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LOS OBISPOS POLACOS REAFIRMAN LA DOCTRINA TRADICIONAL DE LA IGLESIA Y DICEN "NO" A LA COMUNIÓN SACRÍLEGA DE LOS DIVORCIADOS EN AMASIATO

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No a la comunión de los divorciados dizque vueltos a "casar"

Los purpurados rechazan la posibilidad de acceso a la comunión de las parejas que vivan ‘more uxorio’ -en convivencia conyugal plena- sin estar unidas por el sacramento del matrimonio.

La Conferencia Episcopal Polaca, reunida en plenario en Lublin con la asistencia del nuncio, ha pronunciado un rotundo ‘no’ a la comunión de los divorciados vueltos a casar, leo en la publicación italiana Nuova Bussola Quotidiana.

El tema central de la reunión era, precisamente, debatir el texto con el que definir la aplicación de la exhortación papal Amoris Laetitia a la Iglesia polaca, y aunque el texto definitivo aún no se ha hecho público, la Bussola ha obtenido de una “óptima fuente” las directrices básicas del texto en el que los purpurados rechazan la posibilidad de acceso a la comunión de las parejas que vivan ‘more uxorio’ -en convivencia conyugal plena- sin estar unidas por el sacramento del matrimonio.

Va de suyo que lo mismo se aplica a quienes conviven en iguales condiciones sin estar casados. No puede acceder a la comunión sacramental, ni siquiera a la espiritual, mientras vivan al margen del vínculo indisoluble y fecundo que representa la unión de Cristo con su Iglesia.

El propio Pontífice, tras la publicación de la exhortación, dejó en libertad a los obispos para que interpretaran con discernimiento evangélico la aplicación de la misma a la práctica concreta de sus regiones, lo que parecen haber aprovechado los obispos polacos para decidir la suya, que se reafirma en lo que ha sido práctica constante de la Iglesia durante siglos.

¿Por qué es importante esta noticia? En primer lugar, desmiente (por si hiciera falta) la ‘línea oficial’ desatada contra los críticos de la exhortación y los cardenales firmantes de los Dubia en el sentido de que la ambigüedad del texto rompe la catolicidad, al hacer, en un asunto crucial para tres sacramentos y para el concepto mismo de pecado, que lo lícito sea ilícito y lo ilícito, lícito y permitido según la diócesis en la que se encuentre el fiel.

De hecho, en estas mismas páginas hemos hecho mención a algunas regiones donde la interpretación elegida es la diametralmente opuesta a la decidida por la Conferencia Episcopal Polaca, como es el caso de Alemania.

Pero la decisión de los obispos reunidos en Lublin es no menos crucial en el sentido de que se opone -no hay otra forma de decirlo- a lo que el propio Papa, en carta privada pero publicada por el propio órgano del Vaticano, L’Osservatore Romano, calificó en su día de “única interpretación posible” del texto pontificio.

En efecto, Francisco, en comunicación dirigida al presidente la Conferencia Episcopal de su país de origen, Argentina, felicita a sus colegas en el episcopado por la aplicación elegida, “única posible” entre las interpretaciones de la exhortación. Y precisamente en las diócesis argentinas se ha decidido permitir, según el discernimiento del sacerdote, (el sacrilegio de*) la comunión de divorciados vueltos a "casar".

El asunto es espinoso. Teniendo en cuenta la carta citada, la decisión de los polacos podría entenderse como un desafío al Pontífice e incluso proporcionar un vago balón de oxígeno a los firmantes de la ‘correctio filialis’.

Pero, por otro lado, el episcopado polaco no hace sino acogerse a la libertad interpretativa abierta por el propio Francisco y casi obligada por la misma ambigüedad de la redacción en los puntos relativos a esta cuestión (y proclamar la doctrina infalible que siempre y en todas partes enseñó la Iglesia Católica durante dos mil años*).


*Paréntesis: Notas de la Redacción.

