ACTO DE GRAN TRASCENDENCIA PARA NUESTRA NACIÓN
CATOLICIDAD, 25 de noviembre de 2013. Jesucristo fue coronado en su nueva estatua de bronce de seis metros que se instaló en la Basílica de Guadalupe. De esta forma, el pasado sábado 23 de noviembre (2013) se consagró la nación mexicana al Sacratísimo Corazón de Cristo Rey renovando el solemnísimo acto del 11 de enero de 1914 en el que México completo se consagró a Cristo Rey. Aquella consagración supuso un enorme fervor popular a Cristo Rey, mismo que 12 años más tarde, en 1926, llevaría al pueblo fiel a levantarse en armas en contra del gobierno federal que había emprendido una feroz campaña de persecución en contra de la Iglesia Católica que derivó en una guerra intestina llamada “la Cristiada”.
Esta renovación se realiza 100 años después de la efectuada por petición de S.S. San Pío X. La ceremonia solemne fue encabezada por el Sr. arzobispo de México, Card. Norberto Rivera Carrera, quien procedió a oprimir el botón de la grúa que hizo descender la corona sobre la nueva escultura de bronce con la figura de Cristo Rey.
Cerca de la culminación del Año de la Fe, el Arzobispo de México se dirigió en la víspera a la feligresía que ocupaba una amplia porción del Atrio de las Américas, para pronunciar su homilía. “El reino de Dios está en medio de ustedes, se nos presenta también como un Reino de Justicia, de Amor y de Paz”, señaló.
Banderín del acto |
Con el objetivo de que los fieles vivan estos inapreciables provechos, es necesario que se propague lo más posible el conocimiento de la dignidad del Salvador, y el pueblo católico le declare su vasallaje para lo cual se instituyó la festividad propia y peculiar de Cristo Rey. El mismo Señor reconoce su realeza cuando le pregunta Pilato sobre su reino: ¿Eres tú el rey de los judíos? El respondió: “Así es como tú dices” (Lc. 23,3), con esta expresión Jesús proclama la verdad de su reinado social.
La página oficial del evento reproduce el texto de consagración:
Acto de proclamación (consagración) al Sagrado Corazón
de Cristo Rey y juramento de fidelidad y vasallaje.
"Corazón Sacratísimo del Rey pacífico: radiante de júbilo como fieles vasallos, venimos hoy a postrarnos al pie de tu trono y gozosos te proclamamos a la faz del mundo: REY INMORTAL DE LA NACION MEXICANA, al acatar tu Soberanía sobre todos los pueblos.
"Queremos coronar tu frente, ¡Oh Cristo Rey!, con una diadema de corazones mexicanos y poner en tus manos, el cetro de un poder absoluto, para que rijas y gobiernes a tu pueblo amado. Eres Rey como afirmaste en tu pasión, ¡porque eres el Hijo de Dios! Por lo tanto, ¡Oh Monarca amabilísimo!, este pueblo tuyo, que tiene hambre y sed de justicia, que se ampara en tu celestial Realeza, te promete entronizar tu Corazón en todos sus hogares, pobres o ricos y rendirte el homenaje que mereces, reconociendo tus derechos santísimos sobre todo el orbe.
"Consagramos a tu Corazón Sagrado, la Iglesia de México con todos sus Pastores, Ministros y Comunidades religiosas; la Patria querida con todos sus hogares, las familias con todos sus miembros; ancianos, jóvenes o niños; a los amigos y a los enemigos y muy particularmente, a las madres, las esposas y las hijas, destinadas a modelar el corazón del futuro pueblo mexicano, para que triunfes y reines en todos los habitantes de esta Nación.
Todos:
"¡Oh Cristo Rey!, con ardiente júbilo te juramos fidelidad como nobles generosos vasallos. Habla, pues, manda, reclama y exige con imperio: pídenos la sangre y la vida, que son tuyas, porque totalmente te pertenecemos; resueltos estamos a dártelos por defender tu bandera hasta que triunfe y sea exaltado, reverenciado y amado para siempre tu herido Corazón.
