Desde el lunes 27 de marzo de 2023 y hasta el 9 de abril, domingo de Pascua, se organiza en Roma una campaña de carteles a favor de la Misa Tridentina.
En un comunicado de prensa, los responsables de esta campaña declaran que quieren demostrar públicamente su "profundo apego a la Misa Tradicional en el momento mismo en que parece que está prevista su extinción: por amor al Papa, para que se muestre paternalmente abierto a la comprensión de estas "periferias" litúrgicas que desde hace unos meses ya no se sienten bienvenidas en la Iglesia, porque encuentran en la liturgia tradicional la expresión plena y completa de la fe católica en su totalidad".
El período elegido para esta campaña de carteles no es una mera casualidad. De hecho, según el sitio de habla alemana Summorum Pontificum del 13 de enero de 2023, una nueva constitución apostólica limitaría aún más la posibilidad de celebrar la Misa Tridentina.
Esta constitución podría ser publicada durante la Semana Santa, con motivo del aniversario de la promulgación de la constitución Missale romanum de Pablo VI (3 de abril de 1969) que instituyó el Novus Ordo Missæ. –Ver nuestro artículo "Vaticano: ¿hacia una sepultura definitiva de la Misa Tradicional?"
Los organizadores de esta campaña pertenecen a los blogs italianos Messainlatino y Campari & de Maistre, así como a las asociaciones Coordinación Nacional de Summorum Pontificum y San Michele Arcangelo.
En su declaración, citan a Benedicto XVI: "Lo que era sagrado para las generaciones precedentes sigue siendo sagrado e importante para nosotros también, y no puede ser prohibido por completo de repente o incluso considerado dañino".
Y añaden: "La creciente hostilidad hacia la liturgia tradicional no encuentra justificación ni a nivel teológico ni a nivel pastoral. Las comunidades que celebran según el Misal de 1962 no son rebeldes a la Iglesia.
"Por el contrario, bendecidas por un crecimiento constante de fieles y de vocaciones sacerdotales, constituyen un ejemplo de perseverancia inquebrantable en la fe y en la unidad católicas, en un mundo cada vez más insensible al Evangelio, y en un tejido eclesial cada vez más sujeto a embestidas desintegradoras".
Insisten, subrayando la actitud contradictoria de las autoridades romanas: "En la Iglesia de hoy, donde la escucha, la acogida y la inclusión inspiran toda acción pastoral, y donde se debe construir la comunión eclesial 'con el método sinodal', este pueblo de fieles ordinarios, de familias jóvenes, de sacerdotes fervientes, guarda la esperanza de que su voz no será sofocada, sino acogida, escuchada y considerada seriamente.
"Quien asiste a la 'Misa en latín' no es un creyente de segunda clase, ni un desviado que hay que reeducar, ni una carga de la que hay que deshacerse".
Esta iniciativa tiene la virtud de presentar una postura en Roma, ante el Papa y la Curia. Pero debemos recordar que la actitud romana actual está basada en el Concilio y sus textos. Por ejemplo, el 19 de marzo, el cardenal Arthur Roche, prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, señaló: "La teología (modernista)... HA CAMBIADO. (…) Antes el sacerdote representaba a todo el pueblo a distancia, pero hoy no es solo el sacerdote el que celebra la liturgia, sino todo el pueblo".
Para el cardenal, los fieles de la Misa Tradicional son opositores al Concilio Vaticano II, y por esta razón debe ser restringida, incluso abolida. Y es verdad que la Misa Tradicional se opone, por naturaleza, a las desviaciones actuales. Por eso la defensa de la Misa va de la mano con la crítica al Concilio.
Fuente: Comité directeur de la campagne d’affichage – FSSPX.Actualités