CANTABAN: "CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA"
31 de mayo de 2013. El masón José Gulino, Gran Maestro del Gran Oriente de Francia (GODF) denunció un supuesto "aumento de la violencia de derecha" durante la manifestación del domingo pasado. En una llamada telefónica a la AFP se mostró muy molesto y temeroso por los slogans antimasónicos de la marcha efectuada en París el pasado 26 de mayo de 2013, en la que sectores católicos denunciaron la intervención masónica a favor del dizque "matrimonio" gay y exigieron la salida del "gran Oriente" masónico del gobierno. El dirigente masón también criticó duramente al Vaticano por el cese que dictaminó contra Pascal Vesin (ver noticia AQUÍ), un cura "católico" que pertenece a una logia masónica, lo que está totalmente prohibido por la Iglesia por ser la masonería contraria a los principios cristianos. Según Gulino, el Vaticano está contra la "libertad de conciencia", que dijo que para la masonería "es absoluta". Claro, tan "absoluta" que fue negada por él a los católicos que protestan contra leyes contrarias al matrimonio natural entre hombre y mujer, pues dijo que "generan un clima peligroso" que "debe terminar tan pronto como sea posible". ¿Esa es la "libertad de conciencia ABSOLUTA (sic)" que pregona la masonería? Es la clásica aplicación de la "Ley del embudo" que siempre han practicado: muy amplia para todo lo anticatólico y muy cerrada para los valores cristianos.
Los detractores del matrimonio homosexual volvieron a tomar este domingo las calles de París en la primera manifestación multitudinaria convocada después de que el presidente de Francia, el socialista François Hollande, promulgara la ley que autoriza a personas del mismo sexo a casarse y a adoptar niños. La tercera gran protesta de este tipo -en la que participaron 150.000 personas, según la policía, y «más de un millón», según los organizadores- estuvo vigilada por 4.500 agentes.
El único incidente de la jornada no se produjo en la explanada de los Inválidos, donde convergieron las marchas salidas de tres puntos de la capital, sino en la sede del Partido Socialista (PS) en París: una veintena de individuos entraron a la sede el partido gobernante y desplegaron en el tejado una banderola en la que podía leerse: «Hollande, dimisión». Fueron desalojados por la policía y el incidente no pasó a mayores.
El resto de la jornada, que coincidía con el Día de la Madre en Francia, se desarrolló en un ambiente que el diputado Henri Guaino, de la opositora Unión por un Movimiento Popular (UMP) y próximo al expresidente Nicolas Sarkozy, describió in situ como «familiar, pacífico y paternal».
También salió a la calle el líder de la oposición conservadora, Jean-François Copé, que criticó las «inaceptables tentativas de presión y de intimidación» del primer ministro, Jean-Marc Ayrault, quien en la víspera había acusado a la UMP de contribuir a la «crispación y a la radicalización» al prestar su apoyo a los manifestantes.
Prometen un referéndum
Copé, presidente de la UMP, ha prometido que, en caso de que su partido gane las elecciones presidenciales de 2017, celebrará un referéndum sobre esa ley, aprobada por la mayoría de izquierdas de la Asamblea Nacional y el Senado.
Philippe, un manifestante llegado de Biarritz (suroeste) y agarrado a una bandera vasca, explicó a Efe que espera «que un día haya un referéndum o que se retire antes la ley».
Pancartas, música y banderas marcaron el tono general de la protesta parisina, que en Francia se conoce como «manifestación para todos», eslogan que se asemeja a quienes reivindicaban el «matrimonio para todos».
En el escenario, varios intervinientes subrayaron que no son ni homófobos ni de extrema derecha y, entre cánticos contra el Gobierno y contra Hollande, insistieron sobre el problema de filiación entre un menor adoptado y dos mujeres o dos hombres.
«Queremos defender absolutamente la ley de la familia y la filiación, porque un niño es el resultado único de la unión entre un hombre y una mujer», explicó a Efe Laure de Cotte, una manifestante que aseguró que la protesta no es homófoba pero que «hay que defender las cosas normales y no normalizar las que están fuera del circuito y son un poco contra natura».
Contra la adopción
La adopción de menores por matrimonios homosexuales, extremo que contempla la ley y avaló el Consejo Constitucional, es uno de los puntos que más inquietan a sus detractores.
La gran ausente este domingo fue la humorista Frigide Barjot, emblema de la protesta, que no acudió porque dice que teme por su seguridad, aunque pasó la jornada atendiendo a varios medios de comunicación.
Queda por determinar si los detractores seguirán insistiendo y, en caso de hacerlo, si será a través de manifestaciones o si intentarán constituirse como partido político.
Lo insólito fue que días después, no solo la masonería condenó las manifestaciones a favor del matrimonio natural, sino también Mons. Claude Dagens, un obispo francés de Angulema, ha arremetido contra los católicos que multitudinariamente se manifestaron en Francia contra el matrimonio homosexual ya que -en su discutible opinión- si sus tesis prevalecen quedaría abierto el camino a las leyes anticlericales. El prelado escribió un artículo en La Croix en el que asegura que esos católicos no deberían ser confundidos con toda la Iglesia. El obispo ha recibido muchas críticas de los católicos, así como cumplida respuesta de Joël-Benoît, presidente de los juristas católicos de Francia, aunque La Croix se ha negado a publicar su artículo de réplica. Joël-Benoît ha recordado al obispo que el papa se manifestó abiertamente contra la legalización del matrimonio homosexual cuando era arzobispo de Buenos Aires. Además advierte a Mons. Dagens que el episcopado francés ha pedido abiertamente que no se aprobara dicha ley en su país. El presidente de los juristas católicos franceses pregunta al prelado: «¿Habría sido mejor aceptaramos sin decir una sola palabra dicha reforma que va más allá del sentido común, que desafía las leyes de la naturaleza humana y la base de la sociedad?» .
