esto es: la enseñanza que nos llega oralmente y no está en la Biblia) y custodiada por el Magisterio infalible de la Iglesia. Cualquier doctrina contra la fe evidencia la falsedad de determinada supuesta "aparición" y si la contradicción no es tan evidente, al menos hace muy dudosa la credibilidad que nos merezca.

En las falsas apariciones puede haber fraude o que el maligno esté metidas en ellas. Las verdaderas siempre estarán en concordancia con la fe. Lo grave es que muchos católicos no conocen bien su fe y por ello no advierten fácilmente cuando se expresa un error contra ella. Pero hasta el hecho de que la doctrina sea correcta no es indicio absoluto de la veracidad de una aparición. Debemos siempre esperar el juicio definitivo y oficial de la Iglesia. Recordemos que Cristo advirtió sobre la venida de falsos profetas. Debemos ser prudentes y no crédulos de todo lo que se nos presenta como sobrenatural. No es prudente hacer propaganda de estos temas mientras no hayan sido aprobados OFICIALMENTE por la Iglesia, no basta la opinión de algún sacerdote.

Es decir que nuestro parámetro debe ser el Magisterio de la Iglesia que custodia la Revelación Divina, y no lo debe ser el aparicionismo. Mientras la Iglesia no se pronuncie en cada caso, debemos ser prudentes y no propagar lo que nos llega. En tanto la Iglesia se pronuncia, debemos discernir que cualquier mensaje contrario al dogma, es señal de la falsedad.

No podemos negar absolutamente la veracidad o sostener la falsedad de determinada aparición mientras no haya un dictamen de la Iglesia a menos que ahí se contradiga el dogma, pero en cualquier caso debemos ser prudentes y cautos. De ahí la conveniencia de no estar ávidos de asuntos sobrenaturales. Al católico le basta la Revelación hecha por Dios para ser salvo.

Que gozo produce saber que la Virgen realmente se ha aparecido en lugares como el Tepeyac en México o en Lourdes o en La Sallete o en Fátima, etc. Sabiendo que la Iglesia ha dicho SÍ a esas apariciones, somos los primeros en alegrarse de ello y en difundirlas y en propagar sus mensajes maternales. De todas las demás, seamos cautos, seamos cuidadosos, seamos muy prudentes.... No difundamos como algo cierto lo que apenas está en juicio.

En efecto, no todo es genuino y auténtico. De ahí la necesidad de la prudencia y el discernimiento partiendo de que toda revelación privada debe estar en concordancia con los dogmas de nuestra fe. La Revelación de Dios por medio de la Tradición y la Biblia, requiere todo nuestro asentimiento. Las revelaciones privadas, no. El problema es que algunos se fanatizan al grado de que cuando hay contradicción, prefieren la supuesta revelación privada por encima de la Biblia y la Tradición. Quienes así obran, invierten completamente los valores y se pierden en el credulismo que puede llevarlos a la herejía, todo esto envuelto en un ambiente de aparente y extrema piedad.

La revelaciones privadas pueden ser:

1) Aprobadas oficialmente por la Iglesia y, por lo tanto, en plena armonía con el dogma (otro asunto es un posible error incidental y propio sólo del vidente, que no contradiga directamente el dogma).

2) Falsas. Por engaño de los videntes, por intervención diabólica, por sostener doctrinas heréticas, por trastornos mentales del supuesto vidente, etc. La Iglesia no las aprueba.

3) Dudosas. La doctrina no contradice el dogma pero existen elementos que permiten dudar de ellas o bien, los errores no llegan a la herejía y pueden ser atribuidos a los mismos videntes y no a los mensajes recibidos por ellos. Están en estudio.

4) Probables. También se hallan en proceso de estudio. La doctrina es excelente y plenamente católica. Hay muchos frutos favorables. En principio, no se observan elementos dudosos. No obstante todo esto, sólo el juicio oficial de la Iglesia puede asegurarnos que están aprobadas y no el de algún criterio particular, por muy prestigioso que sea quien lo emite.

En todo caso, sólo de las primeras podemos estar plenamente seguros.

Recordemos que Cristo nos previno de los falsos profetas, y precisamente en las apariciones falsas hay, también, falsas profecías y doctrinas erróneas y heréticas. El diablo mete la cola y arrastra por estos medios. Se vale de la piedad de las personas para arrastrarlas al error y a falsas devociones. Ha habido hasta cismas y antipapa, producto de esos falsos videntes, a pesar de haber empezado todo en un ambiente de gran piedad, con buenos frutos y conversiones. No olvidemos que el demonio, en ocasiones, se disfraza de ángel de luz, pues es el gran Engañador.

Por ello, seamos cautos, seamos cuidadosos, seamos muy, muy prudentes.... No difundamos como algo cierto, lo que apenas está en juicio. Urge emplear el discernimiento ante el aluvión del peligroso aparicionismo que hoy existe y pulula en todo el orbe.

Ver también: ADVERTENCIA DEL VATICANO SOBRE MEDJUGORJE

CAMPANAS

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Cerremos hoy, los ojos, y abramos oídos y corazón al melodioso vocerío de las campanas…

Su primer clamor venía a apagar en nuestra atmósfera el ronquido de aquelarre del caracol de guerra del Huichilobos. Y ese inicial clamor tenía el ritmo que acompasaba un balanceo de cuna, porque daba noticia, a los ángeles de Dios, de que una Patria nueva nacía.

Fue primero, menudamente, la campanilla que, en la diestra nervuda de algún soldado cortesiano, sabía trocar el mandoble derribador de ídolos por el reverente y jubiloso tintineo exaltador del verdadero Dios, al subrayar el momento de la Elevación en las misas de campaña del buen fraile mercedario Bartolomé de Olmedo. Fueron después, solemnes, las graves campanas del Convento de San Francisco, congregando a los indios para el propósito de adoctrinar y hacer vivir en cristiana vía. Fueron, más tarde, las campanas de todos los templos que brotaron, como por milagro, en estas tierras. Y todas anunciaron el nacimiento de la Patria soñada por la anchurosa ambición del venturoso capitán don Hernando de Cortés.

