De ninguna manera. El Catecismo nos lo advierte:
Quien, siendo miembro de la Iglesia Católica, no practicase sus enseñanzas, sería miembro muerto y, por tanto, no se salvaría, pues para la salvación de un adulto se requiere no sólo el bautismo y la fe, sino también obras conformes a la fe. (Catecismo de San Pío X, 173).
El cristiano tiene el deber de creer y practicar lo que la doctrina cristiana enseña. Este deber consiste en profesar TODAS las verdades que enseña la Iglesia, cumplir los mandamientos de la Ley de Dios y los mandamientos de la Iglesia, así como emplear los medios de salvación que Cristo nos otorgó (sacramentos y oración), como medio para acrecentar la Gracia en nuestros corazones.