La propia palabra se basta: porque caridad -caritas en latín- significa amor. Esto no es sentimentalismo, ni una forma de tapar la injusticia, que evidentemente existe. Todo lo contrario, la caridad es sentido de responsabilidad personal, es profundo compromiso con el bien común, es correspondencia noble del corazón por todo el amor recibido, que para no perderse debe a su vez transmitirse. Lo que hacéis por tu hermano, lo hacéis por Cristo de quien todo has recibido. ¿Te parece algo de poca monta?
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