Desde entonces, su vibración surcó, sonorosa y ondulante, los aires de la Historia mexicana. Cantaron las campanas nuestras dichas colectivas. Dieron, también la voz de alarma en las horas negras en que el amago extranjero o la interna discordia amenazaron estrujar, uno a uno, los pétalos de la flor exquisita de nuestra autenticidad. Fue así que convocaron a los vecinos de nuestras ciudades costeras cuando los ataques de la envidia hecha piratería hincaban en ellas su zarpa, durante los siglos virreinales. Tuvieron el mismo acento militar al ser asaltadas las poblaciones de los inmensos, distantes territorios norteños por las oleadas ululantes de los indios bárbaros. No de otra suerte hubieron de sonar cuando la marcha de los invasores yanquis preludiaba dolorosas mutilaciones geográficas: nuestras campanas, entonces, tocaron a rebato y somatén llamando a la guerra santa a todos los hombres capaces de empuñar un arma.

Supieron también las campanas ser las rectoras de esos dos pulmones espirituales que fueron nuestros conventos y nuestras ciudades. Marcaron en ellos las horas de la vida, y distribuyeron, sabiamente, con sus toques que dividían la jornada, el maravilloso dinamismo que, dentro de unos y otras, sabía ir construyendo la Patria… Hoy, los que desatentados y fuera de centro nos movemos y agitamos, sin saber por qué ni a dónde, no somos ya capaces de comprender toda la trascendente dimensión de aquella actividad, recia por serena, y fecunda por ordenada ya que –según la Filosofía- el orden, para el hombre implica una meta, un fin personal y nacional conocido y querido, y un empleo tesonero y sagaz de los medios que lo logran.

Es por ello que hay que volver al íntimo y glorioso sentido de nuestras viejas campanas; esas que, ya en la torre que señorea el caserío rural, ya en el campanario catedralicio, en su voz repiten el hosanna con que nuestras esencias nacionales renuevan, cada día -en la invencible reiteración secular de la Tradición-, la vigencia de la Realeza social de Cristo. Porque esa Realeza ha amparado -desde los primeros frailes franciscos hasta nuestros días-, en el repique de las campanas, a cada miembro de las generaciones mexicanas. En la hora en que viene al mundo y en la hora en que deja su mala posada para realizar el tránsito supremo a la Patria de la Bienaventuranza. Y también en la dulce algazara de las bodas, cuando su lengua de bronce nos dice, amorosamente, el presagio de la fecundidad conyugal en que se contiene, en símbolo y en prenda, la perennidad de México. De esta suerte, si las campanas signan nuestra aparición y desaparición en lo individual, rubrican y aseguran la persistencia de la Patria histórica, la que es a su vez atisbo luminoso de la eterna, gigante Patria ultraterrena en que gentes de todo pueblo y raza confluyen para oír, en un redoblar inacabable, las campanas de unas bodas sin término en la duración y sin medida en el gozo.

Oscar Méndez Cervantes



RECUERDA QUE ESTE SÁBADO ES PRIMER SÁBADO DE MES

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No olvides que nos hemos comprometido, en este año, a lo siguiente:

-El rezo diario del Santo Rosario. Haz clic AQUÍ.
-Cumplir la petición de la dulcísima Virgen en Fátima: realizar la comunión reparadora de los cinco primeros sábados de mes. Haz clic AQUÍ.
-Renovar nuestra Consagración al Inmaculado Corazón de María. Haz clic AQUÍ.
-Rezar diariamente la oración por los pecadores enseñada por la Virgen en Fátima, pidiendo -además- con nuestras propias palabras que el Papa consagre, junto con todos los obispos del mundo, Rusia al Inmaculado Corazón de María. Esta es la oración: "Oh Jesús mío, perdónanos y líbranos del fuego de infierno, lleva al Cielo a todas las almas, socorre especialmente a las más necesitadas de tu misericordia".

LOS CRISTEROS: HOMBRES DE CRISTO REY (video)

NO LO OLVIDES: ROSARIO DEL DÍA PRIMERO DE MES

AL DIOS Y LA IGLESIA QUE ALEGRARON MI JUVENTUD

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Ad Deum qui laetíficat juventútem meam

Siempre me admiró la forma como la Iglesia Católica se entrañaba en la vida de los pueblos y de las familias. Cómo sostenía sus costumbres, haciéndose carne de ellas, y cómo -a la vez- las santificaba. ¡Qué obra de arte, de armonía y de profundidad fue la civilización cristiana! Las plegarias cotidianas y los toques de oración señalaban las horas del día. Las fiestas y el año litúrgico marcaban los tiempos, las faenas y el descanso..

Cristianas eran las alegrías y cristianos los dolores del pueblo cristiano. Santo el nombre de cada humano, y su fiesta era de un santo. Un sacramento alumbraba la vida que nacía, otro, la plenitud gozosa del matrimonio; otro consolaba al que se iba de este mundo.

¡Qué fácil era al cura de pueblo, desde la dignidad de su sotana, mantener el respeto reverencial y a la vez el gesto amable y paternal! ¡Qué figura venerable la del párroco de nuestra juventud! Cómo acudían a él los niños a besarle la mano, pronunciando el "Ave María Purísima". Y a escuchar de sus labios siempre una palabra de padre. Él era inequívocamente pastor, y a él acudían para consuelo y consejo las tribulaciones de la juventud y las penas de la vejez. Y aquella gente tenían como la mayor honra de su vida ver a un hijo suyo sacerdote.

¡Qué grandeza la de los templos que nuestra fe levantó! En cualquiera de nuestra aldeas su templo parroquial vale más que todo el pueblo junto.