UN LLAMADO A TODOS LOS CATÓLICOS MEXICANOS

LA FALSA CARIDAD Y LA FALSA MISERICORDIA: ARMAS PARA INTENTAR DESTRUIR LA IGLESIA CATÓLICA

LUTERO, POR SUS HEREJÍAS, PERDIÓ LA FE

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Enseña Santo Tomás de Aquino:

"El hereje que rechaza un solo artículo de fe no tiene el hábito ni de la fe formada ni de la fe informe. Y la razón de ello está en el hecho de que la especie de cualquier hábito depende de la razón formal del objeto, y si ésta desaparece, desaparece también la especie del hábito. Pues bien, el objeto formal de la fe es la Verdad primera revelada en la Sagrada Escritura y en la enseñanza de la Iglesia. Por eso, quien no se adhiere, como regla infalible y divina, a la enseñanza de la Iglesia, que procede de la Verdad primera revelada en la Sagrada Escritura, no posee el hábito de la fe, sino que retiene las cosas de la fe por otro medio distinto. Como el que tiene en su mente una conclusión sin conocer el medio de demostración, es evidente que no posee la ciencia de esa conclusión, sino tan sólo opinión.

"Ahora bien, es evidente que quien se adhiere a la enseñanza de la Iglesia como regla infalible presta su asentimiento a todo cuanto enseña la Iglesia. De lo contrario, si de las cosas que enseña la Iglesia admite las que quiere y excluye las que no quiere, no asiente a la enseñanza de la Iglesia como regla infalible, sino a su propia voluntad. Así, es del todo evidente que el hereje que de manera pertinaz rechaza un solo artículo no está preparado para seguir en su totalidad la enseñanza de la Iglesia (estaría, en realidad, en error y no sería hereje si no lo rechaza con pertinacia). Es, pues, evidente que el hereje que niega un solo artículo no tiene fe respecto a los demás, sino solamente opinión, que depende de su propia voluntad".

UN MENSAJE EN VIDEO PARA SABER EN QUÉ CONSISTE LA CELEBRACIÓN DEL HALLOWEEN por el P. Tomás Agustín

EL NIÑO PROTESTANTE Y LA VIRGEN MARÍA

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Un niño protestante de seis años a menudo había escuchado a sus compañeros católicos rezar el Avemaría. Le gustó tanto que la copió, la memorizó y la rezaba todos los días. “Mira, mamita, qué bonita oración,” le dijo a su madre un día.

“No la digas nunca más”, respondió la madre. “Es una oración supersticiosa de los católicos que adoran ídolos y piensan que María es diosa. Después de todo, Ella es una mujer como cualquier otra. Vamos. toma esta Biblia y léela. Contiene todo lo que debemos de hacer”. A partir de ese día, el pequeño dejó de rezar su Avemaría diaria y dedicó más tiempo a leer la Biblia.

Un día, leyendo el Evangelio, vio el pasaje sobre la Anunciación del Ángel a la Virgen. Lleno de gozo, el chiquillo corrió a su madre y le dijo: “Mamita, encontré el Avemaría en la Biblia que dice: ‘Llena de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre las mujeres’. ¿Por qué la llamas una oración supersticiosa?”. Ella no contestó. En otra ocasión, encontró la escena de la salutación de Isabel a la Virgen María y el hermoso cántico del Magnificat, en el que María anunció: ‘desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones’. Ya no le dijo nada a su madre y comenzó a rezar nuevamente el Avemaría cada día, como solía hacerlo. Sentía placer al decirle esas hermosas palabras a la Madre de Jesús, Nuestro Salvador.

Cuando cumplió catorce años, un día oyó que su familia discutía sobre Nuestra Señora. Todos dijeron que María era una mujer común y corriente. El niño, luego de oír sus razonamientos erróneos, no pudo soportarlo más y, lleno de indignación, los interrumpió diciendo: “María no es como cualquier otro hijo de Adán, manchado de pecado. ¡No! El Ángel la llamó LLENA DE GRACIA Y BENDITA ENTRE LAS MUJERES. María es la Madre de Jesús y en consecuencia, la Madre de Dios. No existe una dignidad más grande a la que pueda aspirar una criatura. El Evangelio dice que todas las generaciones la llamarán bienaventurada, mientras que ustedes tratan de despreciarla y hacerla menos. Su espíritu no es el espíritu del Evangelio ni de la Biblia que proclaman es el fundamento de la religión cristiana".

