"¡Oh Señor y Salvador nuestro, ayúdanos en aquella hora con la fuerza de tus Sacramentos y la suavidad de tus consuelos! Que las palabras de absolución desciendan sobre mí, y el santo óleo me unja, y tu Cuerpo sea mi comida, y tu Sangre que rocíe. Que mi dulce Madre María respire sobre mí, y mi ángel me susurre paz... de modo que yo obtenga el don de la perseverancia y muera, como deseo vivir, en tu fe, tu Iglesia, tu servicio y tu amor."
John Henry Newman