Y qué dignidad y belleza la del culto divino, aun con los medios más modestos. El latín, el canto gregoriano, la solemnidad de la misa "de Angelis", obras de una tradición milenaria. Y en el funeral por el que se nos fue, qué estremecimiento íntimo en el oficio de difuntos, en el "Dies irae", en el responso final... Las devociones sinceras de la Virgen del lugar, las procesiones de santos, la romería anual... apostolado sencillo, religión entrañada y de verdad, que no hizo llegar pujante y consoladora la fe de nuestros mayores, la del mismo Cristo...

Pero llegó el post-concilio y con él, el "nuevo cura". Y en nombre del nuevo "espíritu", todo terminó. El "nuevo cura" cree saber más que veinte siglos de catolicidad. En su inmenso portafolios lleva un nuevo culto, casi una nueva religión, que aprendió de maestros holandeses. Y un inmenso desprecio por la fe de aquel lugar.

Ya no vestirá sotana, vestirá como cualquiera, y con torpe desenvoltura, haciendo a un lado su dignidad sacerdotal, tratará de hablar y de reír como los demás. Con él viene "la Iglesia de los pobres", pero él será el primer párroco con coche ("instrumento de trabajo" para no estar nunca en el pueblo). Para reconocer en él al cura, es preciso apelar a nociones abstractas, porque lo que se ve es la antítesis, su negación misma.

¡Qué afrenta a la fe, que desprecio al pueblo fiel!. Ya no hay unción ni respeto, ni devoción, ni fervor. Sólo ruidos, innovación, petulancia e impiedad. Ya los niños no acuden al paso del sacerdote. ¿A qué fin ? Todo cuanto ha existido debe ser cambiado por "preconciliar". Ya no suenan las campanas del Angelus, ni el pueblo se reúne en la Misa Mayor. Fiestas y procesiones han sido alteradas o suprimidas sin el menor respeto. El culto divino se ha extenuado hasta su extremo. Ya no existe el latín, ni el gregoriano de la liturgia católica; toda la polifonía clásica ha sido tirada. Salmos con ritmo protestante y ritmos irreverentes han ocupado su lugar. Y la estridencia, la improvisación constante, el mal gusto. Altavoces por todas partes con su resonancia metálica, altavoces de feria en el templo, hasta en los entierros. (Sordo debe ser "su" Dios, o no los quiere escuchar). El silencio, el recogimiento, la oración personal, no tienen ya cabida en el templo.



Y como sustancia de toda esta siniestra algarabía, la prédica "social". ¡Que todos la escuchen callados, y que nadie se arrodille al comulgar...! Violencia a las almas, violencia a las conciencias y a la sensibilidad... todo en nombre de la libertad y del "hombre moderno". Mientras tanto, las costumbres se corrompen en los pueblos, y la fe se pierde en las almas. ¿Quién enderezará ya todo esto y cómo sembrará de nuevo la fe? ¡Danos, Señor, paciencia y fortaleza para tantos males aguantar!

Pero, finalmente, la Virgen prometió que su Inmaculado Corazón triunfará. Y quienes estemos con Ella, nos asociaremos a su triunfo. Roguemos que sea pronto, pues -en tanto- la fe se sigue perdiendo.

Rafael Gambra

MIENTRAS LOS PASTORES CALLAN, PERECE EL REBAÑO

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El profeta les llama "dormilones"


Todos tenemos un deber moral de no callar incluso en el ámbito más privado. Ante los amigos, la familia o el trabajo, se producen situaciones en las que guardar silencio es cobarde y se comete una injusticia contra la caridad. Ante la Iglesia y la sociedad ocurre igual y, cuanto más sabemos, menos debemos callar. Por la misma razón debemos escuchar y divulgar al que sabe -y sabe bien- aunque lo que diga sea incómodo. Callar, cuando se debe hablar, es incurrir en pecado de omisión. Si quienes deben hablar callan, hasta las piedras gritarán.

En la Iglesia, ante la más grave crisis de que se tenga memoria, casi todos los pastores callan. Duermen cómodamente mientras perece el rebaño. Santa Catalina de Siena exclamaba: "Yo os pido que obréis de modo que el día en que la suprema Verdad os juzgue no tenga que deciros esta dura palabra: “Maldito seas, tú que no has dicho nada”. ¡Ah, basta de silencio!, clamad con cien mil lenguas. Yo veo que a fuerza de silencio, el mundo está podrido. La Esposa de Cristo ha perdido su color...".  

Temen hablar ahora y defender la Verdad evangélica, pero... ¿no temerán al juicio de Dios cuando les pida cuenta por las almas perdidas?

CHESTERTON, EL INTELECTUAL QUE ANTE LO ABSURDO DEL ANGLICANISMO SE HIZO CATÓLICO

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por Javier Navascués

Pinceladas de su vida narradas con sus mismas frases

A Gilbert Keith Chesterton nunca le convenció el protestantismo. Buscó la Verdad hasta encontrarla en la Iglesia Católica. Nunca se sintió a gusto en el ambiente protestante de su juventud. Se rebeló profundamente contra él, intuyendo que allí no estaba la verdadera Iglesia de Cristo. “Sólo quien nada a contracorriente tiene la certeza de estar vivo”.

Chesterton al igual que otros muchos intelectuales como Edith Stein, Alexis Carrell, André Frossard…buscó la Verdad con seriedad y rigor y la halló en la Iglesia Católica. Allí se sintió realmente libre y encontró la fe muy razonable. Afirmaba que “la Iglesia nos pide que al entrar en ella nos quitemos el sombrero, no la cabeza”. Encontró una solidez de pensamiento y una lógica aplastante, algo que nunca vio en el fanatizado mundo protestante. “Por todo ello merece la pena señalar que es el católico el único que logra pensar por su propia cuenta”

Descubrió grandeza y veracidad de la Iglesia Católica frente a la pequeñez de miras y falsedad del protestantismo. El mismo diría que “la mediocridad consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta”. Él no fue mediocre, pues supo ver la grandeza de la Iglesia que había seducido a otros intelectuales de referencia como el Cardenal Newman.