Fue tan honda la impresión que causaron las palabras del chico en su madre, que muchas veces lloró desconsolada: “¡Oh, Dios, temo que este hijo mío se unirá un día a la religión católica, la religión de los Papas!”. Y en efecto, poco tiempo después hijo se convenció que la religión católica era la única auténtica, la abrazó y se convirtió en uno de sus más ardientes apóstoles.

Unos años después de su conversión, el protagonista de nuestra historia se encontró con su hermana ya casada. Quiso saludarla y abrazarla, pero ella lo rechazó y le dijo indignada: “Tú no tienes idea de cuánto amo yo a mis hijos. Si alguno quisiera hacerse católico, primero le enterraría una daga en su corazón que permitirle abrazar la religión de los Papas.

Su ira y su temperamento eran tan furiosos como los de San Pablo antes de su conversión. Sin embargo, pronto cambiaría su manera de ser, tal como le ocurrió a San Pablo en su camino a Damasco. Sucedió que uno de sus hijos cayó gravemente enfermo. Los médicos no daban esperanzas para su recuperación. Tan pronto se enteró su hermano, la buscó en el hospital y le habló con cariño, diciéndole: “Querida hermana, tú naturalmente deseas que tu hijo se cure. Muy bien, pues entonces haz lo que te voy a pedir. Sígueme. Recemos juntos un Avemaría y prométele a Dios, que si tu hijo recobra la salud, estudiarás seriamente la doctrina católica. Y que en caso de que llegues a la conclusión que el Catolicismo es la única religión verdadera, tú la abrazarás sin importar los sacrificios que esto te implique.”

Su hermana en principio se mostró reacia, pero como deseaba la recuperación de su hijo, aceptó la propuesta de su hermano y rezó con él un Avemaría. Al día siguiente, su hijo estaba completamente curado. La madre cumplió su promesa y se puso a estudiar la doctrina católica. Después de una intensa preparación, ella recibió el Bautismo en la Iglesia Católica junto con toda su familia. Cuánto le agradeció a su hermano que hubiese sido un apóstol para ella.

Esta historia la relató el Padre Francis Tuckwell en una de sus homilías. “Hermanos”, terminó diciendo, “el niño protestante que se hizo católico y convirtió a su hermana al Catolicismo, dedicó su vida entera al servicio de Dios. Él es el sacerdote que les habla. ¡Cuánto le debo a la Santísima Virgen, Nuestra Señora! También ustedes, mis queridos hermanos, dedíquense por completo a servir a Nuestra Señora y no dejen pasar un solo día sin decir la hermosa oración del Avemaría así como su rosario. Pídanle a Ella que ilumine la mente de los protestantes que están separados de la verdadera Iglesia de Cristo fundada sobre la Roca (Pedro) y contra la cual ‘las puertas del infierno nunca prevalecerán’.”

¡QUÉ REINE CRISTO EN NUESTRAS NACIONES!


FIELES REZANDO EL ROSARIO EN CATEDRAL DE BRUSELAS INTERRUMPEN LA BLASFEMA CONMEMORACIÓN DE LA APOSTASÍA DE LUTERO

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Bélgica: fieles interrumpen conmemoración de la «Reforma» en catedral católica rezando el Rosario
FUERON DESALOJADOS POR LA POLICÍA

Bélgica: fieles interrumpen conmemoración de la «Reforma» en catedral católica rezando el Rosario

La catedral de San Miguel y Santa Gúdula en Bruselas, capital de Bélgica, acogía el sábado una conmemoración conjunta católico-protestante de la «reforma» iniciada por el heresiarca Lutero. Cuando tomó la palabra el pastor protestante, un grupo de jóvenes católicos empezaron a rezar el Rosario.