Los detractores del matrimonio homosexual volvieron a tomar este domingo las calles de París en la primera manifestación multitudinaria convocada después de que el presidente de Francia, el socialista François Hollande, promulgara la ley que autoriza a personas del mismo sexo a casarse y a adoptar niños. La tercera gran protesta de este tipo -en la que participaron 150.000 personas, según la policía, y «más de un millón», según los organizadores- estuvo vigilada por 4.500 agentes.
El único incidente de la jornada no se produjo en la explanada de los Inválidos, donde convergieron las marchas salidas de tres puntos de la capital, sino en la sede del Partido Socialista (PS) en París: una veintena de individuos entraron a la sede el partido gobernante y desplegaron en el tejado una banderola en la que podía leerse: «Hollande, dimisión». Fueron desalojados por la policía y el incidente no pasó a mayores.
El resto de la jornada, que coincidía con el Día de la Madre en Francia, se desarrolló en un ambiente que el diputado Henri Guaino, de la opositora Unión por un Movimiento Popular (UMP) y próximo al expresidente Nicolas Sarkozy, describió in situ como «familiar, pacífico y paternal».
También salió a la calle el líder de la oposición conservadora, Jean-François Copé, que criticó las «inaceptables tentativas de presión y de intimidación» del primer ministro, Jean-Marc Ayrault, quien en la víspera había acusado a la UMP de contribuir a la «crispación y a la radicalización» al prestar su apoyo a los manifestantes.
Prometen un referéndum
Copé, presidente de la UMP, ha prometido que, en caso de que su partido gane las elecciones presidenciales de 2017, celebrará un referéndum sobre esa ley, aprobada por la mayoría de izquierdas de la Asamblea Nacional y el Senado.
Philippe, un manifestante llegado de Biarritz (suroeste) y agarrado a una bandera vasca, explicó a Efe que espera «que un día haya un referéndum o que se retire antes la ley».
Pancartas, música y banderas marcaron el tono general de la protesta parisina, que en Francia se conoce como «manifestación para todos», eslogan que se asemeja a quienes reivindicaban el «matrimonio para todos».
En el escenario, varios intervinientes subrayaron que no son ni homófobos ni de extrema derecha y, entre cánticos contra el Gobierno y contra Hollande, insistieron sobre el problema de filiación entre un menor adoptado y dos mujeres o dos hombres.
«Queremos defender absolutamente la ley de la familia y la filiación, porque un niño es el resultado único de la unión entre un hombre y una mujer», explicó a Efe Laure de Cotte, una manifestante que aseguró que la protesta no es homófoba pero que «hay que defender las cosas normales y no normalizar las que están fuera del circuito y son un poco contra natura».
Contra la adopción
La adopción de menores por matrimonios homosexuales, extremo que contempla la ley y avaló el Consejo Constitucional, es uno de los puntos que más inquietan a sus detractores.
La gran ausente este domingo fue la humorista Frigide Barjot, emblema de la protesta, que no acudió porque dice que teme por su seguridad, aunque pasó la jornada atendiendo a varios medios de comunicación.
Queda por determinar si los detractores seguirán insistiendo y, en caso de hacerlo, si será a través de manifestaciones o si intentarán constituirse como partido político.
Lo insólito fue que días después, no solo la masonería condenó las manifestaciones a favor del matrimonio natural, sino también Mons. Claude Dagens, un obispo francés de Angulema, ha arremetido contra los católicos que multitudinariamente se manifestaron en Francia contra el matrimonio homosexual ya que -en su discutible opinión- si sus tesis prevalecen quedaría abierto el camino a las leyes anticlericales. El prelado escribió un artículo en La Croix en el que asegura que esos católicos no deberían ser confundidos con toda la Iglesia. El obispo ha recibido muchas críticas de los católicos, así como cumplida respuesta de Joël-Benoît, presidente de los juristas católicos de Francia, aunque La Croix se ha negado a publicar su artículo de réplica. Joël-Benoît ha recordado al obispo que el papa se manifestó abiertamente contra la legalización del matrimonio homosexual cuando era arzobispo de Buenos Aires. Además advierte a Mons. Dagens que el episcopado francés ha pedido abiertamente que no se aprobara dicha ley en su país. El presidente de los juristas católicos franceses pregunta al prelado: «¿Habría sido mejor aceptaramos sin decir una sola palabra dicha reforma que va más allá del sentido común, que desafía las leyes de la naturaleza humana y la base de la sociedad?» .
"Ni masónica, ni laica, la Francia es católica",
arengaba el presidente de Civitas y coreaban miles
de manifestantes. Ver video abajo:
Fuentes: CIVITAS y Agencias/Infocatólica