Intuía que la Iglesia Católica, entonces con sus casi 2000 años de Historia, había superado numerosas herejías y errores y seguía siendo fiel al mandato de Cristo. “No hay ningún otro caso de una institución inteligente que haya estado pensando sobre pensar durante dos mil años. Su experiencia cubre casi todas las experiencias y casi todos los errores. El resultado es un mapa en el que todos los callejones ciegos y malos caminos están claramente marcados”.


Para muchos Chesterton es el arquetipo del periodista católico por coherencia de pensamiento y lucidez. Es un modelo interesante, ya que su conversión viene del mundo protestante. Siempre le parecían muy sectarios e infundados los ataques a la Iglesia y decidió investigar por su cuenta en un arduo proceso de búsqueda por la Verdad. Se da cuenta de “que no necesita una religión que tenga razón cuando él tiene razón. Lo que necesita es una religión que tenga razón cuando él esté equivocado”.

Será uno de los autores más lúcidos y prolíficos de la primera mitad del siglo XX. Su fe fue creciendo y madurando con el tiempo. A este respecto tiene una frase genial: Cuando era joven creía en Dios, ahora sólo creo en Dios.

Chesterton cultivó, entre un gran número de géneros (el ensayo, la narración, la biografía, la lírica, el periodismo y el libro de viajes). Desde su profunda vida de fe estaba convencido de la Verdad de Evangelio, que iluminaba todo lo que escribía: “Ningún hombre debería escribir a no ser que estuviese convencido de que él está en posesión de la verdad y otro hombre está en el error. A este mismo respecto escribió que la tolerancia es la virtud del hombre sin convicciones.

Su personaje más famoso fue el Padre Brown. Se trata de un sacerdote católico de gran perspicacia psicológica, que acaba siendo un formidable detective. Es muy aleccionadora la anécdota en la cuál el Padre Brown desenmascara a un delincuente que se hacía pasar por sacerdote porque predicaba contra la razón. “Ese no puede ser un sacerdote católico” dijo el Padre Brown.

En Chesterton hay una gran armonía entre la fe y la razón. Para él hay dos razones fundamentales que pueden llevar a una persona a la conversión: La primera es que se crea que en la fe católica, anida una verdad firme y objetiva, que no dependa de las opiniones personales. La segunda es que la persona aspire a liberarse de sus pecados, ya que no existe ninguna otra religión que realmente pueda librarnos de los pecados y nos permita empezar de nuevo como si jamás hubiéramos pecado.

Chesterton es un intelectual que frente a los errores de la modernidad destaca los valores de la Tradición y del mundo clásico. Ofrece un testimonio lúcido y coherente de fe frente a un mundo nihilista y sin rumbo: “Cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa”

Escribe siempre desde una perspectiva católica: para él, el catolicismo es la llave que permite descubrir los misterios de Dios, porque hace encajar las distintas piezas, como afirma en su Autobiografía. “Los enigmas de Dios son más satisfactorios que las soluciones de los hombres”. Los dogmas no limitan, al contrario marcan un camino hacia la verdad y la plenitud: “Si Dios no existiese, no existirían los ateos”.

Para Chesterton la Iglesia Católica es la única verdadera y fuera de ella no puede haber salvación. A este respecto afirmaba que no se puede condescender con el error: “Quien no odia el error, no ama la verdad”.

HACIA LA PROTESTANTIZACIÓN DE LOS CATÓLICOS

EL PAPA FRANCISCO CONCEDE JURISDICCIÓN PARA CELEBRAR MATRIMONIOS A LOS SACERDOTES DE LA FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN PÍO X

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DE ESTE MODO "SE PODRÁN REMOVER LOS ESCRÚPULOS DE CONCIENCIA DE ALGUNOS FIELES".
Mons. Marcel Lefebvre, fundador de la FSSPX

4 de abril de 2017. El cardenal Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, junto con el secretario Mons. Guido Pozzo, han hecho pública hoy una carta dirigida a los obispos y cardenales en la que se informa la decisión del Papa Francisco de conceder a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, fundada por Mons. Marcel Lefebvre, las facultades necesarias para celebrar matrimonios con regularidad canónica, los cuales hasta ahora se estaban acogiendo al Derecho de necesidad.

El documento inicia recordando que los sacerdotes de la Fsspx ya tienen jurisdicción ordinaria concedida por el papa Francisco para escuchar confesiones tal como CATOLICIDAD informó aquí: http://www.catolicidad.com/2016/11/roma-mantiene-la-jurisdiccion-de-los.html y continúa dando a conocer la nueva disposición del Romano Pontífice que "a propuesta de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de la Comisión Ecclesia Dei, ha decidido autorizar a los Reverendísimos Ordinarios a que concedan las licencias para asistir a los matrimonios de fieles que siguen la actividad pastoral de la Fraternidad, según las siguientes indicaciones". Éstas establecen que "siempre que sea posible, el Obispo delegará a un sacerdote de la Diócesis para asistir a los matrimonios (o bien, a un sacerdote de otra circunscripción eclesiástica con las debidas licencias) recibiendo el consentimiento de los cónyuges durante la celebración del matrimonio que en la liturgia del Vetus Ordo se realiza al inicio de la Santa Misa. Ésta la celebra, después, un sacerdote de la Fraternidad." Agregando que "Allí donde ello no sea posible o no haya sacerdotes de la Diócesis que puedan recibir el consentimiento de las partes, el Ordinario puede conceder directamente las facultades necesarias a un sacerdote de la Fraternidad que celebrará también la Santa Misa, advirtiéndole de la obligación de hacer llegar cuanto antes a la Curia diocesana la documentación del matrimonio celebrado."

En seguida el documento se dirige a  los Prelados de las Conferencias Episcopales señalando que "Este Dicasterio confía en Su colaboración con la convicción de que con estas indicaciones no sólo se podrán remover los escrúpulos de conciencia de algunos fieles unidos a la FSSPX y la falta de certeza sobre la validez del sacramento de matrimonio, sino que al mismo tiempo, se avanzará hacia la plena regularización institucional."