(InfoCatólica) La predicación en el acto ecuménico (N. de la R.: de falso ecumenismo) corría a cargo del pastor Steven Fuite. El cardenal Jozef De Kesel, arzobispo de Malinas-Bruselas, participaba en la ceremonia con otros líderes religiosos y laicos.
Al empezar a hablar el pastor, jóvenes católicos, fieles al Señor y su Madre, empezaron a rezar voz en alta el Rosario, lo cual provocó que Steven Fuite no continuara con su predicación.
Poco a poco se acercaron agentes de policía que conminaron a los fieles católicos a acabar con el rezo, a lo cual no hiceron caso. A los 40 minutos, la policía levantó uno por uno a los jóvenes para sacarlos del templo mientras seguían rezando.
Nota: Hechos semejantes han ocurrido antes en México y Argentina. Estos jóvenes Católicos al rezar el Santo Rosario están mostrando la grandeza de nuestra fe Católica. Nos están enseñando que, a su corta edad, siguen las enseñanzas de Cristo. Que siguen la Tradición, el Magisterio y a los santos padres de la Iglesia de dos mil años. Saben la diferencia entre un Católico y un protestante, musulmán, budista, etc. Ellos nos están llamando a que con la gracia que siempre nos da el Señor encontraremos el camino a la salvación de nuestras almas. Benditos del Señor por defender la honra de la Casa de Dios.

NO CELEBRAMOS NI AL HERESIARCA LUTERO NI LA NOCHE DE BRUJAS

1 de Noviembre - SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

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La Iglesia católica recuerda y venera, en este día, a todos los Santos que están en el Cielo.

El objeto de esta fiesta es agradecer a Dios por la gracia que ha concedido a sus elegidos y movernos a imitar sus virtudes y a seguir su ejemplo o a implorar la divina misericordia por la intercesión de tan poderosos abogados.

Todos los que están en la presencia del Señor son santos. Unos en los altares, otros anónimos pero no por eso menos cerca del corazón del Padre Eterno.

La «conmemoración de todos los Santos» se comenzó a celebrar en Oriente. En el siglo VIII se la encuentra ya en Occidente en diferentes fechas. El martirologio romano elogia al papa Gregorio IV (827 – 844) por haberla extendido a toda la cristiandad; parece, sin embargo, que el papa Gregorio III (731-744) le había precedido en esta decisión.

Por otra parte, en Roma se celebraba ya el 13 de mayo la dedicación de la basílica de Santa María y de todos los mártires; es decir, del Panteón, templo de Agripa, dedicados a todos los dioses del paganismo, al cual había hecho trasladar el papa Bonifacio IV numerosas osamentas de las catacumbas. Esto explica por qué tantos textos de la misa de hoy han sido tomados de la liturgia de los mártires. El papa Gregorio VII trasladó el aniversario de esta dedicación al 1º de noviembre.

La Iglesia, que en el transcurso del año va celebrando una por una las fiestas de sus santos, los reúne hoy a todos en una fiesta común. Además de los que puede llamar con su nombre, evoca en una grandiosa visión a toda una muchedumbre incontable de Santos «de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie ante el trono y ante el cordero, revestidos de blancas vestiduras y con palmas en la mano», que aclaman al que con su sangre los ha rescatado.

TEMA RELACIONADO (HAZ CLIC): FIESTA DE TODOS LOS SANTOS: 1o. de noviembre

2 DE NOVIEMBRE: CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

DEFENDAMOS LA VERDAD ETERNA AÚN A COSTA DE LA VIDA

RECUERDA QUE ESTE SÁBADO ES PRIMER SÁBADO DE MES

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No olvides que nos hemos comprometido, en este año, a lo siguiente:

-El rezo diario del Santo Rosario. Haz clic AQUÍ.
-Cumplir la petición de la dulcísima Virgen en Fátima: realizar la comunión reparadora de los cinco primeros sábados de mes. Haz clic AQUÍ.
-Renovar nuestra Consagración al Inmaculado Corazón de María. Haz clic AQUÍ.
-Rezar diariamente la oración por los pecadores enseñada por la Virgen en Fátima, pidiendo -además- con nuestras propias palabras que el Papa consagre, junto con todos los obispos del mundo, Rusia al Inmaculado Corazón de María. Esta es la oración: "Oh Jesús mío, perdónanos y líbranos del fuego de infierno, lleva al Cielo a todas las almas, socorre especialmente a las más necesitadas de tu misericordia".