"Ya reina en México tu Corazón divino y desde la santa Montaña consagrada a ti, enjugará las lágrimas, restañará la sangre, curará las heridas de esta República conquistada por María de Guadalupe. Tú dominarás en ella con el cetro suavísimo de tu misericordia y en la paz como en la guerra, en la agitación como en la tranquilidad, nos verás con benignos ojos y extenderás tus benditas y poderosas manos para bendecirnos. Y nosotros, con todas las generaciones futuras, te aclamaremos nuestro Rey y Salvador. Allá volarán las muchedumbres a pedirte gracias y a ofrecerte, con alma y vida, guardar tu santa Ley: y tú, Redentor amoroso de los hombres, atrae a tu Corazón adorable a los pecadores para convertirlos.
"Recobra el dominio sobre tantas almas apóstatas, desorientadas y engañadas con falsas y perversas doctrinas; conserva la fe en nosotros y despréndenos de los miserables bienes del mundo; calma los odios y une a los hermanos; ilumina a los ciegos; perdona a los ingratos; pero, sobre todo, concede a tu Iglesia la libertad y la paz por la que tanto suspiramos. Derrite con el fuego de tu divino pecho, misericordioso Jesús, el hielo de las almas; establece tus reales en todos los pueblos de nuestro país y penetre tu caridad a las cárceles, a los hospitales, a las escuelas, a los talleres; haz un trono para ti en cada corazón mexicano, porque los Pastores y las ovejas, los padres y los hijos, nos gloriamos en ser tuyos. Danos, por fin, una santa muerte, sepultándonos en la herida preciosa de tu Corazón de amor, para resucitar en los esplendores del cielo, cantando eternamente:
CORAZON SANTOTU REINAS YA,MEXICO TUYOSIEMPRE SERÁ".
El maestro Cárdenas dando los últimos retoques Foto Diario Portal |
La Consagración de 1914
Muestra una réplica a escala Foto El Universal |
El monumento con el que se recordaron estos 100 años fue esculpido en bronce por el maestro Francisco Cárdenas. La obra, que tiene a Jesucristo de cuerpo entero, mide 6 metros de alto y se sostiene de pie sobre un mundo de 3 metros de diámetro. La imagen expone el Sagrado Corazón de Jesús que sostiene en su mano izquierda un cetro y bendice con la derecha. Está coronado manifestando solemnemente que Cristo es Rey de la nación mexicana.
También en Nuevo León y otros estados
También en Nuevo León y otros estados
Como en su momento lo hicieron Chiapas, Veracruz, Campeche, Chiapas y Yucatán, Nuevo León se consagró el sábado pasado a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. El Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, presidió la ceremonia a la que asistió el Gobernador Rodrigo Medina y su gabinete, así como la Alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes.
NOTA DE CATOLICIDAD: NO DEJEMOS DE CONSAGRARNOS INDIVIDUALMENTE Y EN FAMILIA A CRISTO REY SIGUIENDO EL TEXTO TRANSCRITO ARRIBA, ASÍ COMO ENTRONIZAR UNA IMAGEN DEL SAGRADO CORAZÓN EN NUESTROS HOGARES. TODO ESTO SERÁ, SIN DUDA, FUENTE DE GRANDES GRACIAS.
NOTA DE CATOLICIDAD: NO DEJEMOS DE CONSAGRARNOS INDIVIDUALMENTE Y EN FAMILIA A CRISTO REY SIGUIENDO EL TEXTO TRANSCRITO ARRIBA, ASÍ COMO ENTRONIZAR UNA IMAGEN DEL SAGRADO CORAZÓN EN NUESTROS HOGARES. TODO ESTO SERÁ, SIN DUDA, FUENTE DE GRANDES GRACIAS.
Fuentes: es.gaudiumpress.org, www.coronacioncristorey.com, siame.mx, Reforma