Finaliza el documento declarando que "El Sumo Pontífice Francisco, el 24 de marzo de 2017, en la audiencia concedida al Cardenal Presidente, ha aprobado la presente Carta y ha ordenado su publicación."

Es importante considerar que La Iglesia Católica solo otorga jurisdicción ordinaria (para confesar o celebrar matrimonios) a quienes pertenecen al cuerpo de la misma Iglesia. Si se concede esta facultad ordinaria, necesariamente se está reconociendo que esos sacerdotes son católicos y no están en cisma. Un sacerdote excomulgado o cismático podría absolver a un pecador solo en el caso de que alguien estuviese en peligro de muerte. Sería un caso en el que la Iglesia, por el estado de necesidad del fiel, otorga una jurisdicción que no sería ordinaria, pero éste no sería el caso de los sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X que ya pueden realizar estos sacramentos con una jurisdicción ordinaria sin recurrir ya al Derecho de necesidad.

El documento oficial fue publicado el día de hoy en el sitio del Vaticano: http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/04/04/ecc.html

Fuentes: Vatican.va y Adelante la Fe

2 + 2 = 5

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¿2+2=5?: Cómo la ideología de género se ha impuesto sobre lo evidente

La asociación peruana defensora de la familia llamada Vida Viva Perú ha difundido este video en el que se denuncia la imposición de la ideología de género en las aulas, el adoctrinamiento a los niños desde edades tempranas y la forma en la que se castiga a aquellos que piensan diferente.

Desde siempre, 2+2 ha sido cuatro, pero ahora puede que el resultado sea otro distinto. El video que podrán ver explica cómo la ideología de género acaba con el sentido común y cómo la presión ideológica se ha impuesto sobre lo evidente.

El pasado fin de semana un padre denunció en Religión en Libertad el adoctrinamiento al que había sido sometido su hijo en un colegio de Madrid.

Sin conocimiento de las familias, denuncia este padre, “unos profesionales en su materia” impartieron charlas a los alumnos en las que se les instaba a elegir si querían ser niñas aunque fuesen niños o viceversa y se tachaba de fanáticos a quienes no estaban de acuerdo con esta ideología.

El padre que decidió compartir su caso también relató cómo su hija le contó que había recibido una charla y que le habían puesto un video “precioso”. El video en cuestión se llama HollySiz y muestra a un niño que quiere ser niña pero que se enfrenta a la “incomprensión” de sus compañeros de clase, de su profesora y de su padre. El video termina con el padre vestido de mujer recogiendo a su hijo en el colegio para mostrarle su apoyo.


Fuente:Infovaticana

EL ESTUDIANTE ATEO Y EL ANCIANO RELIGIOSO (ANÉCDOTA REAL)

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DE LA VIDA REAL

Un señor de unos 70 años viajaba en el tren, teniendo a su lado a un joven universitario que leía su libro de Ciencias. El caballero, a su vez, leía un libro de portada negra. Fue cuando el joven percibió que se trataba de la Biblia y que estaba abierta en el Evangelio de Marcos.
Sin mucha ceremonia, el muchacho interrumpió la lectura del viejo y le preguntó:
- Señor, ¿usted todavía cree en ese libro lleno de fábulas y cuentos?
- Sí, mas no es un libro de cuentos, es la Palabra de Dios. ¿Estoy equivocado?
- Pero claro que lo está. Creo que usted señor debería estudiar Historia Universal. Vería que la Revolución Francesa, ocurrida hace más de 100 años, mostró la miopía de la religión.
Solamente personas sin cultura todavía creen que Dios hizo el mundo en 6 días. Usted señor debería conocer un poco más lo que nuestros científicos dicen de todo eso.
- Y... ¿es eso mismo lo que nuestros científicos dicen sobre la Biblia?
- Bien, como voy a bajar en la próxima estación, no tengo tiempo de explicarle, pero déjeme su tarjeta con su dirección para mandarle material científico por correo con la máxima urgencia.
El anciano entonces, con mucha paciencia, abrió cuidadosamente el bolsillo derecho de su bolso y le dio su tarjeta al muchacho. Cuando éste leyó lo que allí decía, salió cabizbajo, sintiéndose peor que una ameba. En la tarjeta decía:

Profesor Doctor Louis Pasteur
Director General del Instituto de Investigaciones Científicas
Universidad Nacional de Francia

Nota: En el libro "El Santo Rosario" del P. Eliécer Sálesman SBD (adaptación) se cuenta esta anécdota, señalando que Pasteur iba rezando su rosario y no leyendo la Biblia. El joven se atrevió a decirle: "¿Por qué en vez de rezar el rosario no se dedica a aprender, a instruirse un poco más?; yo le puedo enviar algún libro para que se instruya". El final es el mismo.

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Precisamente de Pasteur, el célebre químico y microbiólogo, es la famosa frase: 
"Un poco de ciencia aleja de Dios, mucha ciencia devuelve a Él".

LOS SIETE DOLORES DE MARÍA SANTÍSIMA

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En este Viernes de Dolores -quienes no lo hayan hecho pueden practicarlo al siguiente día- se recuerdan los dolores sufridos por la Virgen María, desde la profecía de Simeón hasta la muerte de Jesús.

OFRECEMOS en Sufragio por las almas del Purgatorio el ROSARIO DE LOS 7 DOLORES de María Santísima:

Se reza un Padrenuestro y siete Ave Marías por cada dolor de la Virgen. Al mismo tiempo le pedimos que nos ayude a entender el mal que hemos cometido y nos lleve a un verdadero arrepentimiento. Al unir nuestros dolores a los de María, tal como Ella unió Sus dolores a los de su Hijo, participamos en la redención de nuestros pecados y los del mundo entero.