EL COLMO DE LOS COLMOS: EL VATICANO CELEBRA LOS 500 AÑOS DE LA HEREJÍA LUTERANA CON UN TIMBRE POSTAL


FÁTIMA, LA HISTORIA

CABALGATA Y CUARTO ACTO DE DESAGRAVIO A LA VIRGEN MORENA EN GUADALAJARA

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Tapatío: ¡No faltes! No es necesario ir a caballo. 11 de noviembre a las 17 hrs. en la esquina de Av. Federalismo y Libertad, en Guadalajara, Jalisco.

MISA ECUMÉNICA

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LA ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN EN EL LUGAR SANTO

Para conmemorar el V Centenario de la apostasía luterana, en la acera católica, las Comunidades de Base y el movimiento «Somos Iglesia», se han constituido en los abanderados de la progresía "católica" para llevar –desde la base-, a plena realización los objetivos del falso ecumenismo.

La denominada hospitalidad eucarística, que consiste en la participación conjunta entre miembros de las iglesias protestantes históricas y católicos, en «la cena del Señor», llega a su apogeo estos días, con la abierta participación de estos grupos progresistas en el culto luterano:

Es de sobra conocido que en nuestros días más que en tiempos del heresiarca Lutero, una idea obsesiva mueve a los modernistas para acercarse a los protestantes: una fórmula que encuentre en éstos aceptación, es decir que para llegar a un acuerdo común, la Iglesia Católica debería renunciar a la integridad del depósito de la fe. Pero ¿cómo podemos hacer concesiones en lo que a la Eucaristía se refiere? O hay Presencia Real de Cristo o no la hay.

I. Continuación perpetua de la Pasión

Acudamos al Cenáculo la tarde del Jueves Santo. Jesús se despide de sus Apóstoles en la Cena ritual, les ofrece la lección básica de que la caridad suya, ha de ser operante, como el lavatorio de pies que Cristo realiza con sus discípulos. Va a morir, y va a quedarse. Su muerte se prolongará a través de los siglos. Antes de entregarse a sus adversarios, Jesús eterniza su Pasión, dejándola viva en la Eucaristía.

Jesús prolongará su Pasión en manos de sus Apóstoles y sus sucesores, los sacerdotes, a quienes dará facultad para hacerle descender realmente desde el Cielo al altar.

Cuando ya ha finalizado la primera Eucaristía del mundo, Jesús indicará, más bien mandará a sus Apóstoles: «Haced esto en memoria mía», virtualizando la consagración a través de todos los siglos y en el escenario de todos los países del mundo.

Afirma San Pablo:

«Porque yo he recibido del Señor lo que también he transmitido a vosotros: que el Señor Jesús la misma noche en que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió y dijo: Este es mi cuerpo, el (entregado) por vosotros. Esto haced en memoria mía. Y de la misma manera (tomó) el cáliz, después de cenar, y dijo: Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre; esto haced cuantas veces bebáis, para memoria de Mí. Porque cuantas veces comáis este pan y bebáis el cáliz, anunciad la muerte del Señor hasta que Él venga».[1]

En este párrafo el Apóstol nos enseña las siguientes verdades como directamente recibidas del Señor:[2]

a) la Eucaristía es realmente el Cuerpo y la Sangre de Cristo (24 s.);

b) el Apóstol y sus sucesores están autorizados para perpetuar el acto sagrado (24-26);

c) la Misa es un sacrificio (25);

d) el mismo de la Cruz (26);

e) la Eucaristía debe recibirse dignamente (27), es decir, con la plenitud de la fe y humildad del que severamente examina su conciencia (28-31). [3]

La Eucaristía es la muerte permanente de Jesús a través de los siglos, una muerte que es vida, ya que lo mismo que del Calvario salió la Redención, del altar donde se sitúa el Cuerpo y la Sangre de Jesús, sigue manando abundantemente la vida.