Acto de Contrición
Señor mío, Jesucristo, me arrepiento profundamente de todos mis pecados. Humildemente suplico Tu perdón y por medio de Tu gracia, concédeme ser verdaderamente merecedor de Tu amor, por los méritos de Tu Pasión y Tu muerte y por los dolores de Tu Madre Santísima. Amén.
(Se aconseja leer del Evangelio las citas que acompañan a cada dolor).

Primer Dolor - La profecía de Simeón (cf. Lucas 2,22-35)
Qué grande fue el impacto en el Corazón de María, cuando oyó las tristes palabras con las que Simeón le profetizó la amarga Pasión y muerte de su dulce Jesús. Querida Madre, obtén para mí un auténtico arrepentimiento por mis pecados.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre
"Dales, Señor, el eterno descanso y haz brillar sobre ellas tu eterna luz , por la misericordia de Dios las almas de los fieles difuntos descansen en paz. Amén ".

Segundo Dolor - La huida a Egipto (Mateo 2,13-15)
Considera el agudo dolor que María sintió cuando ella y José tuvieron que huir repentinamente de noche, a fin de salvar a su querido Hijo de la matanza decretada por Herodes. Cuánta angustia la de María, cuántas fueron sus privaciones durante tan largo viaje. Cuántos sufrimientos experimentó Ella en la tierra del exilio. Madre Dolorosa, alcánzame la gracia de perseverar en la confianza y el abandono a Dios, aún en los momentos más difíciles de mi vida.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre
"Dales, Señor, el eterno descanso y haz brillar sobre ellas tu eterna luz , por la misericordia de Dios las almas de los fieles difuntos descansen en paz. Amén ".

Tercer Dolor - El Niño perdido en el Templo (Lucas 2,41 -50)
Qué angustioso fue el dolor de María cuando se percató de que había perdido a su querido Hijo. Llena de preocupación y fatiga, regresó con José a Jerusalén. Durante tres largos días buscaron a Jesús, hasta que lo encontraron en el templo. Madre querida, cuando el pecado me lleve a perder a Jesús, ayúdame a encontrarlo de nuevo a través del Sacramento de la Reconciliación.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre.
"Dales, Señor, el eterno descanso y haz brillar sobre ellas tu eterna luz , por la misericordia de Dios las almas de los fieles difuntos descansen en paz. Amén ".

Cuarto Dolor - María se encuentra con Jesús camino al Calvario (IV Estación del Vía Crucis)
Acércate, querido cristiano, ven y ve si puedes soportar tan triste escena. Esta Madre, tan dulce y amorosa, se encuentra con su Hijo en medio de quienes lo arrastran a tan cruel muerte. Consideren el tremendo dolor que sintieron cuando sus ojos se encontraron - el dolor de la Madre bendita que intentaba dar apoyo a su Hijo. María, yo también quiero acompañar a Jesús en Su Pasión, ayúdame a reconocerlo en mis hermanos y hermanas que sufren.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre.
"Dales, Señor, el eterno descanso y haz brillar sobre ellas tu eterna luz , por la misericordia de Dios las almas de los fieles difuntos descansen en paz. Amén ".

Quinto Dolor - Jesús muere en la Cruz (Juan 19,17-39)
Contempla los dos sacrificios en el Calvario - uno, el cuerpo de Jesús; el otro, el corazón de María. Triste es el espectáculo de la Madre del Redentor viendo a su querido Hijo cruelmente clavado en la cruz. Ella permaneció al pie de la cruz y oyó a su Hijo prometerle el cielo a un ladrón y perdonar a Sus enemigos. Sus últimas palabras dirigidas a Ella fueron: "Madre, he ahí a tu hijo." Y a nosotros nos dijo en Juan: "Hijo, he ahí a tu Madre." María, yo te acepto como mi Madre y quiero recordar siempre que Tú nunca le fallas a tus hijos.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre.
"Dales, Señor, el eterno descanso y haz brillar sobre ellas tu eterna luz , por la misericordia de Dios las almas de los fieles difuntos descansen en paz. Amén ".

Sexto Dolor - María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz (Marcos 15, 42-46)
Considera el amargo dolor que sintió el Corazón de María cuando el cuerpo de su querido Jesús fue bajado de la cruz y colocado en su regazo. Oh, Madre Dolorosa, nuestros corazones se estremecen al ver tanta aflicción. Haz que permanezcamos fieles a Jesús hasta el último instante de nuestras vidas.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre.
"Dales, Señor, el eterno descanso y haz brillar sobre ellas tu eterna luz , por la misericordia de Dios las almas de los fieles difuntos descansen en paz. Amén ".

Séptimo Dolor - Jesús es colocado en el Sepulcro (Juan 19, 38-42)
¡Oh Madre, tan afligida! Ya que en la persona del apóstol San Juan nos acogiste como a tus hijos al pie de la cruz y ello a costa de dolores tan acerbos, intercede por nosotros y alcánzanos las gracias que te pedimos en esta oración. Alcánzanos, sobre todo, oh Madre tierna y compasiva, la gracia de vivir y perseverar siempre en el servicio de tu Hijo amadísimo, a fin de que merezcamos alabarlo eternamente en el cielo.
-Padrenuestro, siete Ave Marías, Gloria al Padre.
"Dales, Señor, el eterno descanso y haz brillar sobre ellas tu eterna luz , por la misericordia de Dios las almas de los fieles difuntos descansen en paz. Amén ".

Oración final
Oh Doloroso e Inmaculado Corazón de María, morada de pureza y santidad, cubre mi alma con tu protección maternal a fin de que siendo siempre fiel a la voz de Jesús, responda a Su amor y obedezca Su divina voluntad. Quiero, Madre mía, vivir íntimamente unido a tu Corazón que está totalmente unido al Corazón de tu Divino Hijo. Átame a tu Corazón y al Corazón de Jesús con tus virtudes y dolores. Protégeme siempre. Amén.


DON QUIJOTE HABLA SOBRE LA VIRTUD

DOMINGO DE RAMOS: ¿DE CUÁLES SEREMOS?

¿CÓMO VIVIRÁS ESTA SEMANA SANTA?

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¿Semana de vacaciones o de luto?

Queridos católicos:

El Jueves Santo, el Viernes Santo y el Sábado Santo forman el Triduo Sacro. Son los días de la Semana Santa, de la semana más importante de la historia de la humanidad. Porque de nada hubiera servido la Creación si no hubiera habido la Salvación.
.La Semana Santa es la semana de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Pasión significa sufrimientos, muerte de Cristo en la Cruz. La Pasión, la Redención, la Salvación y la vida eterna para nosotros están vinculadas. Sin los sufrimientos, sin la Cruz y sin la muerte de Cristo no hay Salvación para ti.

Cristo se hizo nuestro cordero que carga con nuestros pecados. Cristo quiere “morir a fin de satisfacer en nuestro lugar la justicia de Dios, por su propia muerte”, dice Santo Tomás de Aquino en su Suma Teológica (III, 66, 4).

Cristo acepta ser maltratado para que tú no lo seas eternamente; Cristo acepta ser flagelado para que tú no seas flagelado por los demonios y el fuego en el infierno.

Cristo acepta gustar la tremenda sed de la Crucifixión y la muerte amarga de la Cruz, para que tú no padezcas la sed eterna de felicidad. Cristo acepta ser deshonrado en la Cruz para que tú no seas deshonrado y confundido en el día del Juicio final.

Y tú, hijo, ¿qué haces en esos días de la Semana Santa, mientras que tu Señor está muriendo en tu lugar para salvarte? ¿Cómo los empleas? ¿A dónde vas? ¿Por qué los profanas?

Si en esos días tu patrón te dispensa de trabajar porque es Semana Santa, semana de luto, semana de la muerte del Hijo de Dios, tú deberías saber muy bien que esos días santos no son días de vacaciones, ni de disipación, ni de playa. Son días de penitencia, de oración y de lágrimas.

El Hijo de Dios hecho hombre está luchando contra el demonio y la justicia divina para librarte. Sí, para librarte a ti y a tu familia del más grande peligro que pueda existir: el de la perdición eterna. Sábelo, incúlcalo en tus hijos, para que sean agradecidos con su Salvador.

Es Dios mismo quien te lo dice: “Sin efusión de sangre no hay remisión de pecados.” (Hebreos 9, 22). Y esa sangre que borra tus pecados es la de tu Bienhechor: Nuestro Señor Jesucristo. Sobre todo no digas que no has pecado y que no necesitas del perdón. Si lo dijeras manifestarías tu gran ceguedad e ignorancia.

Ningún hombre puede conseguir por sí mismo el perdón de sus pecados. Debe buscarlo en otra parte: ¿dónde? en la Sangre del Hijo de Dios, que murió en la Cruz el Viernes Santo. San Pablo dice: “En Él, por su Sangre tenemos la redención, el perdón de los pecados...” (Efesios 1,7).

El hombre no puede ofrecer sacrificio propiciatorio por sus pecados. Nuestro Señor Jesucristo se hizo propiciación por nuestros pecados. Él se ofrece el Viernes Santo en sacrificio propiciatorio por ti. Sólo mediante la sangre de Cristo puedes purificarte, puedes liberarte de las cadenas del pecado y de la tiranía del demonio.

Y en estos días, durante los cuales Cristo está en los tormentos de la Cruz para merecerte la Salvación, tú, pecador necesitado, tú te vas a la playa, a pasearte, a divertirte, quizás a acumular más pecados a los que ya hayas cometido. ¡Despierta, hermano mío, despierta de tu letargo! ¡Sé agradecido con tu Bienhechor! ¡Actúa como católico verdadero!

Ve al templo a ver y a escuchar lo que en tu lugar está padeciendo Cristo. Sábelo que la ingratitud atrae el castigo de Dios, más que Su misericordia. No seas, pues, ingrato, sino agradecido.

La gratitud cristiana consagra el Triduo Santo para conocer más lo que hizo Nuestro Señor Jesucristo por nosotros e incitarnos a la penitencia, a la sincera conversión y enmienda de nuestra vida tibia y mediocre
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El Jueves Santo es el día en el que el Señor Jesús, antes de ir a Su Pasión, te dejó el Memorial de Su muerte, la renovación incruenta del sacrificio del Calvario. Para aplicar los frutos de Su Pasión a tu alma, instituyó el sacramento de su amor, que es la Santa Eucaristía, y el sacerdocio para consagrarla. Él dijo: “haced esto en memoria mía”, para recordarnos lo que padeció por puro amor hacia los ingratos que somos; para comunicar a nuestras almas la santidad y el remedio contra el pecado, mediante la digna recepción de su Cuerpo. Y tú ¡irías a divertirte en ese día! No sabes que Cristo dijo: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y Yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre está en Mí y Yo en él” (San Juan 6, 54-56). Y tú que pretendes ser discípulo de Cristo ¿por qué te privas del Pan celestial que sana, purifica, santifica y pacifica tu alma y tu hogar? Si por tu propia culpa no aprovechas el remedio que Cristo te ofrece, ¿por qué te quejas de tener problemas en tu vida, en tu familia y en tu trabajo?

El Viernes Santo es para que implores con la Iglesia, y en ella, misericordia para ti mismo y para todo el género humano. El Viernes Santo es para que participes en las exequias de Cristo, escuchando el Evangelio de la Pasión y las Siete Palabras, que son las últimas recomendaciones de Cristo, Nuestro Redentor.

Aprovecha el Viernes Santo para confesar con lágrimas tus iniquidades, para lavar tu alma de la lepra del pecado con la Sangre de Cristo, para participar en la Pasión de tu Salvador, para tener parte con Él en Su victoria.