Desgraciadamente la Eucaristía, puede provocar la muerte del alma, que no la recibe en condiciones de pureza interior de vida, así San Pablo tras anunciarnos la grandeza de la Eucaristía, añade algo que produce terror:

«De modo que quien comiere el pan o bebiere el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Pero pruébese cada uno a sí mismo, y así coma del pan y beba del cáliz; porque el que come y bebe, no haciendo distinción del Cuerpo (del Señor), come y bebe su propia condenación».[4]

La Pasión de Jesús comienza en el Cenáculo con la institución de la Eucaristía la tarde del Jueves Santo y permanece para siempre entre nosotros como muerte del Jesús del que procede la verdadera y eterna vida.

San Alfonso María de Ligorio afirma que la Santa Misa es de todas las obras la más santa y divina.[5] En efecto, Dios no pudo hacer algo más grande que la Misa.

«La Santa Misa encierra todo el valor del sacrificio de la cruz… Para caer en la cuenta de lo que vale la Santa Misa, es preciso no perder de vista que el valor de ella es mayor que el que juntamente encierran todas las buenas obras, virtudes y merecimientos de todos los santos que haya habido desde el principio del mundo o haya de haber hasta el fin, sin excluir los de la misma Santísima Virgen María».[6]

En la Eucaristía, Jesús está realmente presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.

El Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor se hacen presentes bajo la apariencia del pan y del vino por la conversión de toda la sustancia del pan y del vino en toda la sustancia del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Esta conversión admirable recibe el nombre de transubstanciación.[7]

II. Paganización de la Santísima Eucaristía

San Alfonso Mª de Ligorio dijo: «El diablo siempre ha intentado, por medio de los herejes, privar al mundo de la Misa, haciéndoles los precursores del Anticristo quien, antes de nada, intentará abolir y abolirá efectivamente el Santo Sacrificio del Altar, como castigo por los pecados de los hombres, según la predicción de Daniel, “Y se hizo fuerza contra el sacrificio perpetuo” (Dan. 8, 12)».[8]

Era obvio que las Comunidades de Base, serían la punta de lanza para la destrucción de la Misa Católica. La falsificación del Santo Sacrificio, no es el resultado de estos últimos años, es la consecuencia de medio siglo de silencioso y consistente ataque modernista al Sacramento, mediante la agitada y sediciosa Teología marxistizada de la Liberación, ideología desde la que tomó cuerpo la Iglesia Popular, o Comunidades de Base contaminadas por la lucha de clases, en oposición a la Iglesia tradicional, y las que buscaron abiertamente un nuevo concepto de la Misa.

Adulteración del Sacramento Central de la Fe Católica, que por medio siglo ha penetrado en la mente y en la praxis litúrgica, hasta el punto de que muchos se preguntan, si la misa así «celebrada» es válida o no (N. de la R.: Se ha introducido en algunos sacerdotes el falso criterio protestante de que la Misa es sólo un memorial, un mero recuerdo de la Cena del Señor y no lo que ciertamente es: un sacrificio, la renovación incruenta del SACRIFICIO DEL CALVARIO. Luego, muchos de ellos han perdido la intención de REALIZAR LO QUE HACE LA IGLESIA y sin esta intención no hay transubstanciación, ni sacrificio, ni Misa verdadera). Si consideramos el largo período distorsionador, millones han participado de ese tipo de eucaristías adulteradas y no conocen otra celebración eucarística que esa.

Evidente destrucción de la Eucaristía, cuando se pone el acento en los movimientos corporales, en la incorporación de ritos paganos, cuando se ha mutado el Sacrificio a una especie de mitin para la «celebración de las luchas del pueblo», o, cuando queda reducido a un simple «impulso religioso», dejando así de ser (N. de la R.: Por falta de intención de realizar lo que la Iglesia hace) la perpetuación del sacrificio redentor de Cristo en la Cruz y en la Ultima Cena, y consecuentemente el Santo Sacrificio de la Misa.

Instalar el culto pagano en el lugar santo, es la abominación de la desolación, que es el culto de Satanás mismo.

III. Supresión del Sacrificio

Lutero, el heresiarca blasfemo odiaba la Misa Católica, fue uno de los que más se ocupó de la doctrina de la Eucaristía. Hay que recordar una vez más, que su teoría consistía en sustituir la palabra transubstanciación por la de consubstanciación. El prefijo trans denota un cambio de substancia, en cambio con significa contrariamente que no hay cambio alguno de substancia.

El Sacrosanto Concilio de Trento definió tajantemente al respecto condenando la fórmula luterana. La tesis de Lutero no representaba la Eucaristía.

Lutero negó rabiosamente la naturaleza sacrificial de la Misa declarando: «Ese Canon abominable es una confluencia de albañales de aguas fangosas, que ha hecho de la Misa un sacrificio. La Misa no es un sacrificio. No es el acto de un sacerdote que sacrifica. Junto con el Canon, nosotros desechamos todo lo que implica una oblación».

Llamó a la Eucaristía «abominación», «culto blasfemo y falso», y en su búsqueda de suprimir el culto eucarístico azuzó diabólicamente a sus seguidores para «atacar a los idolatras».

«Yo afirmo –declaró- que todos los burdeles, los asesinatos, los robos, los crímenes, los adulterios son menos inicuos que esta abominación de la Misa Papista».

Expresó su deseo de que algún día «cuando la Misa haya sido destruida, creo que habremos destruido al Papado. Creo que es en la Misa, como sobre una roca, donde el Papado se apoya enteramente, todo se colapsará por necesidad cuando se colapse su sacrílega y abominable Misa».

La Eucaristía es la piedra angular de la fe y doctrina católicas, si se quitase la Misa, colapsa con ella toda la fe católica, resulta difícil imaginar lo que de ella quedaría. El Príncipe de la Teología, Santo Tomás de Aquino se refiere a la Eucaristía declarando que todos los otros sacramentos dependen de ella, el mismo bautismo resulta eficaz porque nos capacita para recibirla, y si un bautizado se niega conscientemente a recibirla, esa actitud lo separa de la corriente de la gracia santificante.

La Eucaristía además de sacramento es sacrificio:

«La consagración del crisma o de cualquier otra materia no es sacrificio, como sí lo es la consagración de la Eucaristía».[9]

«Este sacramento tiene sobre los demás la razón de sacrificio».[10]

Sin duda, la supresión del Santo Sacrificio de la Misa, sería la mayor abominación de la desolación: «Este es el Sacrificio de nuestros altares, que entonces, en esos terribles días, será proscrito, en todas partes prohibido; y, salvo los Sacrificios, que podrán celebrarse en las sombras subterráneas de las catacumbas, quedará interrumpido en todas partes».[11]

Si el sólo participar del Santo Sacrificio, allí donde no se celebra la Misa Tridentina, en el que se dan innumerables abusos litúrgicos, en un desprecio a la Presencia Real del Señor, constituye para los fieles a lo largo y ancho del mundo, una tortura espiritual inaguantable ¿qué será lo que nos espera, como se dice, si se promulgaría una «misa» sin transubstanciación para hacerla «ecuménica»?

Así, la Misa Católica queda reducida a nada. Tal vez una oración, una celebración, un servicio religioso, pero no la Misa, por una real ausencia de Cristo.

Las fórmulas que nos quieren llevar a construir un puente sobre el abismo de una misa sin Eucaristía, no son más que artificios para engañar a una de las dos partes, o a ambas.

Dios no lo permita, fiel a su palabra: las puertas del infierno no prevalecerán contra mi Iglesia.

Pensemos en el profeta Malaquías que hablando en nombre de Dios, cuatro centurias antes de Cristo se refería a la Misa:

«Porque desde el orto del sol hasta el ocaso es grande mi Nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi Nombre un sacrificio de incienso y ofrenda pura, pues grande es mi Nombre entre las naciones, dice Yahvé de los ejércitos».[12]

Recordemos a Santa María Goretti, quien para ir a Misa Dominical, viajaba 15 millas. Pensemos en Santina Campana, que iba a Misa aun cuando estaba afiebrada. Pensemos en San Maximiliano María Kolbe, quien ofrecía la Santa Misa cuando su salud estaba en estado tan lastimoso, que uno de sus hermanos religiosos tenía que sostenerlo en el altar para evitar que cayera- ¡Y cuántas veces San Pío de Pietrelcina celebró la Santa Misa, aun cuando le sangraban las manos y ardía en fiebre![13]

San Ignacio de Antioquía, camino del martirio, el año 110, escribe en su carta a los Magnesios «¿Cómo podríamos vivir sin Él?», es decir, ¿cómo podríamos vivir sin la Eucaristía?