El Viernes Santo sufrió Cristo para merecerte el ser librado del pecado, que es el más horrible cáncer que pueda existir, y del infierno, que es la más grande de las desgracias. Y tú, ¿irías de vacaciones con tantos otros neopaganos, quizás para morirte en el camino de la ingratitud?

El Viernes Santo es para que reces el Vía Crucis, medites lo que hizo y padeció por ti tu Señor; para darte cuenta de lo que merece el pecado. Lee los últimos capítulos de los Evangelios de San Mateo, de San Marcos, de San Lucas y de San Juan, o ve la película La Pasión de Cristo, de Mel Gibson, para que te des cuenta del precio que Cristo pagó para librarte del poder del pecado y del demonio, para hacerte hijo de Dios y heredero de la vida eterna. Puedes también leer y meditar los libros Reflexiones sobre la Pasión de Jesucristo, de San Alfonso María de Ligorio y La Pasión del Señor, de Fray Luis de Granada, o Las Siete Palabras de Cristo, de Antonio Royo Marín.


El Viernes Santo es día de abstinencia, ayuno y de penitencia, de silencio y de lágrimas, y no día de playa y placeres.
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El Sábado Santo es día de luto. Hombres y mujeres deberían vestirse con ropa de luto, para acompañar a la Santísima Madre de los Dolores. El Sábado Santo debería servir para meditar con espanto lo que merece el pecado, porque si al Justo que cargó con nuestros crímenes así se le castiga, ¿qué será del culpable si muere con sus pecados?

En resumen, hermano mío, escucha a Dios mismo que dice a cada uno de nosotros: “No tardes en convertirte al Señor, ni lo difieras de un día para otro; porque de repente sobreviene su ira, y en el día de venganza acabará contigo.” (Eclesiástico, 5, 8).

Católico, aprovecha la Semana Santa para convertirte al Señor, porque la sincera conversión y el verdadero arrepentimiento aseguran el perdón de los pecados, dan paz al alma y, finalmente, la vida eterna que pedimos para ti.

Un Sacerdote Católico

AMANTE JESÚS MÍO

RECORDATORIO DE ORACIÓN DE LOS DÍAS TRECE DE CADA MES

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Cada día trece de mes, fecha de las apariciones de la Virgen en Fátima, los lectores y editores de este sitio rezaremos cinco minutos y pediremos por estas intenciones:

1) Por las peticiones particulares así como por las necesidades espirituales y materiales de todos y cada uno de los lectores de CATOLICIDAD.

2) Por el fin del proceso de "autodemolición" en la Iglesia Católica.

3) Por la intención de que, tal como lo pidió la Virgen en Fátima, el Papa finalmente consagre Rusia al Inmaculado Corazón de María y pida la conversión de ese país al catolicismo, nombrando -para ello- a esta nación de manera explícita, en unión con todo el episcopado mundial.

4) Por la reparación a Dios de nuestros pecados y por la de todas las ofensas que recibe, particularmente por las blasfemias que se profieren o los sacrilegios que se realizan.

5) Por la conversión de los pecadores, especialmente los más necesitados de la misericordia divina.

6) Por que se multipliquen las vocaciones sacerdotales y los sacerdotes vivan una vida de santidad conforme al Corazón de Cristo.

7) Por el triunfo del Inmaculado Corazón de María y la implantación del Reinado Social de Cristo en nuestras naciones.

8) Por la paz mundial, no como la da el mundo sino como la da N.S. Jesucristo y por el triunfo de la vida en las legislaciones.

9) Por la salvación propia y la de nuestros familiares, amigos y conocidos.

10) Por todas las necesidades de la Iglesia.

Bastará rezar:

-Un Señor mío Jesucristo: 
  • "Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, me pesa de todo corazón haber pecado, porque he merecido el infierno y perdido el cielo, y sobre todo, porque te ofendí a ti, que eres bondad infinita, a quien amo sobre todas las cosas. Propongo firmemente, con tu gracia, enmendarme y alejarme de las ocasiones de pecar, confesarme y cumplir la penitencia. Confío me perdonarás por tu infinita misericordia. Amén."
-Un Padre Nuestro
-Tres Aves Marías pidiendo que la Virgen nos preserve del pecado mortal durante las tentaciones (ver AQUÍ).
 -Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
(Nota:  Todo católico debe saber de memoria las oraciones anteriores, al igual que el Credo. Si alguien no las sabe, puede aprenderlas haciendo click AQUÍ)
-La oración de la Virgen de Fátima: 
  •  "Oh Jesús mío, perdónanos y líbranos del fuego de infierno, lleva al Cielo a todas las almas, socorre especialmente a las más necesitadas de tu misericordia".
-Finalizando así: 
  • "Señor: te pedimos por todas las necesidades de la Iglesia, por la Consagración de Rusia tal como se pidió en Fátima, por el triunfo del Inmaculado Corazón de tu dulcísima Madre, por la implantación de tu Reinado Social y de tu Paz en nuestras naciones, por la santidad de los sacerdotes y por el aumento de las vocaciones sacerdotales, así como por el triunfo de la vida y la familia en nuestras legislaciones. Te ofrecemos nuestra vida entera en reparación de los pecados propios y de las ofensas que se hacen a tu sacratísimo nombre, así como por los graves sacrilegios que se realizan en todo el mundo. Finalmente ponemos en tus manos, por intercesión de la Santísima Virgen María, todas las necesidades espirituales y materiales, tanto propias como las de nuestros familiares, amigos y conocidos, y las de nuestros hermanos lectores y editores del blog CATOLICIDAD.
  • - Inmaculado Corazón de María, encadena a tu Corazón a toda la familia mía.
  • -Inmaculado Corazón de María, sed la salvación del alma mía.
  • -Santísima Virgen de Guadalupe, salva nuestra Patria, conserva nuestra fe y defiéndenos de los falsos pastores.
  • -San Miguel Arcángel, ampáranos de las asechanzas del demonio.
  • -San Pío V, ruega por nosotros. Amén".

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