Si llegara ese día en que desde la cima de la Iglesia se verifique la completa destrucción del Santo Sacrificio, los fieles, junto a los grandes defensores de la Eucaristía como Santo Tomás de Aquino, Santa Clara, San Norberto, San Pedro Julián Eymard, San Leonardo de Puerto Mauricio, el Santo Cura de Ars, San Pío de Pietrelcina, y el ejército de santos defensores de la Eucaristía, hemos de dar si es posible la vida, para que la Santísima Eucaristía no sea pisoteaba y aniquilada, siguiendo el ejemplo de los irlandeses que en tiempos de persecución arriesgaban su vida y las de sus familias porque la Misa es lo único que importa.

Germán Mazuelo-Leytón

[1] 1 CORINTIOS 11, 23-25.

[2] Cf. 15, 3; Ga. 1, 11, etc.

[3] Cf. Biblia Straubinger.

[4] 1 CORINTIOS 11, 27-29.

[5] Selva de Materias predicables P. 2, 1.

[6] EYMARD, San PEDRO JULIAN, Obras eucarísticas.

[7] MAZUELO-LEYTÓN, GERMÁN, El milagro de la transubstanciación. http://adelantelafe.com/milagro-la-transubstanciacion/

[8] The Dignity and Duties of the Priest, o Selva (Londres: Benziger Bros., 1889), pág. 212.

[9] DE AQUINO, Santo TOMÁS, S. Th., III, 82, 4, ad. 1.

[10] Ibid., S. Th., III, 79, 7, ad. 1.

[11] BILLOT S.I., Cardenal.

[12] MALAQUÍAS, 1, 11.

[13] Cf.: MANELLI F. I., P. Stéfano, Jesús nuestro amor eucarístico.

Fuente: Adelante la Fe

¡AHORA NOS UNIREMOS MÁS!

LA BALANZA DEL JUICIO (Relato)

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Era una persona tan devota y tan fervorosa que confundía con su santa vida a los religiosos más austeros de la Iglesia de Dios.

Deseaba consultar a Santo Domingo. Se confesó con él, y le impuso por penitencia rezar solamente un Rosario, y como consejo, rezarlo todos los días. Se excusó diciendo que ella tenía todos sus ejercicios reglados, que llevaba cilicio, que tomaba disciplina varias veces por semana, que hacía tantos ayunos y no sé cuántas penitencias. Santo Domingo le insta reiteradamente a seguir su consejo, pero ella no quiere; se retira del confesionario como escandalizada del proceder de su nuevo director, que quería persuadirla a una devoción que no le agradaba.

He aquí que, estando en oración, y arrebatada en éxtasis, vio su alma obligada a comparecer ante el Supremo Juez. San Miguel alza la balanza, pone sus penitencias y otras oraciones en un platillo, y en el otro sus pecados e imperfecciones; el platillo de las buenas obras no puede contrarrestar al otro; ella, alarmada, pide misericordia; se dirige a la Santísima Virgen, su abogada; Ella deja caer en el platillo de las buenas obras el único Rosario que -por penitencia- ha rezado; y fue tanto su peso que contrarrestó el de los pecados; la Santísima Virgen la reprendió al mismo tiempo por no haber seguido el consejo de su servidor Domingo de rezar el Santo Rosario todos los días. Cuando volvió en sí, fue a arrojarse a los pies de Santo Domingo, le contó lo ocurrido, le pidió perdón por su incredulidad y prometió rezar el Rosario todos los días. Por este medio, llegó a la perfección cristiana, a la gloria eterna.

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